Hemos engrasado bien la silla de montar para traeros con viento fresco este análisis de Monster Hunter Stories 2 Wings of Ruin para PC.
Cazar puede ser muy divertido, culpables, pero a veces, el cuerpo nos pide un cambio de aires. Porque lanzarse a la cara del peligro a partirse el pecho contra un Nergigante está muy bien, pero mejor lo está hacer que dos se peleen entre ellos. Y con eso en mente (más o menos) nos atrevimos a hacer el análisis de Monster Hunter Stories 2 Wings of Ruin.
Una historia con luces y sombras
Yo voy a ser sincera con vosotros, culpables: con el primer título de esta subsaga no quedé especialmente contenta. Como fan de la franquicia, y pese a saber a qué público iba dirigido este título, sabía que la cosa podía dar mucho más de sí. Puede que no lo parezca, pero el universo de Monster Hunter tiene un lore de lo más interesante.
Sin embargo, como digo, en esta primera aventura este lore básicamente se tiraba por la borda para darte una historia más bien sosilla, propia del anime genérico de turno. Por ello, con esta segunda entrega tenían una nueva oportunidad para redimirse… o hundirse nuevamente en el pozo. ¿Y lo consigue?
Pues veréis, mi parte fan sigue diciendo que todo esto podría haberse pulido muchísimo más. Sin embargo, sí que noto una ligera mejora respecto al primer título. Aquí tenemos nuevamente (no nos vamos a engañar) una historia propia de un anime general, con sus momentos de poder de la amistad resolviendo todo o mostrándote personajes de esos a los que deseas dar un guantazo con la mano abierta.
Y, sin embargo, es bastante más disfrutable que la primera aventura. Puede que sea porque dentro de lo genérico, han apostado por cosas que en general lucen más de cara al espectador y, por qué no decirlo, aquellos que disfruten de este tipo de contenidos podrán divertirse más abiertamente con esto.
Pese a ello, no se le dejan de notar las costuras. Es un producto que bebe de series del estilo, por lo que los giros o momentos tensos que se le intenta brindar se saben a todas luces cómo acabarán desde prácticamente el inicio. No, no os va a sorprender, pese a que os pueda entretener.
A esto sumadle algunas decisiones narrativas enormemente cuestionables, como el abuso excesivo de los flashbacks para intentar que conozcamos más a los personajes. Se intenta así crear una conexión entre ellos y nosotros, que ni por asomo se consigue. Sin duda esto se podría haber enfocado de una mejor manera, quizás con misiones de los personajes obligatorias más interesantes o algunos diálogos más.
Pero lo cierto es que esto es lo que tenemos. Y, como decimos, puede decirse que cumple, pero sin alardes. Estamos básicamente ante la historia de una película de Pokémon (la primera no, que esa es fantástica), pero con monstruos, y eso hay que tenerlo en cuenta.
Monsties, monstruos y materiales
Abordemos ahora el tema jugable. Bebe enormemente de lo visto en su primer título, pero con mejoras que, la verdad, cero quejas en este aspecto. Tenemos el típico piedra-papel-tijeras con monstruos, en este caso ataques técnicos, ágiles y potentes. Unos ataques vencen a otros en un triángulo a lo Fire Emblem, y esa es la complejidad que nos encontramos.
Pero eh, aquí sí que tengo que romper una lanza a favor de todo esto. Algo simple no tiene por qué ser malo, como ocurre en este caso. Sólo tienes que tener en cuenta con lo que vas a encontrarte, claro está. Y es que en combate la cosa, básicamente, irá de spamear el tipo de ataque frente al que el rival es débil en ese momento.
Al menos hasta que este se cabree y empiece a usar otro tipo de ataques, momento en el que volverá tocar a spamear el tipo de ataque al que es débil con ese cambio. Al principio, bueno, sí que puede sorprender pues tienes que descubrir el patrón que el monstruo tiene. Pero en el mismo combate se descubre el pastel y puede tornarse bastante tedioso.
