Dos clásicos de la PlayStation original regresan con un gran lavado de cara, pero mismas sensaciones. Análisis Tony Hawk’s Pro Skater 1+2.
Analizar los remakes de los juegos clásicos es siempre una experiencia curiosa. Te acercas a ellos con la ilusión de redescubrir a tu yo de niño, aquel chaval que se maravillaba con los gráficos de una PlayStation que ya pasa el cuarto de siglo y pasaba horas en las mismas pantallas, una y otra vez. Pero también te acercas con el miedo de descubrir una verdad que te aterraría: aquel juego no era tan bueno. Por suerte, este análisis Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 lo estoy escribiendo con la ilusión de aquel niño que deseaba que la escuela fuera tan molona como la de uno de sus juegos favoritos.
Otra vez los chichos de Vicarious Visions nos traen una remasterización perfecta de una de las sagas más clásicas de PlayStation 1. Los padres de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy han dado una nueva vida a la saga Tony Hawk con el regreso de las dos primeras entregas adaptadas a los gráficos actuales, pero manteniendo la esencia arcade de siempre.
Sabor añejo
Lo primero que notaremos nada más iniciar el juego es un golpe de nostalgia brutal. La cinemática inicial, la música de fondo y todo lo que envuelve al juego nos transmitirá las mismas sensaciones que ya nos transmitieron los juegos originales allá por los noventa. Tony Hawk’s Pro Skater es skate desenfadado. Una jugabilidad arcade que en la época se destilaba mucho y que hoy en día no tanto.
Y por eso esta remasterización ha acertado de pleno al brindarnos un juego con una jugabilidad tan arcade, haciendo los mínimos cambios para que no se note algo demasiado arcaico. Y el primero de estos cambios es la introducción de un tutorial en el que, de manera muy clara, se nos explican los conceptos básicos de una jugabilidad simplona en su manejo pero profunda en su dominio.
El juego incorpora tres tipos de jugabilidad: la estándar, la de THPS1 y la de THPS2, con sutiles diferencias, pero diferencias al fin y al cabo. Es recomendable utilizar la jugabilidad estándar, pero bueno, está bien añadida la posibilidad de cambiar entre ambas.
Otra cosa a destacar de la jugabilidad son las opciones de modificarla. El juego nos da la opción de facilitar algunas acciones como el grindeo o el equilibro en la realización de algunos trucos. Algo que, honestamente, le quita la gracia al juego, pero bueno oye, ahí está si lo único que buscamos es fliparnos haciendo trucos imposibles.
Pero bueno, aquí lo importante es cómo se siente al jugarse, y la verdad que los nostálgicos estamos de enhorabuena. Es increíble cómo funciona la memoria muscular. Hacía años, puede que más de 15, que no me ponía a los mandos del juego, y me ha impactado lo bien que mis dedos recordaban algunos de los movimientos del juego. Puede sonar absurdo, pero descender por la rampa del Almacén o grindar las mesas de la Escuela II, para finalizar con algún truquillo, eran recuerdos y habilidades que creía enterradas hasta que me puse a los mandos.
Es un ejercicio de adaptación sencillamente espectacular, pero nada sorpresivo viendo la buena mano de esta gente con la trilogía del Crash original. Lo cierto es que alguno podría pedir algo nuevo… pero tal y como están diseñados los escenarios, pensamos que sería más error que acierto modificar el gameplay.
Tampoco ha envejecido nada mal la faceta arcade del juego basada en un sistema de puntos y recolecciones (que más adelante abordaremos). Realmente el juego te “pica” a conseguir puntaciones altas intentando toda clase de trucos sin caerte de la tabla. A veces no está mal recordar de donde venimos, y el sistema arcade de Tony Hawk’s Pro Skater es tan maravilloso como adictivo.
Dos juegos en uno
En la pantalla inicial tendremos todo lo que necesitamos. En primer plano tendremos un Tony Hawk que nos recordará al mítico que manejamos en su día, pero no estará solo. Tendremos a nuestra disposición más de una veintena de skaters, tanto antiguos como modernos, con diferentes habilidades y apariencias secundarias.
No obstante, la gracia está en crearse a tu propio skater. La personalización facial no es muy allá, eso es cierto, pero tendremos a nuestra disposición una variedad bastante decente de complementos, que van desde las tablas de skate y sus ruedas y ejes, hasta todo tipo de ropa, como zapatillas Adidas o mascarillas quirúrgicas.
Y pese a que todos adoramos a Tony, lo suyo es crearse un personaje para sacar el máximo rendimiento al juego. El juego incorpora un sistema de niveles y puntos que nos serán útiles para mejorar las estadísticas de nuestro skater y para comprar ropa y tablas en la tienda del juego. La subida de nivel irá marcada por nuestra pericia en la tabla y, a más trucos, mayor experiencia y mayor nivel. Aunque bueno, realmente subir niveles no sirve para nada más allá de desbloquear objetos de personalización y hacer que nuestro personaje mejore sus stats.
Desde el menú también podremos acceder a los modos de juego. Tendremos el modo “Tours de skate”, el multijugador y el creador de parques. El primero de los modos sería el principal, y de ahí podremos acceder al THPS 1, al THPS2 o un modo llamado Ranked & Free Skate. Este último modo agrupa todos los mapas (17 en total) y tiene tres submodos: skate libre, partida individual y partida a contrarreloj. Los dos primeros modos dejan al jugador libre para hacer lo que quiera por los mapas, únicamente cambia que en partida individual hay un límite de dos minutos. Por otro lado, en partida a contrarreloj se replicará la lista por completar objetivos pero sin límite de tiempo.
