Yuri on Ice es una de las series que ha sorprendido, y mucho, esta temporada, y en GuiltyBit os contamos por qué.
Esta temporada de otoño hubo una serie anime que destacó por encima de otras. Una que no iba de robots asesinos, ni de colegiales super poderosos y ni si quiera de locuras varias (como la de Gakuen Handsome). Se trata de una serie mucho más sencilla, ágil, divertida y llevadera sobre, ojo al dato, patinaje sobre hielo. Y su nombre es Yuri on Ice.
Este anime llega a España a través de Crunchyroll y nos cuenta la historia de Yuri Katsuki, un patinador «del montón» (según él) que consigue llegar al Grand Prix de patinaje artístico y ser coronado como el mejor patinador de Japón. Sin embargo, la presión le puede y acaba último en esta competición, lo que le acaba hundiendo.
A partir de aquí, los acontecimientos comienzan a girar en una verdadera locura cuando el pentacampeón del mundo de patinaje sobre hielo, Victor Nikiforov, se presenta en Japón para entrenarle.
https://youtu.be/qh-Olq7caGU
La historia no puede ser más sencilla y hasta algo tópica, aunque con sutiles diferencias. Esta vez no comenzamos de cero con un chico que quiere ser patinador, sino con un hombre hecho ¿y derecho? que tiene una base y unos sueños, y que solo necesita ese empujón que solo la imaginación de un anime puede darle.
Los 12 capítulos que componen la temporada se pasan volando ya que la serie tiene un ritmo y una forma de contar las cosas que la hacen muy fácil de ver. No es tenemos una trama compleja o densa, ni un desarrollo de personajes que sea especialmente difícil de seguir. Todo lo contrario.
Yuri on Ice se basa prácticamente en la evolución de Yuri en el mundo del patinaje y en su relación (algo yaoi), con su nuevo entrenador, Victor. Todo aderezado con un humor que se aleja de los tópicos y los momentos fáciles y brutos y nos deja una sensación muy fresca que consigue complementar con una empatía con los personajes que van apareciendo que pocas veces se ve. Y menos en series tan cortitas.
El mundo del patinaje sobre hielo también está muy bien recreado en la historia, aunque echo de menos alguna que otra explicación sobre determinados movimientos y lo complicados o simples que pueden llegar a ser. Pero hay que decir que el estudio MAPPA, encargado de traer el anime ha contado con el ex patinador artístico Kenji Miyamoto para las coreografías que se muestran durante las competiciones.
Por desgracia, quizás doce capítulos son pocos para mostrar algunas cosas que nos gustaría haber disfrutado un poco mejor. Sobre todo en el último capítulo, donde quizás se cuentan demasiadas cosas en muy poco tiempo. Un capítulo más o uno extendido habrían sido el broche perfecto para anunciar la segunda temporada que nos prometen al final del mismo.
Sin embargo, la serie se despide dejándome una sensación agridulce. Los 11 primeros episodios consiguen transmitir el día a día de Yuri y de su entrenador, sus emociones y el cómo van creciendo en todos los aspectos y se relacionan con el resto de patinadores.
Además, conforme vamos llegando al momento final, el Grand Prix, la tensión va aumentando y se va notando en el ritmo y el corte de los episodios. Sin embargo, como os digo, este capítulo final rompe con todo y nos muestra algo que es más digno de un capítulo con mucha menor importancia de la que se merece.
Pero que esto no enturbie la serie. Yuri on Ice es un anime con una animación muy buena, sobre todo a la hora de mostrar la parte del patinaje, y con un diseño de personajes muy ameno y divertido.
Si estás buscando algo que sea más liviano y menos denso que un juego de tronos, un Westworld y que sea más cotidiano que un Naruto o un One Piece y que encima sea cortita, es tu serie.
Yuri on Ice tiene humor, tiene emoción y tiene un guión que sorprende en muchos momentos. Sí, tiene algunos elementos romáticos algo yaoi, pero que, sin ser muy intensos ni explícitos (para nada), sí que consiguen darle ese toque de amor a la historia que consigue mantenernos aún más enganchados.
Si buscas un anime para estas navidades, dale a Yuri on Ice. No te arrepentirás.