La sorpresa puede venir cuando el enemigo usa una habilidad, pues normalmente se encuentran fuera de esta categoría, o cuando el monstie que tienes en ese momento decide que va a cambiar su tendencia de ataque, porque sí, para joderte el percal y obligarte a cambiar de bicho. Estúpidos monsties. Aunque huelga decir que esto lo suelen hacer poco, démosle un voto de confianza.
Vale, los que vengáis del primer juego diréis «pues esto es lo del Stories, qué dices que han mejorado, gaznápira». A eso voy ahora. Una de las mejoras que encontramos es que ahora durante la aventura nos podrán acompañar compis. Compis humanos me refiero. Y eso, culpables, es oro.
Estos nos pueden curar, dar apoyo… pero lo importante es que luchan a nuestro lado. Pero de verdad. Cuentan con sus tres corazones de vida (los cuáles van aparte de los nuestros, pero si los pierden caput), y podremos combinar nuestros ataques junto a ellos. No hablo ya solo de ataques normales para potenciarlos, hablo también de los ataques especiales de los monsties. El daño será bestial, culpables.
Pero como sabéis, no todo es combatir en este juego. También está esa bonita vertiente en la que robamos huevos de nidos. Ahí, preservando la fauna y el ecosistema. Lo cierto es que en este sentido no se ven grandes modificaciones, salvo el añadir expediciones de monstruos para conseguir más materiales.
Fuera de ello seguimos teniendo los mejores monsties dependiendo de los huevos que consigamos, además de la herencia de genes para crear al auténtico monstie definitivo. Nada especialmente engorroso, la verdad, lo cual se agradece sobremanera.
Si lo que buscáis, por otro lado, es la vertiente más social, sabed que las batallas PVP continúan, además de expediciones conjuntas para conseguir recursos y huevos, pero mucho nos tememos que no puedo contaros más del tema, puesto que no hubo suerte a la hora de poder probarlo.
Luce, pero a medias
En cuanto a los gráficos… bueno, el juego se ve bonito. Tiene diferentes zonas que hace que tengamos una variedad enorme a la hora de disfrutar de los escenarios, y los monsties y monstruos lucen realmente bien. Lo mismo ocurre con las ciudades o los personajes de la historia, que cuentan con un diseño único.
Aunque si hay que destacar algo, sin duda son los ataques especiales y, por supuesto, la joya de la corona de todos los Monster Hunter: las armas y armaduras. Y quien no haya sido un fashion victim en estos juegos, es que no sabe el goce que es ir con tu estupenda armadura de Nerscylla y sentirte un jodido Power Ranger.
Por desgracia, no todo es bueno. A pesar de que jugábamos en PC, muchas de las texturas eran bastante cutres, como en el caso, por ejemplo, de la hierba o la nieve. Además, los casos de popping han estado a la orden del día, con flores que se iban generando prácticamente a nuestro paso.
De la música, por su parte, no me voy a quejar. Lo cierto es que el juego tiene temas MUY buenos, que se disfrutan bastante. El doblaje también ayuda a hacer de todo esto algo más redondo, pudiendo elegir tanto el inglés como el japonés según nuestros gustos.
Tenemos que hacer aquí un pequeño inciso para hablar, concretamente, de la traducción. El juego nos viene con textos y subtítulos en castellano, si bien algunas traducciones no nos encajan del todo. Cosas como «El Jaggi tiene refuerzos» cuando quiere referirse a que un monstruo derribado se levanta nos hace levantar a nosotros las cejas con escepticismo. Y no es la única perla, que conste.
Conclusiones del análisis de Monster Hunter Stories 2 Wings of Ruin
Estamos ante un título que pule muchos de los aspectos de su predecesor. Pese a lo cuál, no termina de despegar debido a algunos fallos que lastra de base. Sin embargo, cumple su cometido tanto para el fan como para aquel que busque una experiencia más ligera, dado que el juego te invita a relajarte y no pensar demasiado.
Puede parecer broma, pero juegos así hacen falta, más aún en esta saga, donde la complejidad de una caza puede llevarte por el camino de la amargura. Es bonito, es entretenido y no hay que pedirle más, porque está bien como está, un guiño con cariño a una saga muy querida, pero ofreciendo otro punto de vista.