Tras analizar el primero hoy os traemos el análisis de No More Heroes 2 para Nintendo Switch. ¡Travis tiene más ganas de portátil!
¡Menuda racha de aventuras de Travis llevamos en la web! Tras el análisis de Travis Strikes Again y el primer título de la franquicia, hoy os traemos el análisis de No More Heroes 2 para Nintendo Switch. Esta entrega, la cual recibe el subtítulo de Desperate Struggle, se estrenó inicialmente en Nintendo Wii en el año 2010. Justo ha pasado una década desde su lanzamiento y viene para vestirse de gala en la híbrida nintendera. Seguid leyendo, que os contamos con pelos y señales todo lo que ofrece este clásico de Suda 51.
De vuelta a escalar en el ranking de asesinos
Travis Touchdown es toda una leyenda en el submundo de los sicarios. Tras haber conseguido el primer puesto en la UAA, se retiró, dejando que Santa Destroy se convirtiese en una mega urbe sustentada en las riquezas y la sangre de los asesinos. Tras ser asaltado por Skelter Helter y matarlo, entrará de nuevo en el programa de asesinos de la UAA, empezando esta vez en el puesto 51. Dado este acontecimiento y el asesinato de su mejor amigo, Bishop, Travis decidirá volver a su pasado sangriento tomándoselo esta vez como un asunto personal.
Tal y como he terminado este párrafo, la trama de No More Heroes 2 es más seria, más solida y más centrada en ser espectacular y profunda. Obviamente, aunque no esté Suda 51 a los mandos, las referencias a la cultura pop, el frikismo extremo y el deleite por el gore siguen presentes, aunque ahora todo tiene un cauce más lógico y no se guía tanto por la sorpresa «random» o la locura histriónica de la primera parte.
Los personajes también cogen más profundidad, tanto en lo estético, con modelos más detallados y exhuberantes (en el caso de las mujeres) como en lo narrativo, contándose la trama como si fuese un «peep show» desde los labios de una mujer desconocida a través de una pared de cristal. En lo personal, la historia no sorprende tanto por acomodarse más en recursos típicos de la narración, pero sin duda atrapa más y nos deja un mejor poso que la de la primera parte.
Más concentrado, desde lo jugable hasta la exploración
Una de las grandes virtudes de esta secuela reside en la extirpación del mundo abierto. Sí, muchos igual veríais esto como algo negativo, pero es que la primera parte contaba con una Santa Destroy vacía, fea y aburrida. Valernos de la moto de Travis para ir de un sitio a otro era un suplicio y que aquí no tengamos que pasar por ese calvario es toda una buena noticia. De hecho, tendremos más actividades y lugares para visitar, todo desde un mapa donde señalaremos la localización y Travis se transportará él solito hasta allí.
Claro está, podremos seguir yendo a comprar ropa (con más complementos y mucho más variados que los de la primera parte), realizar matanzas en contrarreloj, conseguir armas nuevas en el Laboratorio, ir al Gym para dejarnos los dedos en minijuegos con los que aumentar nuestras estadísticas o realizar «trabajitos» para conseguir dinero. Estos últimos se presentan como mini-aventuras en escenarios de 8 bits, donde deberemos superar pantallas como si fuesen juegos clásicos de NES. Podemos desde cazar insectos con una aspiradora, recoger basura en el espacio, cocinar bistecs de carne o colocar tuberías para llevar agua a las casas de Santa Destroy. La mayoría de minijuegos son más complejos y divertidos que los de la primera parte, y también nos reportan más ingresos.
Donde veo pegas es en el gimnasio. Sus minijuegos son pruebas bastante exigentes que cuestan su dinero, y si fallamos, tenemos que volver a pagar. Esto nos consumirá un mogollón de recursos esperando obtener resultados, inclinándose la balanza más hacia la frustración que hacia la recompensa. Una pena, porque puliéndolos un poco más en ese sentido, darían un buen repaso a los de la primera parte. Estando como están, me quedo con los originales sin lugar a dudas.
