Si queréis reclutar demonios, ángeles y espectros en general, no os perdáis nuestro análisis de Shin Megami Tensei Nocturne III HD Remaster.
El que el destino del mundo esté en nuestras manos puede ser algo, cuanto menos, peligroso. Pero lo cierto es que nos encanta ponernos a prueba con ello. Y con el análisis de Shin Megami Tensei Nocturne III HD Remaster queda patente que le ponemos ganas al asunto.
Una mitología conocida por todos… o casi
Dioses, demonios, ángeles… no puede decirse que, en lo que se refiere a mitología, estemos precisamente faltos de contenido. Cada cultura ha tenido (y tiene) sus criaturas fantásticas, aquellas que llenan nuestras cabezas de esperanzas e ilusiones, como el Ratoncito Pérez o Papá Noel.
Sin embargo, pese a que pueda verse una versión edulcorada de esto, no hay que olvidar que este tipo de criaturas o entes, en general, han estado envueltas en el misterio. Y ello conlleva una parte oscura y tenebrosa. Porque todo tiene su dualidad. Si bien en la saga Shin Megami Tensei son expertos en sacar esta última visión del asunto.
Y aunque pueda sonar raro el que elementos tan dispares como dioses hinduistas o criaturas de la mitología europea se den la mano, lo cierto es que Atlus ha sabido darle el toque perfecto para hacer que todo ello nos case de buena manera desde hace ya varios años.
El secreto de esto no es nada del otro mundo: a fin de cuentas, usa la imaginería popular para darle sustancia a su obra, si bien lo adorna con elementos propios, tales como un futuro desalentador y un entorno apocalíptico.
Shin Megami Tensei, sin añadidos, viene a ser como ese adolescente que mira la lluvia caer lánguidamente por la ventana mientras escucha canciones que ensalzan más y más una atmósfera depresiva. Sí, culpables, puede que, en el fondo, Shin Megami Tensei no sea tan profundo como otros títulos, pero sí que nos deja claro desde el minuto uno lo que nos vamos a encontrar, el pie del que cojea. Los momentos alegres y con amigos se lo dejamos para aquellos que quieran jugar a Persona.
Shin Megami Tensei III, o como ser duro con el jugador
Porque este es un punto que queremos dejar claro desde el primer momento: Shin Megami Tensei no es Persona. Olvidaos de factores sociales, gestionar el tiempo, romances y bromas propias del anime más japonés. No. Es un JRPG de los clásicos, con sus turnos, la posibilidad de explotar las debilidades de los enemigos y con una historia que va a lo que va.
¿Y sabéis qué? De todos los Shin Megami Tensei, el que nos ocupa hoy, Shin Megami Tensei III, está considerado uno de los más duros. También de los más queridos, porque quien bien te quiere te hará llorar, dicen. Y a veces aquí esto puede ser más que cierto.
Pese a que el juego tiene ya sus años a sus espaldas, no somos de los que gustan de spoilear en exceso, puesto que estamos ante un título que en su momento pasó bastante desapercibido excepto para el fan (además de venir en perfecto inglés, lo que empeoraba la visibilidad).
Es por ello por lo que simplemente diremos que nuestro protagonista se ve envuelto en un incidente que le va demasiado grande, lo que le lleva a acabar en una Tokio post-apocalíptica en la que prácticamente sobrevivir es un reto. Por suerte, él tiene de su parte más de un as en la manga… o simplemente podríamos decir que tiene demasiada suerte, pero una cosa no quita a la otra.
En resumen, nos tocará ver qué podemos hacer en esta situación. Así nos embarcamos en una historia con bastante buen ritmo, que nos muestra poco a poco los matices de todo lo que nos rodea.
Los demonios, esos grandes… ¿aliados?
Por supuesto no lo haremos solos. Tendremos a nuestros más fieles compañeros de nuestro lado… los demonios. Bueno, fieles por decir algo. Los demonios son letales y violentos a más no poder. Y, por supuesto, no se irán con nosotros a las primeras de cambio.
