Nos han conquistado la ciudad y es nuestro deber intentar salvarla. Hemos jugado y te contamos las Impresiones de Siege Survival: Gloria Victis.
Aquí estamos de nuevo, culpables, para traeros las Impresiones de Siege Survival: Gloria Victis. El nuevo juego de Black Eye Games ambientado en el mundo medieval del propio Gloria Victis que deja de lado la parte más rolera para meterse de lleno en la gestión de recursos.
En esta toma de contacto hemos podido darle bastantes horas al inicio de la campaña, así como acceder a localizaciones que aún no se habían visto. Pero no es el juego completo, así que para dar nuestro veredicto final, tendremos que esperar al lanzamiento.
Una ciudad bajo asedio
La hemos liado parda, culpables. Nos han capturado la ciudad y nos hemos quedado con una mano delante y una detrás. A partir de aquí, nos tocará reconstruir lo que podamos y ayudar a los soldados a echar a los invasores. Y la cosa es que no va a ser nada fácil porque hay bien poco a lo que acogerse.
Cada partida se inicia con una serie de opciones que tendremos que seleccionar. Qué protegen los guardias, qué elementos se priorizan… en función de lo que elijamos, el inicio de la historia (y algunos elementos de la misma) cambiarán un poco. Aunque serán nuestras decisiones las que acabarán llevándonos por el camino de la amargura… o no.
Una vez que cojamos las riendas de nuestro primer personaje, veremos que nos queda un largo camino por delante. Nos hemos refugiado en un bastión semiderruido y el enemigo no para de atacarlo. Nosotros no sacaremos espadas y demás… pero la borde de la sub capitana nos va a exigir que le demos de todo. Comida, armaduras, agua, medicinas… Y sí, es una borde de cuidado…
Así pues, con lo poco que encontraremos (algún que otro cascote), tendremos que empezar a crear un pequeño poblado dentro de las murallas. Y esto lo haremos a base de construcciones rudimentarias que nos ayudarán a acceder a más elementos.
Construye y recolecta
El juego se basa principalmente en la gestión de unos recursos que son más escasos que los conciertos este año de COVID. Con lo poco que empezaremos podremos construir un pequeño aserradero para hacer leña y tablones. Con ello podremos ir dándole forma al campamento construyendo hogueras, estaciones médicas, talleres de reparación o incluso hornos.
Sin embargo, lo que más escaseará será la materia prima. Y esto va a ser un problema en todo momento. La comida que nos queda en el campamento es de apenas un par de gallinas y un par de cerdos. Y con eso no llegamos a ningún lado.
Tendremos que cuidarlos, mimarlos y engordarlos para que nos den elementos que podamos usar más adelante. Y en caso de hambruna extrema nos los comemos. Pero vamos, ya te advierto que si llegas a eso has perdido… Porque más vale un par de huevos al día y nada de carne que un poco de carne hoy y nada de huevos en el resto del tiempo.
Con lo que vayamos construyendo en nuestro campamento podremos ir consiguiendo algún que otro recurso. Por ejemplo, siempre podremos tirar de un recolector de agua de lluvia para no morir de sed… Tampoco te olvides de poner trampas para ratas. No saben a pollo… pero peor está un caldo de zapato. Y de vez en cuando siempre viene bien secar la comida… porque se pudre. Que aquí no hay frigoríficos.
Como veis, culpables, la cosa no nos la ponen nada fáciles. Y a pesar de que hay una zona de ruinas de las que salen cosas aleatorias, tarda mucho en usarse y da muy poco material. Es decir, que lo que tenemos en nuestro fortín no nos da para nada. Así que hay que salir a buscar recursos.
Explorando a lo Commandos
La otra parte de la jugabilidad que os podemos contar en las Impresiones de Siege Survival: Gloria Victis consiste en darle a la exploración y al sigilo. Como en toda ciudad amurallada, hay pasadizos secretos. Y gracias a ellos podremos salir de nuestro bastión y acceder a la ciudad asediada.
¿Para qué? Os preguntaréis. Pues para intentar encontrar algo de recursos que no tendremos dentro y alguna que otra cosa. De hecho, la madera, los restos de construcción e incluso algunas semillas o verduras las podremos encontrar en nuestras incursiones por la ciudad.
Pero claro, no todo es tan bonito como parece. Tendremos un inventario limitado y, lo más importante de todo: tiempo limitado. Cuando salga el sol será muy probable que haya guardias y que no tengamos dónde ocultarnos. Así que no podemos pararnos todo lo que queramos.
Esta exploración es, en parte, un poco Commandos, ya que los personajes que mandemos tendrán que actuar con nocturnidad y alevosía. Hay que escapar de guardias (no tenemos equipamiento para enfrentarnos a ellos) e ir demasiado rápido hará que seamos ruidosos.
