Ritmo, balonazos y rivales de lo más variopintos se dan cita en nuestro análisis de Super Dodgeball Beats para Nintendo Switch.
Los juegos de ritmo son de lo más comunes en todos los formatos. Tenemos aquellos que nos invitan a movernos al ritmo, como son los Just Dance, o aquellos que nos invitan a pulsar botones siguiendo un ritmo determinado, como el genial Old School Musical. Y con esta premisa en mente llegamos a este análisis de Super Dodgeball Beats, donde el ritmo suena junto a los golpetazos de los balones.
Toma balonazo en la cara
La trama de Super Dodgeball Beats es como la de las pelis americanas de acción: importa realmente poco. Lo importante, lo que queremos ver aquí, es el ritmo en la cancha. Nos ponen en situación con unas acertadas viñetas estilo manga, que nos invitan en pocos segundos al tutorial del juego.
La cosa es sencilla, seguir el ritmo que se marca. Esto puede hacerse pulsando un botón, manteniendolo pulsado x tiempo o arrastrando en la dirección que se indique. Sumadle a eso habilidades especiales que podremos usar pulsando los gatillos de la consola. ¿Nuestra misión? Darle al botón en el momento justo y aguantar hasta que acabe la canción. En ese momento, si lo hemos hecho bien, la barrita superior de la pantalla indicará que el balón está en nuestro campo, ganando la partida tras un grito de victoria. Todo muy fácil, sencillo e intuitivo. O al menos, sobre papel, esa era la idea. Pero mucho me temo que no es así.
Estamos ante un juego de ritmo que no marca bien las pautas para seguir el ritmo. Por ello, es fácil perderse a pesar de poner los cinco sentidos en el juego. La cosa se complica aún más por las habilidades. Tienen diversos efectos, desde hacer que no puedas ver el circulito que indica cuando darle al botón, cosa pasable, hasta tirarles dinamita a tus personajes que explota si no le das al botón en el momento justo. Esto a la hora de la jugabilidad pinta bien, le da variedad e invita a fastidiar al compañero, en especial en el modo multijugador.
El problema es que ensombrece demasiado a la música, perdiendo un ritmo ya de por sí difícil de seguir, y la cantidad de elementos que aparecen en pantalla lo fastidia todo aún más. En resumen: darle a los botones es fácil de lograr, puesto que con un poco de práctica puedes hacerlo, pero todo se complica por elementos que le suman demasiada aletoriedad a los enfrentamientos.
Dadle ritmo, baby
Pero una cosa hay que reconocerle al título: el estilo visual es digno de admirar. Todo es muy vivo, con buenos contrastes de colores, y las animaciones de los personajes se ven muy fluídas. Mención especial para el árbitro, cuyos movimientos suntuosos son difíciles de olvidar. Los tiempos de carga, por su parte, también tienen esta vertiente positiva, siendo de apenas unos segundos.
¿Y la música? Bueno… lo cierto es que la música no es una maravilla. Ni destaca demasiado. Lo cual, en un juego de ritmo, es un fallo bastante gordo. A fin de cuentas, es el principal aliciente para jugar a estos títulos, como puede verse en el caso de los Theatrhythm u otros juegos de ritmo, aunque estos hagan uso de temas populares y de grandes sagas. Pero no es excusa, dado que hay muchos juegos originales que cuentan con una banda sonora más que decente en este aspecto.
Conclusiones del análisis de Super Dodgeball Beats
Estamos ante un juego con un estilo artístico reseñable, pero que peca de no estar del todo bien calibrado para ser del todo disfrutable al jugarlo. A no ser, claro está, que quieras echarte unas risas junto a algún amigo, en cuyo caso puede dar bastante miga.
A fin de cuentas, tiene los elementos para hacerlo interesante. Quizás con algún que otro parche que calibre un poco las cosas, mejore sobremanera. Por ahora, lo que tenemos en nuestras manos se queda en algo pasable, que necesita un poco más para lucirse por completo.