Álex de la Iglesia vuelve al formato serie, que ya había trabajado en Plutón Verbenero, con 30 Monedas, una serie para la HBO con una producción a la altura de los grandes títulos de ficción internacional. En esta ocasión, nos ofrece una historia que aúna costumbrismo y terror, aderezada con toques del Carpenter más grotesco, pero la sombra del cine del autor americano también está presente en la lucha de un pequeño grupo de personajes contra un entorno hostil y despiadado.
La trama resuena con las temáticas diabólicas exploradas en su película El día de la bestia, pero de una manera mucho más ambiciosa en cuanto a la escala de los distintos arcos narrativos. Arranca con la llegada a Pedraza (Segovia) del padre Vergara, interpretado por un enorme Eduard Fernández. En un primer capítulo con tintes de largometraje, se nos presenta un parto sobrenatural en el que se involucrarán el alcalde, Paco (Miguel Ángel Silvestre), y la veterinaria, Elena (Megan Montaner). Lo desconcertante de un misterioso nacimiento de un niño acabará deviniendo en grotesco y espeluznante conforme se desarrollan los acontecimientos, con un monstruo que parece salido de las mejores entregas de Silent Hill.
A partir de este potente arranque, la serie se centrará en el misterio de las 30 monedas de Judas, de las que Vergara posee una, y la conspiración eclesiástica de un grupo, con tentáculos que alcanzan lo más alto de la Santa Sede, para hacerse con todas ellas. Dentro de este arco, que es difícil no relacionar con Predicador, destaca la figura del cardenal Fabio Santoro, interpretado por Manolo Solo, que se convertirá en la némesis de Vergara conforme avanzan los capítulos. La relación entre ambos, con un pasado compartido durante sus años de formación que se nos explica mediante diversos flashbacks, resulta uno de los grandes alicientes de la historia.
Hemos escuchado hasta la saciedad que «las series son el nuevo cine» en lo que a peso en la cultura popular se refiere. Los universos construidos a partir de la ficción en formato seriado han desplazado a las películas en cuanto a popularidad se refiere. Y la ficción española se ha ganado un espacio en esta nueva realidad por derecho propio: títulos como «La casa de papel» triunfan en todo el mundo y se explotan con productos de lo más diverso, que van desde cómics superventas a máquinas de azar online que ocupan los primeros puestos en el catálogo de las salas de casino. En 30 Monedas nos encontramos un nuevo ejemplo de un producto de calidad made in Spain, con una factura que roza lo cinematográfico y que en su estreno en EE. UU. ha recibido la atención de medios tan prestigiosos como Variety.
No todo han sido halagos para Álex de la Iglesia. Muchas voces críticas destacan la fragilidad de la historia a la hora de cerrar todos los interrogantes que plantea, sobre todo en el desarrollo y la evolución de los personajes, pero esta no deja de ser una crítica recurrente en la obra del cineasta bilbaíno. Superado el impacto de títulos como Acción mutante y El día de la bestia, y una vez consagrado como uno de los directores de referencia del fantástico español, cada uno de sus proyectos se ha encontrado con análisis similares.
A pesar de que se pueda estar de acuerdo con sus detractores en determinados momentos, lo cierto es que la serie ofrece unas interpretaciones y una ambientación más que solventes, y sumerge al espectador en un ritmo frenético, con numerosos giros y situaciones que exploran gran parte de los estilos del género de terror, desde la figura del doble hasta la posesión demoniaca del pueblo, pasando por brujería y la figura del profeta loco, con lo que los aficionados a lo sobrenatural a buen seguro encontrarán algo que sea de su gusto en la densidad de un título que está llamado a servir de referencia para las futuras series españolas que aborden el fantástico en las plataformas de vídeo bajo demanda.