El fútbol de antaño sin alineaciones ni tácticas vuelve a nuestras vidas gracias a nuestro análisis de Super Soccer Blast.
Tras estos meses de confinamiento forzoso, las principales ligas de fútbol han vuelto a reanudar sus competiciones. Si sois de los que teníais mono de balompié estáis de enhorabuena, además por partida doble, ya que también tenemos un nuevo título disponible más allá de las entregas de EA y Konami. Eso sí, como vais a poder comprobar en este análisis de Super Soccer Blast, su estilo difiere un poco de lo visto anualmente en las vacas sagradas de este género. ¿Podrá competir con ellos? Vamos a verlo.
Para bien o para mal, si hablamos de fútbol en el mundo del videojuego parece que sólo existen dos títulos, Fifa y Pro Evolution. Esto es así desde hace mucho tiempo, pero hubo una época en la que la variedad de exponentes del deporte rey eran más comunes. Sobre todo cuando la simulación no estaba tan instaurada como ahora, y cualquier opción arcade tenía mayor cabida que en la actualidad. Y eso es lo que ha debido de pensar el estudio español de Unfinished Pixel a la hora de crear su último trabajo. Traer de vuelta algo divertido y sin muchas pretensiones. ¿Hasta qué punto lo habrán conseguido?
Está claro que no a todos los que les gusta el fútbol son amantes de los simuladores. A mucha gente le parecen excesivamente complejos y difíciles de dominar, por lo que no se acercan a ellos ni en pintura. Por ello buscan alternativas más sencillas, que ofrezcan una diversión rápida y sin complicaciones. Super Soccer Blast entra de lleno en esta lista, aunque con algunos apuntes. La apuesta de los desarrolladores es directa y sencilla, hasta quizá demasiado en algunos apartados. Pero eso lo veremos más adelante.

A jugar la Mondo Cup
Para comenzar existen varios torneos ficticios, pero que simulan competiciones reales. Liga, campeonato europeo, mundial. Hay unos cuantos, aunque tampoco demasiados. Del mismo modo, la nómina de equipos es bastante escasa, aunque podremos escoger entre clubes y selecciones. La representación de los primeros está compuesta únicamente por ocho. Todos ellos son ficticios, pero emulan a algunos de los mejores del mundo. Barcelona, Madrid, Múnich, Turín… Los reconoceremos fácilmente, ya que no se han comido mucho la cabeza.
Por otro lado las selecciones disponibles son unas cuantas más, aunque no muchas tampoco. Tendremos equipos asiáticos, europeos, africanos y sudamericanos, encontrándose entre ellos algunos de los más representativos de cada continente. Argentina, España, Croacia, Nigeria, Japón, Inglaterra, Corea del Sur, Italia… Así hasta 16 combinados nacionales.

No diga lewandowski, diga Kowalski
En todos ellos los jugadores tendrán nombres ficticios, aunque su aspecto será muy reconocible pese al aspecto cartoon del juego. Así pues si veis a Lio o Rodríguez en el barcelona, sabréis al instante que se trata de Messi y Suárez. Del mismo modo que Ballack y Gerard representan con mucha fidelidad a Bale y Benzema. En prácticamente todos ellos el trabajo del estudio es encomiable, y raro será el caso que no reconozcamos.
De todos modos para los amantes de los nombres auténticos, tenemos un pequeño editor. Este si bien no es especialmente completo en cuanto a opciones, permitirá a los más duchos crear el equipo de sus sueños de manera bastante fiable. Yo no he podido evitar la tentación de crear uno con mis compañeros de redacción, y mi Athletic Club de Bilbao por supuesto. Eso sí, el parecido con la realidad es pura coincidencia.

Cuando tu vas, yo vuelvo
En cuanto a la jugabilidad de Super Soccer Blast, como supondréis la simulación no es precisamente su punto fuerte. El título se inclina mucho más al factor arcade, que tanta diversión suele ofrecer. Aún así coquetea un poco con el realismo, ofreciéndonos la posibilidad de escoger la potencia en tiros y pases, e incluso incluyendo la posibilidad de realizar estos últimos al hueco. Eso, unido a lo bien plantados que suelen estar los contrarios sobre el césped, hace que podamos trenzar algunas jugadas. Eso sí, nada especialmente complejo.
Lo malo es que al final este pequeño toque de simulación, le pasa algo de factura al título, quedándose en tierra de nadie. Ni es tan realista como los gigantes Pro o Fifa, ni consigue la endiablada jugabilidad de la que hacen gala otros títulos más arcade como Sensible Soccer o Kick Off. Además su dificultad es nula incluso en el mayor nivel de esta, por lo que ganar será tarea harto sencilla, pudiendo hasta conseguir goleadas con relativa facilidad. Todos estos factores terminan por hacer el juego repetitivo muy rápidamente.
Disputando partidos contra otros jugadores la cosa mejora indudablemente, pero incluso aquí hay un pero. No existe ningún tipo de modalidad online, por lo que únicamente podremos enfrentarnos a otros colegas de manera local. Es posible que el carácter de juego independiente y el bajo presupuesto, sean los motivos de esta omisión. No sabemos si más adelante Unfinished Pixel tienen intención de integrarlo, pero haría ganar muchas horas de vida al título.

Gráficos, sonido y conclusiones
Gráficamente y como ya he comentado algo más arriba, el título goza de un estilo muy cartoon. Los jugadores son pequeños y cabezones, con rasgos muy marcados de manera caricaturesca. La verdad es que es muy simpático y agradable a la vista. Pero además los partidos son muy fluidos, no encontraremos fallos ni ralentizaciones, y la física del balón no está nada mal, aunque en ningún caso hace sombra a los reyes del género.
Por otro lado su apartado sonoro es casi testimonial. Un par de melodías para los menús del juego, el ruido ambiente de los estadios, y el sonido de la pelota al ser golpeada. Se echan en falta algunas pistas de audio más, y sobre todo un comentarista que le de algo de emoción a los partidos. Tampoco pedimos a Manolo Lama, nos podría valer con algo de menor nivel como Juan Carlos Rivero.

En conclusión, Super Soccer Blast es un juego entretenido y que nos dará algunas horas de diversión. Está enfocado más a la acción directa, pero nos da la oportunidad de elaborar las jugadas algo más que en otros títulos similares. Lo malo, es que esto hace que no se centre en ninguna de las dos, y se quede un poco en tierra de nadie. Esto unido a su poca de dificultad, hace que se vuelva repetitivo enseguida. Eso sí, para echar unas pachangas con los colegas nos puede valer, aunque tendrá que ser un nuestra casa debido a la falta de modo online.
Allons-y!