Ya os hemos hablado anteriormente sobre la colección permanente de videojuegos y consolas que el MoMa ( Museo de Arte Moderno de Nueva York) alberga en su Colección de Arquitectura y Diseño desde hace siete meses. Personalmente, me parece una idea muy acertada, y un paso adelante en la consolidación del videojuego como una disciplina artística más.
El museo, a través de su blog, ha anunciado que va a umentar la colección con siete nuevas «piezas» que aúnan clasicismo y modernidad. Las obras son estas:
Magnavox Odyssey (1972)
Pong (1972)
Space Invaders (1978)
Asteroids (1979)
Tempest (1981)
Yar’s Revenge (1982)
Minecraft (2011)
Un reconfortante sentimiento de orgullo recorre mi espina al pensar que la industria, si, a veces se equivoca, pero poco a poco gana el reconocimiento que se merece. Bravo por el MoMA.