Los chicos de THQ no ganan para disgustos. Después de meses encadenando fracasos comerciales, venta de juegos a la competencia e incluso cierre de estudios, llega el enésimo varapalo en forma de cierre de oficinas. La desarrolladora ha decidido prescindir de su división Asia-Pacific, que se centraba en la distribución de sus juegos en ese mercado y que tenía su sede en Melbourne (Australia). El cierre no se producirá de forma inmediata, sino a lo largo de los próximos meses, una vez THQ haya traspasado a All Interactive Entertainment el control de las ventas.
Según las declaraciones de Ian Curran, vicepresidente ejecutivo de la compañía, el motivo de esta decisión es económico, ya que ceder el proceso de distribución a otra empresa y eliminar oficinas es una forma de minimizar costes. Ambas empresas son viejas conocidas: AIE ya se encargaba de la distribución de sus juegos en Nueva Zelanda, por lo que su director, Robert Kingston, afirma estar encantado con el acuerdo.
Parece ser que este tipo de decisiones se están poniendo de moda entre las desarrolladoras: SEGA también anunció que cerraba sus oficinas en Australia a principios del verano.