Puede que Donkey Kong Jr. no sea el mejor juego que hayamos podido jugar en nuestra querida NES, pero supo actualizar de una manera sencilla y correcta una jugabilidad bastante limitada, o que al menos aparentaba ser bastante limitada. Y para qué negarlo, ahora que estáis todos a tope con Mario vs Donkey Kong: Tipping Stars no he visto mejor oportunidad para revisitar uno de sus “predecesores”.
Como bien supondréis el juego nos pone bajo el rol de Donkey Kong Jr., el hijo de Donkey Kong, un bebé gorila que es conocido coloquialmente como DK Jr. El motivo por el que tan entrañable personaje ha de salir a la aventura es para rescatar a su padre, el cual se encuentra secuestrado por el malvado… … … ¡Mario! Así es, una de las novedades más desconcertantes de este título es que en él se nos mostraba a Mario como el antagonista de turno.
Parece ser que el fontanero más bonachón de los videojuegos se ha cansado de que todo el mundo le ningunee y ha decidido poner remedio a ello capturando a uno de sus archienemigos. Así que la jaula que en su día sirvió para tener cautiva a la princesa de turno en esta ocasión sirve para retener el simio, el cual está custodiado por un Mario irreconocible que hará todo lo posible para que no seamos capaces de llegar a rescatar a nuestro padre.
En esta ocasión los retos a los que deberá hacer frente Donkey Kong Jr. difieren mucho de los que tuvo que hacer frente su padre. Nos encontraremos con cuatro pantallas totalmente diferenciadas y en las que la jugabilidad y mecánica, aunque relativamente común, será bastante distinta de una a otra. Las tres primeras pantallas tienen en común que basta con conseguir la llave que hay en la parte alta de la pantalla para poder abrir la jaula de Donkey Kong, pero en la cuarta deberemos recolectar hasta seis llaves para conseguir esto mismo.
Si en nuestro avance somos golpeados por los enemigos o por alguno de los objetos que nos tira Mario ya podremos ir despidiéndonos de una vida, algo que será bastante habitual si no somos cuidadosos. Y ojito cuidado con Mario, que látigo en mano se dedicará a azuzar a los enemigos para encabronarlos y que se lancen a la caza del simio. De verdad, Mario está irreconocible en este juego.
A pesar de su brevedad el juego consiguió convencer a la gente hasta el punto de que se generaron varias secuelas en torno a este particular universo de Donkey Kong, la más extraña de ellas sin duda alguna fue Donkey Kong Jr. Math. En este suerte de juego educativo nos encontrábamos al archienemigo de Mario que nos mostraba un número, y a su hijo que debía hacer uso de los números “colgados” de las lianas y de los signos matemáticos de las plataformas para conseguir obtener el número en cuestión.
Salvo de secundario segundón, este personaje se ha dejado ver muy poco por otros juegos de Nintendo. Ahora es cuando me empezáis a listar todos los juegos en los que ha aparecido, pero tranquilidad, sé que ha aparecido en varios, el tema es que sinceramente me parecen muy pocos para el tipo de personaje que es. La respuesta a esto puede estar en la teoría que corre por internet y que afirma que Donkey Kong Jr es el padre del protagonista de Donkey Kong Country y que el Donkey Kong original es el personajes que actualmente conocemos como Cranky Kong.
Será verdad, será mentira o será fruto de la mente de alguien que se aburre mucho y por lo visto tiene muy pocas cosas importantes en las que ocupar su tiempo, sea lo que sea la verdad es que esta teoría es sorprendente y lógica a partes iguales.
Ya sabéis que en muchas ocasiones suelo acabar recomendado que desempolvéis vuestras viejas máquinas para disfrutar del juego en cuestión, pero en esta ocasión me conformo con que desempolvéis vuestras Super Nintendo y le deis un buen rato a alguno de los “Country”.