Os traemos el análisis de Crusader Kings III después de conspirar contra medio mundo. Este es un relato de conquista y muerte estratégica.
La cruenta Edad Media es una constante inspiración para múltiples títulos de videojuegos de diversa índole. Uno de ellos es la estrategia, género que bebe bastante de esta época, y que en este texto nos ocupa un hueco especial. No en vano la obra que vamos a desglosar a continuación recrea varios momentos y guerras importantes de este momento. Además, se trata de la última entrega de una saga en alza, la cual seguro que muchos conocéis. En serio, ya lo he mencionado más arriba, así que no me repito más: vamos a darle caña al análisis de Crusader Kings III.
Aunque sólo es la tercera entrega, tiene infinidad de posibilidades
En primer lugar, al iniciar el juego nos encontramos algo que debería ser normal a día de hoy, el apoyo a los mods de la comunidad. Y es que desde Paradox Interactive abogan por este sistema, algo que en la anterior entrega fue sinónimo de éxito y que en este Crusader Kings III continúa. De esta manera al crear partidas multijugador podremos añadir diferentes mods para enriquecer la experiencia, o buscar algo distinto.
Pero claro, si eres un jugador novato no vas a plantarte en el online para que te casen con el borracho de la dinastía más penca del lugar, ¿verdad? De esta manera tu primera parada será el tutorial, el cual te dejará un poco con dolor de cabeza de lo denso que es. Y es que se trata de una cantidad enorme de información, aderezada con momentos en los que ejecutarás las acciones aprendidas, para finalmente seguir leyendo.
He de decir que mi primer contacto con Crusader Kings III fue abrumador, y eso que no soy nuevo en este género. Aún así, la cantidad de opciones disponibles supera con creces lo que he visto en distintos títulos que he jugado, sorprendiéndome gratamente en este aspecto. Y es que no sólo en aspectos de diplomacia, sino en muchas otras posibilidades que puedo explotar para conseguir mis objetivos. Se trata de un juego muy profundo, complicado de aprender en una primera instancia pero que después resulta satisfactorio.
De todas formas, continuemos con el tutorial, ya que no termina la cosa. Después de realizar las acciones más básicas del juego, nos toca pedalear solos en este vasto mundo. Sinceramente, aluciné con el mapa, ya que abarca desde Europa hasta India oriental, pasando por África. No está Japón, por ejemplo, aunque no me extrañaría verlo en un futuro mod. Pero es que no acaba la cosa ahí, ya que dentro de cada territorio existen condados, ducados y demás extensiones más pequeñas de terreno que también hay que gestionar. Se trata de un sistema complejo que hay que dominar para poder sacar el máximo partido a su potencial, tanto en ganancias de recursos como de ejércitos.
Conquistando a golpe de espada… o de anillo
Mira, esto es como El Señor de los Anillos, que con uno de ellos eres capaz de dominar el mundo, aunque esto sea un análisis de Crusader Kings III. Pues aquí más o menos igual, siempre y cuando seamos capaces de seleccionar un cónyuge correcto. De esta manera nuestra familia podrá forjar vínculos con distintas dinastías, y de esta forma estar dentro de su línea de sucesión. Además, dependiendo de la notoriedad del enlace, los cónyuges ganarán o perderán fama. No es lo mismo casarse con el nieto del rey de Inglaterra que con una chulo barriobajero del pueblo de al lado.
Eso sí, tal vez hayas podido enlazar a tu hijo con la segunda hija de un ducado que te interesa. Sin embargo, está el primogénito, el cual heredará los terrenos y frustrará tu plan. Aquí entra en acción otra de las opciones que más me gustan, las intrigas. ¿Quieres quitártelo de encima pero no quieres iniciar una guerra? Urde un plan de asesinato contra él, y si puedes meter a más enemigos suyos mejor. De esta manera «limpia» y «silenciosa» conseguirás que tu hijo sea el heredero. Aunque puede fallar, y entonces a lo mejor tienes que entrar en guerra.
Bien, hemos decidido que cierto individuo merece ser desplazado de su lugar de origen. Todas las opciones han fallado o ni las hemos intentado. Sólo queda guerra. Aquí es donde entran las levas que cada territorio cede, además del oro para conseguir diferentes regimientos mejor equipados. Además, si por un casual tenemos algunas alianzas, podemos hacer que se unan a la refriega, por un módico coste, claro.
