Si os gustan los retos clásicos en los que el más mínimo despiste se paga muy caro, no os perdáis nuestro análisis de Furwind para Nintendo Switch.
Hoy en día, a excepción de las obras de Miyazaki y algún que otro título independiente como Maldita Castilla, los videojuegos tienden a ser sencillos. Ponemos el disco y podemos pasarnos varias horas sin despegarnos del mando. Pero hubo un tiempo en la que con 25 pesetas, es posible que no duráramos ni 10 minutos en determinados juegos. La obra que hoy nos ocupa nos devuelve de nuevo a esa época, con la suerte de no tener que dejarnos toda la paga para terminarlo. Bienvenidos al análisis de Furwind.
https://youtu.be/RHHPOn28U6M
El estudio español Boomfire Games, ha debido de pensar que las aventuras actuales no son los suficientemente exigentes. Por ello nos traen un juego de plataformas con estética 16bits y una mala leche sólo comparable a la mítica fase de las motos del Battletoads. Si os gustan los desafíos este es vuestro título, culpables.

Poca historia
La trama, como era habitual en este tipo de juegos, es algo totalmente secundario y sirve únicamente como justificación para nuestros actos. Hace unos mil años, existían unos seres conocidos como los ancianos, Estos poseían un inconmensurable poder pero uno de ellos se sentía infravalorado, así que decidió envenenar el corazón de todas las criaturas como venganza. Por supuesto sus iguales no lo toleraron y consiguieron encerrarle. Pero ahora un extraño culto lo revive con intención de lograr poder, poniendo todo en peligro de nuevo. Como no podía ser menos, le toca a nuestro protagonista, Furwind, liberar al mundo de este mal.
A los mandos de este pequeño zorro, deberemos completar 3 mundos con sus correspondientes fases. Cada una de estas será no lineal y deberemos explorarlas en busca de la salida. Pero para salir, antes habremos de haber eliminado a los dos mini jefes que en ellas se encuentran. Al morir, estos nos soltarán la mitad de un medallón. Cuando juntemos las dos partes, el portal por el que escapar se activará.
Aunque de este modo ya podamos abandonar ese nivel, no será lo más recomendable. Antes, lo ideal es rebuscar por todo el mapa hasta encontrar los dos pergaminos que existen en cada uno. Estos nos servirán para desbloquear sendos desafíos que tendremos que completar si queremos acceder al boss final de cada mundo. Siempre podremos volver a acceder a los niveles ya completados para buscarlos, pero nos tocará terminarlos de nuevo.

Usa tus habilidades
Una vez que tengamos esto claro, nos moveremos a través de los niveles sorteando múltiples plataformas y eliminando a cuantos enemigos se nos crucen. Esto lo haremos usando nuestra cola para golpearlos. Algunos morirán de un toque, pero otros soportarán algunos más. Habrá que tener cuidado, puesto que tenemos una barra de energía que se gastará rápidamente y nos quedaremos vendidos.
Furwind, además, contará con unas pocas habilidades que se irán desbloqueando a lo largo de la aventura. El típico doble salto, poder curarnos o salir disparados a toda velocidad durante una corta distancia, son algunas de ellas. En principio sólo tendremos una de cada y tras gastarla, deberemos esperar a ver si algún adversario suelta alguna recarga. Todas, nos serán de gran utilidad para hacer frente a las exigentes fases que nos esperan.

Plataformas a la antigua con novedades
Las plataformas requerirán de toda nuestra atención. El más mínimo fallo o error de cálculo nos costará perder vida o incluso morir. Cuando esto suceda, nos tocará comenzar de nuevo desde el principio o desde el último punto de control que hayamos activado. Si conseguimos encontrar uno de ellos, necesitaremos las gemas suficientes para que nos deje usarlo. Estas, las encontraremos a lo largo de los escenarios o al acabar con nuestros rivales.
Pero tampoco hay que despilfarrarlas ya que en la aldea principal, existe un vendedor que nos otorgará mejoras a cambio de ellas. Podremos elevar la cantidad de puntos de vida, disponer de más usos para nuestras habilidades o tener mayor cantidad de energía. Sin esas mejoras el juego se hace algo cuesta arriba, creedme.
De todos modos la elevada dificultad de sus mapas, choca con la facilidad de sus jefes de sección y finales. Es posible que muramos un par de veces en ellos, pero no tardaremos en pillarles el tranquillo y deshacernos de ellos enseguida.

Gráficos y sonido
Gráficamente estamos ante una obra con una estética retro que le sienta genial. Además el movimiento y control de nuestro protagonista es muy bueno. También el diseño de los niveles está a gran nivel, aunque se repiten un poco. En cada uno de los tres mundos tendremos los mismos lugares. Templos, torre de lava y oscuras cavernas nos esperan. Lástima que en esta sección sus creadores no nos hayan dado algo más de variedad.
En cuanto a su apartado sonoro, como ya os habréis imaginado estamos ante unas melodías que nos llevarán de vuelta a la época de los 16 bits. Por desgracia, no serán tan pegadizas como aquellas y durante la mayor parte de la aventura, apenas nos daremos cuenta de su existencia. Aún así nos ofrecerán algunos momentos de nostalgia.

Conclusiones
Los que estén ávidos de un reto exigente lo encontrarán aquí. Tendremos plataformas exigentes que nos obligan a calcular al milímetro los saltos y a la mecánica de ensayo y error. De todos modos en algunos momentos es posible que nos frustremos por exagerado de su dificultad. Si os gustó Maldita Castilla, Furwind no os defraudará.
Allons-y!