El regreso de la chica de acero viene emotivo. Tras el final de temporada, Kara ha desaparecido de escena. Supergirl 3×01 nos presenta y enlaza con lo que viene ahora.
Los superhéroes nunca pueden ser felices durante mucho tiempo. Eso parece que es una norma escrita en cualquier universo. Bueno, menos en los de Disney, allí son todos felices y comen perdices. Supergirl 3×01 nos enseña un poco de esta tristeza y de lo que ha supuesto el golpe más bestia que Kara ha recibido en su vida.
El problema es que, como recordaréis, esa herida se la produjo ella misma.
Supergirl sin Kara
Las dos primeras temporadas de la serie nos han dejado muy patente una cosa. Y es que Supergirl no existe sin Kara Danvers. Es imposible que se separen las dos. Una es la fuerza, pero la otra es el corazón. La parte más humana. Sin una de las dos, nuestra protagonista no está completa. El problema llega cuando, pese a saber esto, una de esas partes desaparece por miedo al dolor.
Kara tuvo que, literalmente, expulsar a Mon El del planeta. A la persona a la que amaba con todas sus fuerzas y que le complementaba. El dolor de la pérdida no es nada comparado con lo que intenta expresar durante el episodio de hoy. No confundamos las cosas.
Kara no desaparece porque no es capaz de lidiar con el dolor de haber perdido a su amor. Ella no necesita a un hombre que la complemente. Es autosuficiente. Los tiros no van por ahí. Lo que de verdad le duele es que ella fue la que tuvo que tomar la decisión. Lo que más le asusta es que, por encima de Kara, Supergirl eligió. Eso es lo que le duele realmente a nuestra chica de acero. Y eso es lo que le ha hecho enterrar a Kara Danvers en lo más profundo.
Es por esto por lo que se refugia en Supergirl. No por huír del dolor de la pérdida. Sino porque, además, no sabe cómo afrontar el hecho de tomar esa decisión. Incluso Superman le dice que él no habría podido tomarla. ¿En qué lugar deja eso a Kara? Es humana o no. ¿Quién está por encima? ¿Ella o Supergirl? Y sobre todo y ante todo ¿pueden existir ambas a la vez y ser felices las dos?
Pues parece que ella misma ha decidido que no puede ser. Y que nunca será.
Un nuevo comienzo
Este primer capítulo de la temporada nos ha dejado un par de cosas interesantes. Para empezar, hemos visto a la nueva cala malévola a la que odiar. Y a un personaje al que tener en cuenta.
Por un lado, hablamos del enemigo declarado de Lena Luthor y que, por mindundi que parezca, podrá dar más de un quebradero de cabeza a nuestras heroínas. Por otro lado, tenemos a la mamá bestiaja que nos han presentado de una forma tan poco disimulada.
¿Quién es? ¿Será buena o mala? Pues, posiblemente tire más para lo segundo ya que, por lo que sabemos, se trata de Reign, la jefa de los World Killers. ¿Recordáis el final de la temporada pasada? ¿Recordáis que, además de Kara y de Clark había alguien más que escapó de Krypton? Sí, culpables, nunca son los únicos.
Pues bien, esta última capsula de escape sería esta señorita. Un arma kryptoniana que se modifica genéticamente. Y ello podría hacer que ni si quiera los enemigos tan poderosos a los que se ha enfrentado Kara le hagan frente.
Ya hemos visto cómo, poco a poco, va a ir despertando por culpa de esos sueños… o pesadillas vaya. La pregunta es cuándo lo hará. Y sobre todo, cuándo veremos la ayuda que se ha prometido a Supergirl. La que llegará de otro planeta.
Un buen comienzo
He de reconocer que el comienzo de la tercera temporada de Supergirl no ha estado nada mal. Buenos efectos, una trama algo normalita pero interesante y, de fondo, los problemas personales que, por suerte, no caen en clichés.
Me sigue preocupando lo fácil que es burlar la seguridad en el mundo y lo rápidamente que llegan los malos a todas partes. Pero bueno. No es fácil hacer que los enemigos se enfrenten a superhéroes si no dominan técnicas mágicas o informáticas de alto nivel.
Por el momento, sigue siendo de las series que más me gustan de DC. Igual es porque es ñoña como ella misma. Pero bueno. Veremos a ver qué tal le va a The Flash, que en breve lo tendréis por la web, y a Arrow. Porque sí. Me niego a ver Leyendas del Mañana. No tengo estómago para ello.