Descubrimos las virtudes de un metroidvania oculto a simple vista en nuestro análisis de Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth.
No dudo lo más mínimo de que vivimos en la edad de plata de los metroidvanias. Tras años desaparecidos han vuelto con fuerza y orgullo con algunos de los mejores títulos de su género. Hollow Knight, Blasphemous y otros tantos brillan por sus propuestas. Es un lujo que podemos ver durante nuestro análisis de Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth tras años en early access.
Pero no todos los lujos son tan buenos. En una época en la que hay tantos títulos dedicados a este nicho cuesta destacar. Cuando hay tantos nombres inolvidables lo fácil es dejar algunos de lado. En otros tiempos no dudo en que juegos como este habrían brillado por su propuesta. Aunque ojo, que sus próximas actualizaciones traerán más que considerar en el futuro.
Pocas maravillas
El nombrecito del juego se las trae. Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth es un título independiente japonés de esos títulos tan largos que cuesta decirlo de recorrido. Y es lógico dada su fuente. Esta aventura sirve en cierta manera como adaptación al videojuego de la franquicia manganime Record of Lodoss War, con decenas de novelas ligeras, series y mucho más.
Esta entrega encaja en el universo como una secuela y spin off a la par. No es necesario conocer el contexto de la saga, aunque haría mucho bien tener un resumen a mano. Su fantasía alta con guerreros, dragones y bestias mitológicas son básicas para imaginar cómo es su mundo. De hecho puede servir como introducción: la historia repasa una decena de nombres relevantes de la historia original.
No es lo mejor a la hora de la verdad. No es mala la idea de presentar a muchos de los héroes y villanos del universo de Record of Lodoss War. Sin embargo, logra que muchos de los jugadores no manejen el tiempo suficiente ninguno de los nombres para que se queden registrados en su memoria. Sólo la protagonista es el personaje recurrente que se nos queda.
Este es un problema que sólo nos puede llevar a dos posibles soluciones. Si conoces de antemano el contexto de la franquicia agradecerás cada aparición como un cameo alegre. De lo contrario lo más posible es que acabes desconectando y avances sin reflexionar en la trama. Es igualmente muy ignorable, no logra destacar dentro de su propio universo. Es más un punto opcional que un auténtico destacado.
Mirada en el espejo
Lo primero que destaca de Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth es su aspecto visual. El cuidado visual que se le ha dedicado es muy bonito, pero no destaca por su originalidad. Sus efectos visuales y apartado técnico nos recuerda constantemente sus influencias, la más sonada de ellas Castlevania: Symphony of the Night.
Por suerte esta falta de inspiración parece que sólo se queda en su aspecto. Nada más coger el mando y avanzar unas pocas pantallas vemos que toda la estructura y combate se diferencian lo suficiente. Aunque tenemos con nosotros un mapa interconectado de buen tamaño, el progreso está establecido por seis niveles diferentes.
Cada uno de ellos es muy estricto en su linealidad, pero volver atrás siempre es una opción. Su idea es hacernos avanzar un poco para hacernos a la idea de cuáles son las mecánicas de la zona, conseguir algunos objetos opcionales y enfrentarnos al jefe de turno. Es en estos donde se ha puesto más esfuerzo y cariño durante el desarrollo. Todos tienen algo nuevo que poner sobre la mesa.
Ojalá el mapa en sí hubiese recibido un trato semejante a ellos. No es porque este no esté mal distribuido o semejantes, todo lo contrario. Su problema es que depende un número importante de veces de la misma forma para desbloquear nuevas y viejas secciones: llaves de colores.
En vez de hacer que la exploración se dé por poner a prueba nuestras habilidades y otorgarnos un mundo más natural, sencillamente abrimos puertas. Es un sistema que deja volar poco la imaginación. No nos lleva a reflexionar sobre cómo abrir lugares, sino sencillamente marcarnos en la cabeza de qué color es la puerta que nos molestó hasta dentro de media hora.
Despierta de tu mal sueño
Aunque el tema de las habilidades deja algo de mal sabor de boca el título consigue destacar en algo: su sistema de combate. De primeras las batallas no son complejos. Tenemos a nuestras manos distintas armas que se diferencian entre sí al ser equipadas, familiares, distintas hechizos. Lo interesante está en su uso de la magia.
Tenemos a nuestra disposición dos elementos, fuego y viento. necesitamos cargarlos y usarlos a nuestro favor para dañar ciertos enemigos, evitar daños ante ciertas amenazas e incluso recuperar salud. Debemos tener muy presente en todo momento qué elementos usamos para movernos hasta el punto de ser crítico. Sobrevivir o no a un combate de jefe dependerá de nuestra capacidad de gestionar este sistema.
La sensación con la que nos quedamos al final del día es que este es un título con filosofía de juego pequeño. No es molesto dado su precio reducido y el largo tiempo que ha estado como early access. Apenas durará entre seis y ocho horas la primera partida y no ofrece mucho para su rejugabilidad. No necesita mucho más tampoco.
Conclusión
Este habría sido un juego que habría celebrado hace apenas cinco años. Trabajando en este análisis de Record of Lodoss War: Deedlit in Wonder Labyrinth me queda claro que los desarrolladores tienen un especial cariño al género y la franquicia en la que se basa. No es un mal juego, y tiene buenas señales como primera obra para crecer como desarrolladores en sus siguientes proyectos.
Por desgracia su falta de originalidad, su uso poco preciso de las habilidades y los problemas de su historia hacen que no destaque en un mar de metroidvanias. Hay muchos otros títulos en el género que recomendaría antes a quienes no suelan echar tiempo a este tipo de juegos. Queda recomendado a los amantes de la saga japonesa y quienes busquen un nombre en el género que no hayan oído antes.