Por suerte, si lo hacemos bien y con tranquilidad, cada noche que salgamos podremos recolectar cosas o incluso encontrar nuevos aliados. A base de eventos en los que tendremos que decidir qué hacer, podremos llevar gente al bastión. Eso sí, cuidado con lo que eliges porque igual se te mueren un par de ellos por el camino.
También podremos desbloquear nuevos caminos y accesos directos para llegar antes de los lugares nuevos. Es aquí donde está todo el material… y no es infinito. Hay comerciantes por ahí, pero son caretes. Así que no te flipes luego construyendo, que igual te llevas una sorpresa.
El tiempo: nuestro enemigo
El principal enemigo del juego es el tiempo. Todo va contrarreloj. Desde el minuto uno el tiempo va pasando inexorablemente para todo. Las construcciones, las exploraciones… pero sobre todo el estado de nuestros personajes y los ataques al bastión.
Al inicio solo tendremos a un pobre hombrecillo que tendrá que hacerlo todo. Pero luego llegarán más, si lo hacemos bien. Cada uno de ellos se especializa en algo y es más eficaz en ese campo. Incluso algunos desbloquearán caminos en las incursiones que otros no pueden.
Con esto, podremos ir dedicando personas a distintas funciones. Pero ojo, que se cansan, se mueren de hambre y hasta pueden enfermar si pillan un resfriado o acaban heridos. Por ello es importante llevarlos a comer y a beber, cual personaje de los sims. Y sobre todo, no matarlos de cansancio.
Cuanto más débil esté el personaje, más tardará en hacer las tareas que le encomendamos. Y si no lo cuidamos bien… pues se nos morirá. Y eso significa menos mano de obra.
Al final, todo consiste en generar recursos para nosotros y, sobre todo, para enviarlos al frente para que los soldados tengan alguna posibilidad contra los invasores. Pero las decisiones que vayamos tomando y cómo distribuyamos los recursos serán clave para el devenir de un desastroso futuro… Porque lo veo muy negro yo, la verdad.
Algunos contras
El juego realmente es muy interesante. El sistema nos permite controlar durante un tiempo la gestión del bastión en ruinas y durante otro, las incursiones a la ciudad. Esta combinación hace que siempre tengamos algo diferente que hacer… pero también que tengamos un petardo en el culo porque el tiempo pasa.
Sin embargo, hay una cosa que he podido comprobar jugando varias veces el inicio de la campaña y es que dependiendo del camino que elijamos, es muy probable que acabemos en un punto muerto.
Conforme exploremos la ciudad podremos ir desbloqueando caminos con palas o quemando cadáveres. Sin embargo, si no tenemos estas herramientas no podremos abrir más caminos. Y si no los abrimos no podremos recolectar más recursos de otras zonas. Por lo que esto se convierte en la pescadilla que se muerde la cola.
Al final, a pesar de tener bastantes decisiones, el juego puede llevar a convertirse en un embudo donde realmente hay pocas salidas correctas. Lo veremos, sobre todo, en las decisiones que tomemos con algunos eventos.
Por ejemplo, llevar a un personaje fuerte a calmar a uno y meterle una hostia lo mata. Por lo tanto, al final tendremos que llevar a alguien menos fortachón e intentar calmarlo de otra forma. Si necesitamos madera al inicio, no deberíamos de tirar en la exploración de la ciudad por zonas donde no haya. Más que nada porque nos llevará a un punto sin salida donde no tendremos para cocinar, ni hacer palas ni seguir el camino. Y morirán todos de hambre o de sed.
En definitiva, que hasta que no has cogido un poco de soltura, realmente el camino es muy lineal. Y no es hasta que no desbloqueas un par de zonas que no tienes algo más de «libertad» a la hora de decidir tu camino.
Conclusiones de las Impresiones de Siege Survival: Gloria Victis
Lo que hemos podido probar del juego no es, ni mucho menos, la campaña completa. Solo es el prólogo (más amplio que la demo) pero también con varias cosas bloqueadas. Las sensación es buena, porque mezcla géneros de una forma curiosa. Sin embargo la falta de libertad real hace que sea un poco frustrante el inicio.
El juego no te deja guardar, por lo que si la cagas, automáticamente se guarda y ya no puedes volver atrás. Esto es un punto muy positivo para el desarrollo de la sensación de agobio continuo y de que un paso en falso lo destruye todo. El tiempo, la ambientación y ese «no volver atrás» le dan ese toque de juego de supervivencia que a veces se queda en el camino.
Por el momento, lo que hemos visto es interesante pero falta ver el resto para determinar si realmente la variedad es tal o no, al menos en la campaña. Aunque lo potente del juego es que podremos crear nuestras propias historias y tramas desde cero… Pero eso será en el lanzamiento.
Por lo pronto, estamos atentos.