Una nueva hornada de juegos del sello Playlink aparecen justo a tiempo para la campaña navideña. Saber es poder: Generaciones es una divertida fórmula ya conocida para pasarlo bien en Nochevieja.
Cuando muchos echábamos de menos en PlayStation 4 los juegos sencillos y directos orientados a las reuniones familiares, sobre todo tan cerca de Navidad, Sony se sacó de la manga Playlink. Simplemente era una vuelta de tuerca a los videojuegos sociales que habían abusado en el pasado de periféricos (pulsadores, guitarras, bongos,…). La compañía japonesa tiró inteligentemente de un dispositivo crucial hoy en día: nuestro teléfono móvil. En el análisis de Saber de poder: Generaciones vamos a hablar de la nueva oleada de títulos del sello, cuyo aterrizaje vuelve a coincidir con la cercanía de los turrones.
Generaciones es la secuela directa del Saber es poder original. No fue el título que inauguró Playlink, este honor corresponda a ¡Has sido tú!, pero en su haber cuenta con ser el sucesor de un título tan mítico como Buzz. Saber es poder cambió el desarrollo completamente de aquel juego de PlayStation 2. Sigue siendo un concurso para demostrar quién sabe más, aunque la sobriedad televisiva que envolvía a los Buzz fue sustituida por un desarrollo mucho más ameno y divertido.
Saber es poder: Generaciones es una copia fiel del primer juego. Algo que en este caso no resulta irritante. Ocurre como en los juegos de tablero (Trivial, Monopoly, etc.), donde no dejan de aparecer versiones exactamente igual a los juegos originales, pero con una temática seleccionada para la ocasión. Todo aquel jugador que compre, por ejemplo, el Trivial de Star Wars sabrá que ha adquirido un juego igual que el clásico, solo que con preguntas basadas en la saga galáctica.
En los videojuegos ya lo vimos precisamente en los Buzz. Y la nómina se puede ampliar con los Singstar, Scene It, Guitar Hero,… Es lo que ocurre con Generaciones. Las reglas y mecánicas se definieron en el primer título, y ahora es el turno de lanzar lo mismo adaptado a alguna temática en particular.
Como el propio subtítulo del juego explica, para la ocasión se ha elegido una más que interesante: la diferencia existente entre generaciones. El título sentará alrededor de la mesa a una familia donde los más mayores podrán recordar décadas pasadas, como los 80 y los 90, mientras que los más jóvenes presumirán de sus conocimientos de grupos musicales, películas, series de televisión o cultura popular de la actualidad. Las preguntas comprenden de los 80 a los 2010 y, además, se agradece (o no, depende de gustos) la inclusión de aspectos extraídos de nuestro país, algo que se echaba en falta en parte en el original.
Os hemos adelantado en varias ocasiones que el juego es prácticamente un calco al primer Saber es poder. Una vez iniciada la partida, y sincronizados los smartphones con la consola, ya sea a través de la wifi doméstica o una creada por la propia PS4, los jugadores tendrán que elegir un personaje y hacerse un selfie para sustituir el rostro del muñeco por el suyo.
Un pequeño pero del juego se encuentra en la mínima personalización con la imagen del jugador. Este selfie aparecerá en las caras de los personajes incluidos, aunque no habrá ni un atisbo de movimiento; lo que viniendo de un ecosistema móvil en el que cientos de apps ya hacen cantar hasta a los gatos, parece excesivamente simple. El gancho del juego se encuentra en la diversión, por lo que se echa en falta que las caras de los jugadores gesticulen graciosamente en la pantalla.
La partida consiste en atravesar diferentes preguntas clasificadas en diferentes temas. En cada bloque habrá que elegir la década preferida y poco a poco se irá sumergiendo el juego en puntos más concretos (televisión, cultura popular, e incluso subpuntos, como podría ser películas animadas españolas). Un duelo cierra la sección, donde habrá que realizar un minijuego de forma individual e intentar ganar con rapidez y aciertos a los rivales.
Al igual que en el primer juego, los jugadores tendrán a su disposición una serie de obstáculos para complicar la vida al resto de jugadores. En Saber es poder: Generaciones no solo es necesario acertar la pregunta, sino que además la velocidad en responder también es clave. Por eso se puede atacar al contrincante con unas pequeñas trampas que taparán de distintas maneras las opciones de respuestas. Simplemente arañarán segundos a favor del resto.
Una vez que las rondas principales lleguen a su fin, la prueba final es una pirámide en la que los jugadores tendrán que escalar puestos acertando nuevamente preguntas generales. Los puntos conseguidos en la fase previa indicarán la posición inicial en la pirámide, cuanto más se consiga, más alto se comenzará. Lo habéis adivinado: es exactamente igual que el primer juego.
Saber es poder: Generaciones carece de grandes novedades con respecto a su hermano mayor. El cambio está en la temática elegida, unas diferencias generacionales que nunca han estado tan presentes como en la actualidad. Sin embargo, todavía conserva la frescura del año pasado y volverá a picar a los amantes de los concursos y a todos aquellos que quieran vacilar de sabiduría.
Es hora, por lo tanto, de reunirnos con nuestros hijos, padres, hermanos o amigos de diferentes edades para comprobar quién tiene más conocimientos culturales de los 80, 90, 2000 y 2010. Eso sí, antes de que se nos olvide, el juego vuelve a estar narrado por el cómico Dani Mateo. Seguramente sea cuestión de gustos, pero para dedicarse a lo que se dedica, este hombre no tiene ninguna gracia. Dobla con una voz plana, sin ritmo ni alegría, y no concuerda en absoluto con el personaje representado en pantalla. Una lástima.