Ahora sí, un Hack & Slash con todas las de la ley
Otra de las áreas donde ha salido tremendamente beneficiado ha sido en el combate. El mismo continúa la filosofía del original: llevar katana láser en mano para ir repartiendo estopa entre los enemigos que nos salgan al paso. Seguimos jugando con dos posiciones, alta y baja, que variará el número de «hits» y la fuerza de los golpes, además de romper la guardia de los enemigos que se defiendan en la pose contraria a la nuestra. También regresan los suplex, ejecutándose de la misma forma cuando los enemigos están aturdidos (tras golpearlos con puñetazos y patadas con los botones A y B).
Aunque pueda parecer conservador por lo descrito anteriormente, las mecánicas de fijado de enemigos, la precisión de los golpes, la variedad y la espectacularidad de los mismos han mejorado un 300% respecto a la primera parte. Pero donde vemos más cambios es en la tragaperras. Si recordáis, esta submécanica se activa cada vez que ejecutamos un «finisher», pues bien, aunque ahora tenemos menos opciones, las mismas se han mejorado y ahora son más interesantes. Podemos desde transformarmos temporalmente en un tigre, ejecutar a todos los enemigos en pantalla así como tener super velocidad con combos infinitos.
La probabilidad de que nos toquen estos «buffos» es más alta y mucho más útiles a la hora de emplearlos con un mínimo de estrategia. Sumado a esto y como principal novedad en el combate, tenemos el modo Éxtasis, que nos permitirá -durante tiempo limitado- ser invulnerable y atacar ejerciendo más daño. El mismo se representa con el icono del tigre, que conforme vayamos acertando golpes, se irá encolerizando. Una vez esté con la piel roja y rugiendo, podremos desencadenar este modo pulsando el botón Select. Muy útil, sobre todo contra jefes.
Más jefes, más carismáticos y más vistosos
Como habéis leído, empezamos esta vez en el puesto 51 del ranking en vez del décimo. Esto quiere decir que tendremos más jefes a los que partirles la cara y ojo, culpable, que son un auténtico deleite audiovisual. Obviamente, no llegan al nivel de espectacularidad de juegos como Bayonetta, pero vaya que son unos enfrentamientos para enmarcar. Todos los jefes rebosan un carisma fuera de serie, ofreciéndonos combates diferentes donde uno no puede relajarse.
Cierto es que la dificultad está más ajustada frente a la primera parte, siendo más sencillos de derrotar, pero también más satisfactorios. Además, si acabamos el juego, podremos enfrentarnos a ellos en un modo especial sin tener que lidiar con los demás elementos del programa.
Sin olvidar que todo luce con apartado gráfico y sonoro demoledor. El primero, pese al buen trabajo de remasterización que lleva encima, se nota austero en muchas áreas. No así ocurre en esta segunda parte. El motor gráfico empleado por la desarrolladora Engine Software de Marvellous se utilizó para sacar el máximo provecho al potencial de esta revisión.. Y vaya con los resultados. El pelo y la ropa de los personajes ahora se mueven de forma natural, se mejoraron las físicas al completo, algunos elementos del escenario se destruyen, los efectos de luz ahora sí que parecen plasma… Una locura en general.
Echando humo en Wii y ahora también en Switch
Este port, al igual que el del primero, aumenta la resolución del programa hasta los 1080p en modo dock y 720p en portátil. El framerate se ha actualizado de los 30 a los 60 frames, siendo todo un goce para los combates. A diferencia del port del anterior, este sí que cuenta con una fluidez rocosa, sin que se noten caídas en ningún punto del programa. Tampoco olvidar que sale al mismo precio, unos 20 euros en la eShop, lo que es toda una ganga regalada si me preguntáis a mí.
Los controles de movimiento también se conservan pudiéndose utilizar los joycon o el mando pro para ejecutar los «finisher» o las llaves mediante movimientos. En caso de que no nos guste esta funcionalidad, siempre se puede desactivar desde el menú y utilizar el joystick derecho como sustituto. Aunque los controles por movimiento funcionan de forma muy precisa, a título personal me quedo con la fiabilidad y precisión del stick. Cuestión de gustos.
Pues nada más, queridos míos. El dicho de que las secuelas siempre son peores se rompe con Desperate Struggle. No More Heroes 2 es más y mejor que la primera parte, siendo un título más comedido y concentrado, dándonos así una experiencia más purificada y que nos pondrá los 5 sentidos a tope. Una genialidad más del esperpéntico Goichi Suda que no puedes dejar pasar. Más con la tercera parte al caer en unos meses, culpable.