La actual potencia de las consolas y ordenadores es lo que principalmente ha motivado que cada vez haya menos salas recreativas, pero en países como EEUU o Japón siguen dando muy duro. Tanto es así que los grandes fabricantes de recreativas siguen en su empeño de sorprendernos con arcades que serían imposibles de jugar en los salones de nuestras casas.
Una de esas compañías es Taito, y como para muestra un botón, os hablamos de Elevator Action Death Parade, un shooter ambientado en un ascensor.
Este concepto no es algo nuevo ya que la propia Taito publicó Elevator Action allá por el año 1983. Tomando el papel de un espía, debíamos infiltrarnos en un edificio de 30 pisos a través de los ascensores del mismo. Además de recoger todo tipo de documentos secretos, también teníamos que evitar e incluso hacer frente a los agentes enemigos. Todo ello acompañado a través de pequeños puzzles.
El acabado de ese arcade, aunque correcto, está dentro de las limitaciones técnicas de la época, así que la acción se nos muestra bajo una perspectiva lateral con unos gráficos bidimensionales bastante simplones.
Pero vamos con Elevator Action Death Parade, que es el arcade que nos importa en este caso. El planteamiento jugable que se plantea en este capítulo es el de un shooter on rails, lo que viene siendo un juego de disparos como Time Crisis, The House of the Dead o cientos más que hay tan similares.
La jugabilidad como podéis suponer es bastante limitada, ya que es el propio juego el que va guiando a los personajes, lo único que podemos hacer durante la mayoría del tiempo es disparar a todo enemigo que se nos ponga por delante.
El acabado gráfico tiene un aspecto bastante notable y realista, como viene siendo habitual. Sólo que en este caso, además de tener que enfrentarnos contra agentes enemigos, también deberemos derrotar a distintos tipos de criaturas de monstruoso aspecto.
Y el argumento sí que viene siendo más de lo mismo, ya que nuestra misión consiste en infiltrarnos en un rascacielos.
Pero entonces, ¿qué tiene de novedoso? Básicamente la cabina de la recreativa, que simula un ascensor. Pero va mucho más allá del concepto decorativo, ya que el ascensor es una parte fundamental de la jugabilidad, permitiéndonos interactuar con el juego más allá de los disparos indiscriminados.
A pesar de que el propio sistema del juego es el que nos guía durante la mayoría del tiempo (infiltrándonos por los pasillos, por ejemplo), son los momentos en los que estemos dentro del ascensor donde mayor interactividad tendremos.
En el panel principal de la cabina disponemos de tres botones alineados verticalmente. El superior y el inferior representan una flecha, hacia arriba y hacia abajo respectivamente. Lógicamente, servirán para subir o bajar plantas en el ascensor. El botón central nos servirá para abrir y cerrar las puertas del ascensor, sirviéndonos incluso de protección en determinados casos. De hecho, las puertas del ascensor son reales. A ver si me explico. Que no es que estén dentro del juego, si no que las puertas forman parte de la cabina. Cuando se cierran, tapan completamente la pantalla de juego, a modo de cubierta. En determinadas escenas incluso pueden quedarse entreabiertas porque el ascensor no funcione bien o se haya averiado. Es decir, que la interactividad es total. El funcionamiento del ascensor no sólo depende de nuestras ordenes, si no también de lo que esté sucediendo en el juego.
Como shooter y bajo un punto de vista general, tiene pinta de ser un arcade más que correcto. Aunque como “simulador de ascensor” le faltan ciertos detalles como conversaciones insulsas sobre el tiempo o el típico vecino gañán que no hace más que quejarse de todo.