Después de haber reclutado a nuestros ejércitos ya estamos listos para llevar la muerte a nuestro enemigo. De esta manera habrá que defender nuestras fronteras, además de atacar con todo lo que tenemos. Vamos, como cualquier guerra. Y parecido a lo que podemos encontrar en otros juegos de este género, dependiendo de un porcentaje del conflicto seremos capaces de imponer nuestras condiciones, que sea el rival el que lo haga o firmar una paz blanca. Un empate, vaya.
Esta es sólo una de las múltiples formas de expandir nuestro territorio, como ya he mencionado. Ese abanico de posibilidades que nos ofrece Crusader Kings III es algo que a mí personalmente me encanta, ya que en otros títulos de estrategia no existe tanta diversidad. Si tuviera que contar la cantidad de gente que he apresado, torturado, ejecutado o asesinado no acabo este análisis. Y me encanta que el juego me deje hacer estas cosas.
Desarrollando habilidades para gobernar
No vamos a estar todo el tiempo guerreando, eso está claro. Una de las facetas importantes es la gestión de nuestras posesiones, construyendo ciudades, templos o granjas. De esta manera conseguiremos un goteo constante de recursos, necesarios para otro tipo de menesteres, ya sea para cambiar diferentes estamentos de la cultura o simplemente declarar un condado.
Otro de los puntos a tener en cuenta es el desarrollo de la familia, principalmente del personaje que controlamos. No tiene por qué ser el cabeza de familia, sino un simple duque o barón. Conforme avanzamos en nuestras tareas de regente conseguiremos diferentes dones, los cuales seleccionaremos dependiendo de nuestro modo de vida. Por lo tanto, si queremos potenciar nuestra capacidad militar tal vez sea interesante gastar los puntos en dones marciales.
Además, los integrantes de la familia no se materializan de por sí, sino que tienen que nacer, crecer y entonces ocupar su lugar. Parece una tontería pero es cierto que en algunos títulos no puedes manejar críos. Pues aquí sí, y eso conlleva algunas limitaciones, como no poder realizar intrigas (mis asesinatos…) o casarte. Aunque sí comprometerte, algo es algo.
Por supuesto, existen diferentes religiones, culturas y costumbres que podemos modificar, dependiendo de nuestro poder y notoriedad dentro de la misma. ¿Queremos casarnos con un individuo del mismo sexo? Pues a trabajar en cambiar esa tradición para permitirlo. La cantidad de opciones y posibilidades, como ya he comentado, puede incluso abrumar.
Hablando de otros temas, el nivel de detalle del mapa, como ya habéis podido deducir con las distintas capturas, es enorme. Aparte de abarcar mucho terreno del mundo, cuanto más acercamos la vista podemos comprobar detalles del terreno, además de las fronteras y ciudades. Y en cuanto a los modelados de los personajes, cumplen con su cometido, mejorando lo visto en la anterior entrega. El salto gráfico entre las dos es palpable, tanto en el mapa como en los mencionados personajes.
La banda sonora que acompaña al título está basada en los tonos medievales que tanto conocemos, mezclando acordes de instrumentos de cuerda con los clásicos coros. Comentar también que la elección de las pistas es muy buena, casando a la perfección con el momento. Por ejemplo, al declarar una guerra la música se torna épica, concordando con el momento.
Eso sí, algo que señalar es que he encontrado varios errores ortográficos en la traducción al castellano en este análisis de Crusader Kings III, así como algunas referencias al código fuente del juego. Pienso que se debe más que nada a la versión del título, ya que son errores que suelen ser subsanados en el lanzamiento del mismo. Ya me comentáis si queréis si continúan apareciendo.
La Edad Media a nuestro alcance
Crusader Kings III es la continuación del buen hacer de la saga, mejorando en el aspecto audiovisual y manteniendo esa jugabilidad que puede abrumar en una primera instancia, pero que es maravillosa al aprenderla y llevarla a cabo. Aunque es cierto que al jugador novel le puede echar para atrás tantas opciones e información, es una gozada para cualquier amante de la estrategia.
Así pues, Crusader Kings III es una de las mejores opciones para disfrutar de la estrategia al más alto nivel en la Edad Media. Conspiraciones, guerras, asesinatos en la corte, muertes repentinas y peste. Todo eso y muchísimo más os espera en esta entrega. Y niños encarcelados obtenidos como prisioneros de guerra también. Y mutilaciones y desfiguraciones de tu personaje. Adoro que pase todo esto. Y seguro que cuando lo pruebes tú también.