Las acciones de SNK son ya, en su mayoría, del príncipe Mohammed bin Salman. El objetivo no es otro que reducir la dependencia del petróleo.
Hace un par de meses yo mismo os conté que Arabia Saudí había adquirido un 5% de Capcom y de Nexon por valor de 1.000 millones de dólares. El objetivo de Mohammed bin Salman no era otro que reducir la dependencia del petróleo que tiene el país. Hoy vuelve a ser noticia por otra compra de videojuegos: ha comprado el 96% de las acciones de SNK, desarrolladores de Fatal Fury o Metal Slug, y se ha hecho prácticamente propietaria de la empresa.
El Fondo de Inversión Pública saudí ya hizo sus pinitos con los japoneses: en el año 2020 adquirieron una tercera parte de las acciones de la empresa, y ahora han decidido tirar el «all-in» y comprar la compañía en su práctica totalidad. Además, ese mismo año, el Fondo invirtió cerca de 3.000 millones de dólares en EA, Take Two y Blizzard –esta última antes de ser comprada por Microsoft-.
Desde VGC reportan que esto último, la adquisición de la empresa por parte de los de Redmond, implicaría un beneficio para Arabia Saudí de unos 95 millones de dólares. Una cifra nada desdeñable.
En un comunicado de prensa que tuvo lugar el año pasado cuando ya se apuntó la idea de comprar SNK en su totalidad, arguyeron:
La inversión de la Fundación de Mohammed bin Salman en la compañía japonesa SNK refuerza su continuo compromiso con el objetivo de empoderar a los hombres y mujeres saudíes a través de alianzas económicas. La Fundación también busca un impacto positivo en la juventud.
Según indica la propia VGC, el trato se formalizó en febrero de este año, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha dado a conocer. El medio apunta a que quizá los japoneses no estuviesen especialmente interesados en hacer público el anuncio por la fama de la que goza Arabia Saudí.