Pero la chicha y lo que nos hará picarnos lo encontraremos en el apartado dedicado a cada juego. En ambos la dinámica es la misma: un primer mapa desbloqueado, una lista de diez tareas a completar y un mínimo para desbloquear el siguiente mapa. Las tareas suelen ser las mismas en cada mapa, así pues, encontraremos objetivos de puntuación alta, recolección de las letras S-K-A-T-E, recolección de objetos, destrucción de entorno, cinta oculta y la obligatoriedad de realizar algún truco específico en un punto concreto. También habrá modos competición en los que deberemos quedar entre las tres puntuaciones más altas para poder superarlos, pero que no requieren ningún requisito más.
De primeras este modo de cumplir objetivos y desbloquear nuevos mapas es facilillo y ameno, pues muchos de los objetivos son fáciles de completar, pero la cosa se irá complicando a medida que avancemos y nos pidan más objetivos completos para desbloquear el siguiente nivel. En algún momento la progresión natural se frenará y nos veremos obligados a repetir mapas, completando todos los objetivos, para poder acceder al siguiente mapa. No está del todo mal, pues incentiva al jugador a jugar más y mejor, pero puede que a alguien le moleste. Eso sí, desde el modo libre podemos ver todos los mapas.
Me gustaría señalar que realmente se nota el cambio del primer al segundo juego. Si bien en los originales, además, se modificaba la jugabilidad ligeramente (aquí eso no se nota), los mapas aumentaron en tamaño y en secretos, añadiendo muchos de ellos zonas ocultas solo accesibles o desbloqueables haciendo cosas muy concretas. Eso sí, una vez desbloqueadas las zonas, podremos acceder siempre que queramos.
El skate con colegas, mejor
En cuanto al multijugador tenemos varios modos. Podremos jugar tanto en local como online. En local tenemos 8 modalidades, que van desde el skate libre hasta la puntuación más alta, destacando el mítico de marcar objetos que seguro que a tantos os vició hace más de veinte años.
El modo online es un poco similar. Está modo el jams en el que se repiten las 8 modalidades de forma aleatoria y por mapas, tocando a veces hacer X y otras veces Y, pero siempre frenético. Y luego está el modo competitivo, que como su nombre indica, te enfrentarás a los mejores jugadores.
Finalmente, en el creador de parques podremos tanto crear nuestros parques como jugar a los creados por la comunidad. En otras palabras: parques infinitos y a nuestro gusto. El modo creación es tan completo como el original y da mucho juego. De primeras tendremos lo básico para hacer de todo, pero en la tienda podremos comprar algún objeto especial que, si bien muchos son decorativos, no está mal tenerlos a mano para crear lo que queramos.
Gráficos y Sonido
Podemos decir que los gráficos y sonidos son la antítesis perfecta de lo que busca y logra este juego. Por un lado, los gráficos son francamente buenos, ni más ni menos, sin demasiada pretensión, pero acorde con los estándares actuales. Absolutamente todo lo que estaba sigue estando y se ve mejor que nunca. Además, podemos elegir entre los 4K y 60fps o los 1080p y 120 fps, a gusto del consumidor.
En cuanto al sonido, nada cambia y eso no puede ser mejor noticia. Bueno sí, que el juego viene doblado y localizado completamente al español. Pero vaya, lo importante era la banda sonora. Podemos estar pletóricos de felicidad porque esta se mantiene, con auténticos temazos que nos retrotraerán a aquellas tardes en casa de tu primo luchando por ver quien marcaba más objetos. Y es que escuchar Guerrilla Radio de Rage Against The Machine mientras te grindas unos taxis en Nueva York es la infancia videojueguil que muchos conocimos y hoy redescubrimos.
En cuanto a los añadidos en PS5, encontramos un uso ligero de los gatillos adaptativos, pero realmente nada destacable, apenas lo podremos notar, pero lo cierto es que tampoco hacía falta.
Donde sí encontramos un buen uso es en la implementación de las tarjetas de actividades que incorpora el sistema de PS5. Desde el menú principal de la consola, situándonos en el juego y dando hacia abajo, desplegaremos un buen puñado de tarjetas con las distintas actividades del juego. Así pues, en unos 15 segundos accederemos a la modalidad de juego que queramos sin tener que pasar por los menús de dentro del juego y saltándonos varias pantallas de carga. Todo comodidades.
Conclusiones
Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 es una oda a la infancia que muchos disfrutamos y cada vez añoramos más. Puedes no tener ni idea de skates, pueden incluso aterrarte, pero cuando enciendes el juego el los primeros compases de la maravillosa banda sonora empiezan a sonar y te metes en un primer nivel a hacer el cabra con el monopatín las horas se te pasarán volando y disfrutarás como un enano.
La remodelación que sufren los mapas, adaptando todo a los tiempos actuales pero sin perder ni un ápice de su personalidad, mezclado con una jugabilidad tan arcade como sólida, nos brinda un juego que tiene que ser lo que es, porque fue lo que fue, y lo que antaño funcionaba muy bien o sigue funcionando muy bien. A veces la simpleza es una virtud, y lo comedido de las pretensiones de este Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 es lo que hace que brille con tanta fuerza.