El juego de gestión de trenes llega. Os contamos qué tal ha ido el port en este análisis de Railway Empire para Nintendo Switch.
Los juegos de gestión tienen un amplísimo abanico de temáticas. Desde hospitales hasta parques de atracciones, es un género que ha tocado muchísimos palos. Hoy, en este análisis de Railway Empire para Nintendo Switch, os hablamos de un juego de este estilo basado en algo tan complicado de gestionar como puede ser una red de transportes. De la mano de Kalypso, nos adentramos en la Estados Unidos de 1830.
Un mundo que conectar
Railway Empire se basa en una Estados Unidos antigua donde no existían medios de transporte más allá de los convencionales. Nosotros, como gestores e inversores de éxito, deberemos cubrir esta necesidad de conexión creando una red de ferrocarriles que una las distintas ciudades y pueblos de la zona.
El juego cuenta con una campaña principal que no es en absoluto corta. Se trata de un paseo por la historia de la Estados Unidos del siglo XIX, que nos llevará durante 5 capítulos por los distintos páramos estadounidenses a la vez que la historia real se desarrolla con nosotros de fondo.
Además de la campaña, tendremos distintos modos de juego. En el modo escenarios, podremos elegir un escenario concreto del juego y una época concreta, y enfrentarnos ahí a nuestros oponentes, pudiendo ser estos hasta tres.
Otro modo de juego sería el modo libre donde, de la misma manera, elegiremos región, época y podremos trastocar distintas características de la partida, como el dinero inicial, el número y nivel de los oponentes, o la forma en la que se comportan las redes ferroviarias (si una manera realista o más amigable).
En un tercer modo, el Experimental, podemos encontrar la faceta más relajante del juego. Como en los otros, elegiremos la zona y la época en la que empezaremos, y tendremos total libertad para jugar. Esto quiere decir que tendremos dinero ilimitado y podremos experimentar, como bien dice el nombre del juego, con las opciones que queramos.
Antes de entrar en cualquiera de estos modos, deberemos elegir a un personaje entre los seis que hay. Cada uno de estos contará con una serie de ventajas y desventajas que deberemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestra expansión ferroviaria. Por cierto, resultan bastante carismáticos.
La línea 12 de Metro
Así pues, en lo referente a la jugabilidad, tendremos total libertad a la hora de crear y gestionar la red de transportes. Podremos elegir el recorrido de las vías, buscando siempre la ruta más barata, y eligiendo los asentamientos que cada línea cubrirá, pudiendo crear tantas líneas como queramos.
A la hora de construir la red de transportes, tendremos tanta libertad como cosas a tener en cuenta. Las ciudades, por ejemplo, tienen sus necesidades, y deberemos fijarnos en qué necesitan y de dónde podemos traerlo. ¿Fácil verdad? Podría parecerlo, pero hay que tener muchos factores en cuenta.
Algunos son simples, como la escasez monetaria. Lógicamente no tenemos dinero infinito, y deberemos pensar muy bien cada tramo de vía construido, para ahorrar y sacar el máximo beneficio, ¡puro capitalismo americano!
Pero trazar las vías no es tan sencillo como parece. Al principio sí, claro, porque conectar dos pueblos y una granja no tiene mucha complicación. Los problemas llegarán cuando tengamos que ahondar en esto, necesitando construir vías paralelas, señales de dirección, de stop, y demás elementos de circulación, y aquí es donde el juego más falla.
Si en títulos de corte similar como puede ser Two Point Hospital teníamos un tutorial sencillo y directo, aquí es todo lo contrario. Hay tutoriales, claro, pero estos no son todo lo aclaratorio que nos gustaría, y la mayoría de las veces no sabremos ni qué hacer y tiraremos mucho del “ensayo y error”.
Podremos también poner la atención en cada tren que creemos. Desde seleccionar la locomotora hasta indicarle el número de paradas o elegir el personal de a bordo, así como el tipo de vagones, la personalización en este apartado es amplia. ¿El problema? Que volvemos a no tener demasiada información sobre lo que hacemos.
El juego también cuenta con una especie de árbol investigación, en el que iremos desbloqueando distintas mejoras conforme acumulemos puntos. Dichas mejoras nos servirán para acceder a locomotoras mejores que nos faciliten el trabajo. También podremos mejorar asentamientos y estaciones, ampliando su capacidad, mantenimiento, etc. En esto el juego es realmente completo. El problema, vuelve a ser, la falta de explicaciones claras.
Gráficos, sonido y contenido.
En lo referente a los gráficos, encontramos en Nintendo Switch su versión más floja. Letra a veces en exceso pequeña, se une a una escala muy diminuta para su mundo. Afortunadamente podremos hacer un zoom muy amplio para ver en detalle alguna cosa, que si bien el acabado es peor que en sus otras versiones, cumple sobradamente con lo que podemos esperar.
Tanto la banda sonora como el doblaje cumplen con nota. Una musiquilla muy del antiguo oeste nos acompañará durante nuestras partidas. A su vez, los personajes que aparecerán en pantalla hablarán, contando con un doblaje excelente.
En lo referente al contenido, nos topamos con un juego que llega con sus expansiones de México, Los Grandes Lagos y Cruzando los Andes, que nos llevarán por distintas zonas del continente americano, además de incluir los modos noche y nieve. Esto significa que otras expansiones, como las que transcurren en Europa, no están incluidas y deberemos pasar por caja si queremos jugarlas. Una lástima.