Boku no Hero Academia 2×16 me ha parecido un capitulazo. Comienza a explotar poco a poco lo que se ha ido cocinando las últimas semanas sin dejar de lado reflexiones interesantes.
Es curioso lo que me ha pasado con Boku no Hero Academia 2×16. Es quizá el capítulo con más agujeros de las últimas semanas, pero también es el que ha tenido más facilidad para llegar hondo. Soy una persona que disfruta y valora mucho los “momentos” de cualquier obra. Y hoy he saltado hasta tres veces de la silla por pura emoción.Si dejamos las emociones a un lado, lo que importa de este capítulo son los personajes. Iida, Stain, Todoroki y Midoriya, por ese orden de importancia. Sabemos algo más de Stain y se revela parte de su mentalidad. Acorde al diseño, su particularidad (paralizar a alguien del que se haya tragado la sangre) es bastante edgy, adolescente y como sacado de un videoclip de Evanescence. Pero, curiosamente, su manera de pensar es distinta.
Stain, Iida…
Podría resumirse como una suerte de Kira; el justiciero maquiavélico que cree que su visión es la adecuada y considera que debe destruirlo todo para que las cosas sean como él cree que deben ser. Por eso le dice abiertamente a Mirodiya que él si es digno de vivir. Para él, la forma de actuar de este último es la de un héroe. No la de, por ejemplo, Iida.
Y es que, como decía, este capítulo sirve para mostrar el cambio de personalidad de Iida. De una manera completamente justificada por el ataque a su hermano, ahora está completamente cegado por la venganza. Hasta el punto de no salvar a Native o de no querer ser salvado por Todoroki y Midoriya. Así, Iida comienza una lucha interna en la que se cuestiona qué es ser realmente un héroe y si su hermano estaría orgulloso de su forma de actuar.
Mientras está en el suelo paralizado, replica a gritos a sus amigos por haber ido a ayudarle. Pero se topa de frente con la convicción férrea de Midoriya y con la tremenda madurez de Todoroki. El primero, como siempre, pelea más con la cabeza y el corazón que con la fuerza bruta. Y el segundo por fin ha podido aceptarse.
… Midoriya y Todoroki
La aparición estelar del protagonista para salvar a Iida es, quizá, el momento más tenso y épico por el contexto en lo que llevamos de temporada. Tras analizar la situación, Midoriya aparece como un rayo para propinarle un soberbio smash en la cara a Stain y mandarlo a volar. Este instante de apenas 5 segundos y el posterior diálogo de Midoriya definen todo lo que es este personaje y llega a evocar a All Might. Tras entrenamiento y asimilación de su poder, Midoriya sigue siendo él mismo; inteligente, amable, humilde y fuerte gracias a todas las personas que conoce.
Pero aun así pierde contra Stain. Y es entonces cuando Todoroki hace acto de presencia. Ha sabido extraer lo mejor de cada persona con la que se ha topado, incluido el monstruo de su padre. Comprende que a pesar de llegar a ser tan diabólico, sigue siendo el segundo mejor héroe del mundo. Y, por si fuera poco, tras la charla con su madre ha aceptado a su otra mitad y su humanidad. Además ha empezado a establecer cierta relación de amistad con Midoriya (con el que trabaja maravillosamente) y empatía con Iida (por su dolor del pasado). Eso era lo único que le faltaba para ser el mejor y más fuerte de todos los protagonistas.
No, no voy a negar que es mi personaje favorito (y el de cualquiera con dos dedos de frente, por el amor de All Might).
Errores que pesan poco
Como dije al principio, es fácil verle las costuras a este capítulo. Al final los grandes momentos vienen precedidos de situaciones en las que se crea tensión de manera forzada y en las que se ve venir qué va a pasar. Por ejemplo, Midoriya ha pasado de no poder estar más de 3 minutos manejando el One For All a usarlo casi a placer (sin ir más allá de ese 5 %). También es demasiado casual que el tipo de sangre de este sea la más resistente al poder de Stain. O que dos chavales hagan sudar al gran asesino de héroes. Que este último se quede mirando mientras los otros hablan y desvela su poder… Definitivamente, dista mucho de ser perfecto.
Pero me gusta pensar que Midoriya, Todoroki e Iida representan tres visiones de lo que es ser un héroe. La convicción pura de uno, la madurez y aceptación del otro, y la ceguera de venganza del último. Toda la evolución que trata de representar el anime contra la destrucción del statu quo que plantea Stain. Eso es lo que muestra y desarrolla un capítulo de 20 minutos que transcurre en un callejón y en el que tampoco faltan puñetazos, momentos épicos y dramáticos.
Con sus errores, Boku no Hero Academia 2×16 es el primer capítulo que me ha sabido tan a poco. Sin que sirva de precedente; capitulazo.