La saga Borderlands se vuelve más loca que nunca en este divertido spin-off. Lee nuestro análisis de Tiny Tina’s Wonderlands.
Hace ya algo más de dos años que salió Borderlands 3. La querida saga de Gearbox volvía al ruedo muchos años después tras un mítico e imborrable Borderlands 2 al que le siguió un algo flojo Borderlands: The Pre-sequel. El listón estaba muy alto y, pese a que la nostalgia lo empaña todo, Borderlands 3 es más atractivo de jugar a día de hoy que su predecesor. Y, al hilo de esto, tenemos un nuevo spin-off de la saga que toma las bondades de Borderlands 3 y las lleva por otro sitio. Entérate de lo que ofrece en este análisis de Tiny Tina’s Wonderlands.
Por poner un poco de contexto, la idea original de este nuevo spin-off que probablemente apunte a nueva saga dentro del universo, es la de seguir los derroteros que vimos en el último DLC de Borderlands 2: Tina Chiquitina asalta la mazmorra del dragón. La cabeza alocada de Tina Chiquitina crea un mundo de fantasía y rol, al más puro estilo de Dragones y Mazmorras, para contarnos una historia que mezcla Borderlands con todos los tropos roleros que conocemos.
Un nuevo tablero
La premisa de Tiny Tina’s Wonderlands es sencilla: Tina Chiquitina quiere ser la master de otra partida de rol en la que juegan Valentine y Frette. Cámaras y Cabronazos es la forma que tiene Wonderlands de llamar a esta parodia de los juegos de mesa, y resulta que además de los tres personajes mencionados, también entramos nosotros al juego como personaje propio.
Con esto quiero decir que, por primera vez en la saga, tendremos que crear un personaje y decidir su aspecto, sexo, color de piel y habla, en un editor algo limitado que posteriormente se irá agrandando conforme desbloqueemos cosméticos en la aventura principal.
El tono del juego es el mismo que el de la saga Borderlands pero con un poco de menos vergüenza. Al soltarse las ataduras de llevar una narrativa coherente con la saga, podemos prepararnos para todo tipo de bromas, eventos y situaciones absurdas al más puro estilo Borderlands, pero todo incluido en un marco coñero a rabiar y directamente relacionado con las bromas de rol y sí, las frikadas.
Nuestro objetivo será el de ayudar a la reina Semental del Culo a derrotar al malvado Señor de los Dragones, un poderoso nigromante que quiere acabar con el Supramundo, el nombre que recibe el tablero en el que jugamos y por el que nos movemos como una figura de personaje. Porque sí, en Tiny Tina’s Wonderlands se eliminan las zonas intermedias que recorríamos en coche en Borderlands para meter un tablero que es más directo y encaja mejor con el acervo del juego.
Creo que la historia no está nada mal aunque tampoco sorprende, ni falta que hace. Tiny Tina’s Wonderlands busca la coña constante, el hacerte reír con situaciones y personajes absurdos. Y lo consigue. Además, el hecho de que Tina sea el hilo conductor de la trama y la narradora, sumado a un enemigo principal con más presencia y carisma que el visto en Borderlands 3, hace que la trama se siga con más interés del esperado en un spin-off.
Lo que no me ha acabado de convencer es la desaparición de los personajes predeterminados. Ya no somos Buscacámaras, ahora somos Labradestinos con… poca personalidad. Y es que al final se nota mucho cuando un personaje está diseñado de cero a cuando un personaje es una plantilla del jugador. Tristemente, al desparecer los personajes predeterminados desaparece el carisma que éstos tenían, haciendo que todo se sienta ligeramente peor.
Mismo perro con distinto collar
Tiny Tina’s Wonderlands es una suerte de Borderlands retocado muy ligeramente. Los primeros cambios los notamos en un sistema de clases más similar a lo visto en juegos de rol. Además de la clase principal y su árbol de habilidades (a los que luego podremos añadir una clase secundaria) tenemos que añadirle un sistema de atributos sacados directamente de los juegos de rol: Fuerza, Destreza, Inteligencia, Sabiduría, Constitución y Chiripa. Éstos son los stats que modificarán nuestras estadísticas de personaje. Eso sí, tampoco esperéis nada muy complejo.
Otro añadido respecto a la saga Borderlands es la inclusión de las armas cuerpo a cuerpo. Lo que antes era algo más o menos anecdótico, ahora cobra más peso tomar esto como un arma más, lo que dota al juego de una opción más de personalización de clase. Y lo cierto es que funcionan bien pese a que lo principal sigue siendo el sistema de armas de fuego.
