Una vez pasado su enfrentamiento, tendremos a nuestra disposición los favores del gran Leviathan y su ataque Rugido Oceánico el cual causa mucha pupita a nuestros enemigos.
Después de protagonizar uno de los momentos más espectaculares de Final Fantasy XV, tendremos al gran leviatán disponible para invocarlo cuando que… para invocarlo. Esto de las invocaciones en Final Fantasy XV es muy random y nunca sabremos que «animalote» vendrá en nuestra ayuda.
A medida que voy jugando me doy cuenta porque han hecho las invocaciones de este modo. Aunque me gustaría tener una barra para cada invocación y utilizarlas cuando a mi me dé la gana, las han hecho tan impresionantes, espectaculares, destructivas que veo normal el cambio. Y es que la destrucción de una invocación en Final Fantasy XV se puede ver muy bien en el siguiente vídeo.
Estaba luchando contra un Miasmolbol y sus crías cuando me salta una invocación. Cuando hay una invocación no hay que hacerse el chulo, así que rápidamente uno pulsa L2 (juego en PS4) y aparece Leviathan con su ataque Rugido Oceánico para hacer que el combate sea más fácil. Lo que ocurre es que al igual que las otras invocaciones, el ataque elimina todo animal que hay a unos cuantos cientos de metros a la redonda.
Esto es de agradecer por dos cosas. Por un lado esos enemigos que están a varios metros se podrían unir a la batalla de sorpresa. No sería la primera vez que estamos luchando contra un pedazo de enemigo y se juntan a la fiesta animales e imperiales. El segundo motivo por el que tanta destrucción es bueno es la experiencia. Aunque Noctis recibe mucha más experiencia, todo el grupo se ve beneficiado por la invocación. Encima aquí las invocaciones son mucho más poderosas terminando de un solo golpe con la mayoría de enemigos. En este caso el maldito molbol de las narices (es un enemigo que siempre he odiado en los Final Fantasy) aun sigue con vida después de pegarle un lavado con el ataque de Leviathan.