En este análisis de Yonder: The Cloud Catcher Chronicles te cuento por qué es una experiencia fantástica al estilo Harvest Moon, y por qué no deberías pasarlo por alto.
Yonder es, ante todo, una experiencia relajada. Olvídate de algo si quiera parecido a una batalla, porque aquí hemos venido a relajarnos y disfrutar. La típica historia de aventurero obligado a reconvertirse en varias profesiones. En este análisis de Yonder: The Cloud Catcher Chronicles te cuento qué puedes hacer y por qué este juego era tan necesario.
Un compendio de todo lo bueno
Seamos serios: Yonder: The Cloud Catcher Chronicles no tiene nada de original. La secuencia introductoria es un calco de la vista en The Legend of Zelda: Breath of the Wild y el rollo granjero busca esposa se la debe a Stardew Valley. Entonces, ¿qué lo hace tan bueno? Básicamente, todo.
Empezamos en un pequeño editor donde creamos a nuestro aventurero, y tras sufrir un aparatoso desembarco, llegamos a Gemea, una isla cubierta de una oscuridad púrpura llamada Murk. Debemos recorrer la isla buscando Sprites, unas hadas con poder para eliminar esa oscuridad. Y ya está.
A partir de ahí, una historia totalmente insustancial, NPCs sin carisma alguno, misiones de recadeo y una pequeña explicación prácticamente al final, y con sensación de relleno.
Vamos a salvar Gemea, ¡a las granjas!
Gemea se divide en ocho zonas bien diferenciadas. En cada una de ellas, debes montar una granja, cuidarla y ayudar a los aldeanos en toda suerte de misiones, muchas de ellas con cierto parecido. Gracias a esta granjas, se generan una serie de recursos que podemos utilizar o vender. También hay elementos esparcidos por la isla, como cofres de tesoro o animales que podremos recolectar.
En Gemea no hay enemigos. Olvídate de ir repartiendo justicia infantiloide. Lo máximo que encontraremos es el Murk, el cual es inofensivo, y solo sirve para bloquear ciertas zonas. El potencial de Yonder: The Cloud Catcher Chronicles reside su sistema de crafteo, el cual permite crear casi de todo, con todo aquello que encontremos en nuestro camino. Un sistema simple en su ejecución, pero complejo en sus posibilidades. Y con cierto aroma a Minecraft, siendo sinceros.
Las granjas son uno de los elementos centrales del juego. Podemos tanto guardar recursos como generarlos, además de cultivar y cuidar animales. No suponen un gran esfuerzo e incluso podemos delegar su cuidado en un aldeano al que pagaremos con comida.
Gráficamente, Yonder: The Cloud Catcher Chronicles es preciosista y cuidado. No revoluciona el género ni falta que le hace. Todo en Gemea es bonito, hasta el Murk. Y en ninguna de las horas que pases en Gemea vas a sentir incomodidad. Es un regalo visual. Y auditivo, porque el apartado sonoro va a la zaga con una banda sonora perfecta en cada zona, además de buenos efectos climáticos o contextuales.
Un viaje imperfecto pero grande en su conjunto
Dentro de lo limitado de su concepto, Yonder: The Cloud Catcher Chronicles tiene poco que mejorar. Igual, un sistema de comercio más elaborado o un sistema de viaje rápido hubiesen mejorado la experiencia. Y algo que eliminase la sensación de repetición una vez hayamos descubierto todas las zonas.
Pero con todo, Yonder: The Cloud Catcher Chronicles es una aventura para aquellos que quieren vivir algo relajado, una aventura donde se permita todo sin tener que reparar en barras de vida o clases de armas y armaduras. Es una aventura como pocas hay. Merece la pena salvar Gemea.