Armas de fuego que se mantienen muy fieles a lo ya visto. Es cierto que ahora alguna cambia un poco y se adapta al mundo de fantasía, sustituyendo a veces las balas por virotes de ballesta o los perdigones de escopeta por haces mágicos, pero grosso modo sigue siendo lo mismo, una especie de skin algo vitaminada.
La chicha se encuentra en las habilidades de acción de cada personaje, que serán dos (cuatro si accedemos al sistema multiclase) y podemos equiparnos con cualquiera de ellas, haciendo que el uso del R1 y del L1 sea para el uso de dichas habilidades.
Otra novedad la encontramos en los objetos que nos podremos equipar. Además de las cuatro armas principales y el arma cuerpo a cuerpo, podremos equiparnos con dos anillos, un amuleto, un traje y los hechizos. Por supuesto, también vuelven los míticos escudos de la saga.
A modo de endgame, el juego vuelve a añadir el famoso Modo Caos, que suponen hasta 20 nuevos niveles de dificultad en los que podremos seguir mejorando nuestro equipo a base de repetir zonas de juego pero en los niveles más altos. Una novedad aquí serían las Cámaras de Caos, que son una suerte de mazmorras muy al estilo roguelite que nos darán mucho botín, muchas horas de juego y mucha dificultad para tener la posibilidad de hacernos con las mejores armas. Estas Cámaras de Caos cuentan con seis niveles, encontrándonos con un jefe final a cada tres nieveles. Además, tendremos la oportunidad de elegir un camino más sencillo pero con menor recompensa, o uno más complicado con mayor recompensa.
El resumen es que tenemos el mismo sistema de Borderands de siempre pero con mejoras jugables que se basan en la clase de personaje que llevemos. El toque de rol que añaden a la aventura se siente tremendamente bien, y mezclado con el ya excelente gunplay que tenía la saga, pues sale un combo perfecto. Quizá se podría haber pedido mejoras respecto al juego base, porque de hecho es muy evidente que el juego utiliza al máximo la base de Borderlands 3, pero quizá ese terreno sea más cosa del próximo Borderlands que de un spin-off dirigido casi en exclusiva a los fans de la saga.
Gráficos y Sonido
En el apartado gráfico no encontramos novedad ni mejora respecto a las versiones de nueva generación de Borderlands 3. El juego corre a 60 fps muy disfrutables debido a la acción desenfrenada del título. Lo que sí he notado es algún momento en el que la imagen se ha congelado. Normalmente ha ocurrido pocas veces pero, cuando sucedía, eran dos o tres momentos de congelación de la pantalla que no he sabido adivinar a qué se debe. Era algo que no ocurría en Borderlands 3 y que no entiendo que ocurra aquí, siendo un juego exactamente igual gráficamente.
Donde destaca el juego muchísimo es en el doblaje y la adaptación a nuestro idioma. Una vez más, es magistral y no se le pueden poner ningún pero. Me parece fundamental jugar la saga Borderlands en el idioma que más manejas debido a que muchas coñas están adaptadas al mismo y da al juego un sabor muy familiar.
Algo que me ha sorprendido del juego es el uso que hace de las funciones de PlayStation, muy superior a las de casi cualquier juego de la plataforma. Los gatillos representan muy bien las diferentes armas del juego, llegando incluso a cansarse el dedo de tanto disparar. Pero la atención quiero ponerla en el uso de las tarjetas de PS5, donde nos indican cómo continuar misiones si nos quedamos atascados o cómo resolver puzles, coleccionables, etcétera. Aquí el trabajo es realmente bueno.
Una excusa para seguir con Borderlands
Si te gusta Borderlands, te gustará Tiny Tina’s Wonderlands. Esa es la conclusión más directa que se puede extraer del spin-off de la saga. No pretendas encontrar aquí algo que se diferencie mucho del juego en el que se basa ni algo que rompa con los esquemas ya vistos en el universo de Pandora. Estamos ante un juego dirigido casi en su totalidad a los fans de la franquicia que están al día con el acervo de la misma y que estaban necesitados de novedades.
Tiny Tina’s Wonderlands es un muy buen juego de acción shooter, tremendamente divertido y muy adictivo. No reinventa la rueda, ni falta que hace. Simplemente es una excusa para volverse más loco que la saga base, pero sin perder el norte ni afectar a una jugabilidad que roza la excelencia. Los añadidos diferenciadores son buenos, correctos y dotan al juego de esa versatilidad que quizá no podamos ver en Borderlands. De hecho es que el juego es precisamente eso: un Borderlands sin ataduras de ningún tipo.