La Gamescom de este año ya ha tocado a su fin y ha vuelto a colocarse en el primer nivel en cuanto a ferias de videojuegos. Sus números no paran de crecer año tras año, y esta vez no ha sido menos. Pero es evidente que esta vez la feria germana ha sido distinta, especialmente para el gran público como nosotros y no hay que ser muy inteligente para darse cuenta. Esto nos lleva a pensar, ¿qué le ha pasado a la Gamescom?
El caso es que los últimos años siempre hemos tenido la Gamescom como un punto de referencia donde las grandes compañías se dan cita y comienzan a exponer novedades y juegos en sus conferencias. En los últimos años siempre se ha visto alguna que otra sorpresa, y muchos datos se han ido revelando durante el evento. Esta vez no ha sido así.
(El tráiler lo podéis encontrar en el canal de IGN)
Lo cierto es que ya estábamos advertidos de esto, pues eran muchas las compañías que dijeron que no tendrían conferencia alguna. Sony o Microsoft fueron de las primeras, por lo que dos platos fuertes del sector ya estaban perdidos. Pero a estas bajas se les ha sumado otra penitencia, y es que las compañías que sí que han estado no han seguido un hilo conductor como puede ser una conferencia al uso. En vez de eso se han limitado a jugar a cosas, enseñando muy poco en mucho tiempo en unas especies de charlas de más de 3 horas.
Es por eso mismo que el mayor anuncio de la feria, probablemente, haya sido el infame Metal Gear Survive en lugar de algo más grande. No ha habido grandes anuncios de cara al futuro, en lugar de eso, ha sido un buen momento para repasar lo que hay en el presente.
Por ejemplo, Ubisoft ha aprovechado la Gamescom para anunciar la beta de For Honor y dar algunos datos interesantes, o Electronic Arts confirmando la beta de Battlefield 1 y Titanfall 2. Todo esto regado con muchos tráilers. Es algo, está claro. Pero quedan lejos de aquellos grandes anuncios de nuevos juegos, nuevas IP o algo similar.
Si queréis repasar todos los anuncios más «grandes» y sonados de la feria, aquí os dejo nuestro índice del evento:
No os quiero engañar, en un principio este artículo iba a estar enfocado según la pregunta “¿qué le ha faltado a la Gamescom?”. Pero tristemente desde nuestro punto de vista ha faltado casi todo. O al menos, todo lo que podríamos esperar.
Pero la clave está en esto mismo que he dicho: “nuestro punto de vista”. Por fortuna o por desgracia, ni yo ni ninguno de mis compañeros hemos podido asistir al evento, por lo que nos ha tocado cubrirlo desde aquí y por eso tenemos esta percepción de “Meh, pues qué mal ha ido este año”. Sin embargo, hay que tener en cuenta a los que han estado allí, tanto a las compañías como a los asistentes y los compañeros de otros medios a los que les ha tocado sudar la gota gorda.
Y por eso he reformulado la premisa del artículo: “¿por qué ha cambiado la Gamescom?”. Efectivamente, al menos este año ha cambiado. No ha sido un evento que sigue al E3, sino que ha estado centrado en otras cosas. Esta vez los juegos estaban simplemente para probar y ahí estaba el gran catálogo, como los indies, y la información más interesante solo se daba a puerta cerrada o mediante entrevistas. Nosotros a través de una pantalla y un teclado no hemos podido calar ese ambiente.
¿Ha cambiado la Gamescom a peor, entonces? Yo creo que no. El enfoque ha sido distinto, y aunque negativo para nosotros, ha sido positivo para el público que ha podido asistir, y tremendamente enriquecedor, seguramente. No obstante, no quiero perder la pregunta clave de vista, y creo, y solo creo, que tengo la respuesta, ¿por qué ha cambiado la Gamescom?
Con el resumen del pasado E3, yo mismo escribí las siguientes líneas:
“Las compañías, los medios y los jugadores tenemos que replantearnos la feria, porque está cambiando y no nos hemos adaptado a ella.”
Creo que precisamente, en medio de ese proceso de adaptación se ha visto envuelta la Gamescom. Además, no hay que olvidarse de que este año ha sido uno de transición: los grandes anuncios ya se han mostrado, y los otros grandes están al caer. Por ejemplo, el Playstation Meeting será un punto clave en el porvenir de Sony si sucede lo que todos esperamos (Playstation Slim y Playstation Neo) o el Tokyo Game Show, sitio donde Square-Enix está en su salsa.
Ante esto, las compañías han dado un paso atrás, y la Gamescom en vez de quedarse quieta también ha dado pasos, pero hacia adelante y por otro camino. Ha cambiado su filosofía. Se ha centrado en los visitantes, en lo que ya hay, en los videojuegos, y en ser un punto de reunión. Por eso se ha celebrado un festival musical, por eso va cada vez más gente, y por eso la gente cada vez está más contenta.
Estamos en medio de una época donde las compañías ya no necesitan los grandes eventos para dar a conocer sus sorpresas. Hace 15 años todos íbamos al quiosco más cercano a comprar nuestra revista favorita para ver qué se había dejado ver en el E3, ahora ya sabemos todo lo que va a salir desde el momento en el que la desarrolladora lo quiere y los medios digitales nos hacemos eco lo mejor que podemos.
Ya no existe la necesidad del E3 o la Gamescom por estos mismos motivos, y por eso mismo no hemos tenido grandes anuncios, revoluciones o sorpresas abiertas al gran mundo. La Gamescom se ha abierto, pero a un entorno más «familiar». No se ha tomado como una gran feria, sino como una gran reunión, un punto de encuentro entre medios, desarrolladores y público. Y quizá ahí esté la clave del cambio en la Gamescom de este año.