Nos tocará hablar con ellos para convencerlos de que se unan a nuestra filas. Sin embargo, mucho nos tememos que esto no es precisamente sencillo. Cada raza de demonio tiene su propia personalidad, haciendo que nos puedan “trolear” al intentar reclutarlos, marchándose tras haber hipotecado prácticamente nuestra casa para convencerlos para venir junto a nosotros.
Pero ah, cuando al fin lo consigues… suenan las trompetas de la victoria, culpables. Piensas, ¡al fin! ¡ya tengo este magnífico demonio en mi equipo… listo para ser carne de cañón en la Catedral de las Sombras. Que no os den pena: ellos harían lo mismo con vosotros.
Así bien, queda claro que tendremos esa vertiente de negociación, recolección y fusión de criaturas para generar otras nuevas que tanto gustan a los fans de la saga. Y creemos que lo necesitaréis: como hemos dicho, Shin Megami Tensei III es considerado de los más complicados y corroboramos eso.
Y es que habéis de saber que, pese a que se haya añadido un nivel de dificultad “piadoso” para aquellos que no quieran excesivos problemas, el juego es exigente desde el primer momento, y te hace estar atento a cada combate. Creednos, no os podéis confiar nunca. Shin Megami Tensei III conserva en todo su esplendor esa crudeza para con los jugadores.
Un remaster que se queda sin «master»
Esto se debe más que nada a que Atlus ha mantenido toda la esencia del juego. Quizás demasiada. No os vamos a engañar ni nos vamos a ir por las ramas, así que diremos las cosas claras: el remaster, en sí, nos parece un tanto pobre.
No el juego, ojo, puesto el título, como puede intuirse, es muy interesante, con mil matices que explorar y que todo fan de JRPG disfrutaría. Sin embargo, Atlus tiene una tendencia demasiado grande a hacer remasters “vagos”, y en este se nota demasiado.
Ya no hablo solo de la dificultad desbalanceada en según que encuentros (recordad el nombre de Matador, culpables) o la falta de algunas mecánicas que, a día de hoy, serían vitales, como la capacidad de cambiar entre habilidades a placer al tener un espacio limitado.
Hablo de que gráficamente la cosa no termina de lucir. Sí, todo se ve muchísimo más nítido, eliminando ese efecto “niebla” que tenía el primero, a la par que los juegos de luces son más vivos, teniendo además menos dientes de sierra. Pero lo cierto es que todo ello parece un filtro demasiado ligero. La cosa empeora cuando nos damos cuenta que se han mantenido las cinemáticas de PlayStation 2 dentro del título, tal cual, lo que nos ha dejado más que atónitos.
Son pequeñas cosas que nos hacen pensar que al juego no se le ha puesto todo el mimo que merece, sacando un producto de fácil venta, a precio completo, con el mínimo esfuerzo.
Sí, agradecemos enormemente la traducción al castellano y otros idiomas, cosa que todos los fans aplaudimos. A la par que la inclusión de voces tanto en japonés como en inglés. Sin embargo, el interés que han puesto en estos detalles podrían haberlo extrapolado al producto al completo. Nos deja un regusto, como hemos dicho, de un producto un tanto vago en su conjunto.
Conclusiones finales
Puede que el remaster no sea todo lo redondo que merecemos, sin embargo, el juego en sí, con su historia y todo el contenido que ella tiene nos ofrece horas y horas de diversión que todo amante de JRPG podrá valorar. Queda a tenor de cada uno valorar si le renta o no jugar a un juego de PS2 con un lavado de cara superficial.
Nosotros, desde luego, si es por historia y contenido, decimos que sí, puesto que, como hemos reiterado, en concepto de historia y jugabilidad es un auténtico caramelo para los amantes de los JRPG. Sin embargo, el vago remaster nos hace mirar mal al conjunto.