Toren es el nuevo ArtGame indie creado por los brasileños Swordtales (desconocidos hasta ahora) aprovechando la nueva ley Rouanet que ha impuesto su gobierno, que incentiva la inversión en la cultura. Su propuesta, al más puro estilo de clásicos como ICO, nos lleva a manejar a Moonchild (su protagonista) desde su más tierna infancia hasta convertirse en adulta, teniendo que cumplir su destino de matar al dragón que habita en lo alto de una torre. Por desgracia, aunque su mensaje y propuesta son bastante prometedores en un principio, el juego hace aguas en todos sus apartados, y su duración (apenas 3 horas) tampoco ayuda.
Bonito, pero mal ejecutado
Toren entra dentro del selecto grupo de ArtGames. Éxitos de la industria como Journey pertenecen al mismo, y aunque ya existía desde hace años, en la actualidad están más de moda que nunca.
La historia de Toren es bien sencilla: la humanidad ha construido una torre tan grande que les permite llegar a las estrellas y la luna. Como castigo, se les impondrá que el sol nunca abandone su posición y tengan luz 24 horas al día, además de poner a un dragón como cancerbero de la cima de la torre.
Aquí es donde, de forma un poco confusa (como todo el juego) entra en juego Moonchild, nuestra protagonista. La controlaremos desde que es un bebe y apenas gatea hasta su edad adulta, donde tendrá que cumplir su destino de derrotar al dragón en la cima de la torre. Nos “acompañará” en la aventura un anciano (que parece ser el que nos ha criado) que se limitará a darnos consejos durante la aventura.
Toren intenta mezclar sin mucho éxito las plataformas con la acción, añadiendo algunos puzles y, sobre todo, momentos donde no sabremos que puñetas estamos haciendo (echando sal en el suelo, dibujando cosas…) pero que el resultado son frases poéticas que nos hablan sobre la vida, que la muerte es solo el comienzo… en definitiva, paranoias que incluso al que le guste este género se quedará con cara de WTF, ya que ni ellos lo entenderán.
Su control es malo, así os lo digo, directamente. El pad algunas veces hace lo que le da la gana, los saltos son todavía más toscos que en el Castlevania de Gameboy, la lucha con la espada está mal acabada (aunque tampoco importa mucho, ya que solo hay dos tipos de enemigos además del dragón) y la cámara será mejor ni hablar de ella, ya que nos deja completamente vendidos, llegando incluso a no vernos en el plano.
Técnicamente la cosa no mejora en absoluto. Tearing y Poping por todas las partes que miremos, un acabado gráfico de hace dos generaciones, personajes mal moldeados (Moonchild tiene menos expresividad que la madre de Stallone) y unos escenarios que, aunque bellos, dan la sensación de estar inacabados por todas partes. En lo que respecta al sonido, Toren salva el tipo con pistas melódicas para nuestros paseos por la torre, y con piezas más épicas para los escasos momentos de acción.
Su duración tampoco ayuda al resultado final. Si en la primera jugada nos sentamos con tiempo, lo acabaremos en unas 3 horas como máximo. Si ya queremos conseguir todos los trofeos, pongámosle que nos lleve toda la hazaña alrededor de 6 horas.
Pecando de novatos
Las buenas intenciones de Swordtales son claras, consiguiendo, como ya os he comentado anteriormente, que Toren me recuerde al clásico entre los clásicos ICO. Sin embargo, todo el juego da un aspecto de inacabado que tira para atrás, y por muy indie que sea el título eso es imperdonable, algo que se puede culpar a su corta vida en este nuestro mundillo. Solo podemos salvar su cuidada OST y su mensaje (con moraleja) alrededor del juego, que es bastante bonito y nos dará que pensar durante días una vez acabada la historia.
El juego ha salido a la venta para PS4 y PC al precio de 9.99€, quizá algo elevado para la escasa duración que tiene, pero tampoco nos arruina.