Después de centrarnos en una alfombrilla volvemos a centrarnos en otros juguetes de la marca Razer, siendo en esta ocasión el protagonista un teclado, el Razer Tartarus.
A diferencia del anterior teclado que analizamos, el Razer Tartarus presenta de primeras un aspecto que lo hace realmente llamativo para quienes no estén metidos en el tema de periféricos para videojuegos. ¿El motivo? Su falta de botones en comparación con los teclados de toda la vida.
Diseño
¿Qué tiene de especial la falta de botones para ser considerado un periférico gamer? Pues su diseño. Los juegos de PC abarcan una gran cantidad de géneros, pero si quitamos la estrategia y poco más veremos que durante las partidas la inmensa mayoría de botones del teclado quedan de adorno debido a que no se usan, quedándose con el protagonismo W A S D y las teclas de alrededor. Teniendo eso presente, los teclados de este estilo aprovechan sus «pocos» botones para poder tener un diseño mucho más ergonómico que el de un teclado de toda la vida, algo que efectivamente se refleja.
De esta forma, el Razer Tartarus se presenta en la parte superior con 3 hileras de 5 teclas cada una de ellas, mientras que deja el lateral derecho para un joystick con un botón en su parte superior.
Las teclas cuentan con una pequeña inclinación para aportar una mayor comodidad a la hora de pulsarlas y no tener que hacer malabares con los dedos. Además de ello, cuentan con retroiluminación, la cual no solamente se sitúa debajo de cada serigrafía, sino que también se hace presente en los huecos que hay entre los botones, dando al periférico el gran brillo verde marca de la casa.
Pasando al lateral podemos ver que el pulgar queda reposando en una base, además de quedar encima justo del joystick, con el que podemos manejar hasta cuatro posiciones distintas. Por si esto fuera poco, la misma base es un botón, por lo que con solamente pulsar hacia abajo tendremos una acción extra en nuestro teclado.
Funciones
El principal uso del Razer Tartarus es de los controles más clásicos de los juegos de PC, tal y como demuestra su configuración inicial, que recoge la parte izquierda del teclado clásico, quedando ubicados W A S y D en las teclas con muescas.
No obstante, el periférico cuenta con el software de Razer Synapse 2.0, con el que podemos cambiar la función de cada una de las teclas y guardarlas en perfiles, por lo que si hay alguna función que no entre en la configuración de serie solamente hace falta añadirla y pista.
Si a ello le sumamos que cada perfil puede guardar hasta 8 configuraciones de teclas y que podemos crear incluso macros nos encontramos también un buen teclado para los MMORPG, dado que podemos asignar nuestras combinaciones de hechizos a cada uno de los botones.
Ergonomía
Tal y como se aprecia a simple vista, el Razer Tartarus presenta una buena ergonomía. Si sois de manos grandes os vendrá bien sus dos longitudes que presenta el reposamuñecas, para que no tengáis que tener los dedos curvados durante su eso. No obstante, aquí se acaban los cambio de comodidad que podemos hacer, así que olvidaros de cambiar la inclinación de éste. Otra de sus pegas es que no se trata de un teclado mecánico, sino de uno de membrana.
Conclusiones
Si venís de usar un teclado convencional os vais a sentir muy desorientados al principio por el tema de colocación de las teclas, sobretodo con las funciones del pulgar, pero como todo periférico es cuestión de tiempo a adaptarse. No se trata de algo imprescindible para jugar, pero una vez que te acostumbras resulta la mar de cómodo no tener tantas teclas muertas a mano. Queda en la mente de cada uno reflexionar si el gasto por estar más cómodo jugando merece la pena o no.