Los simulator en consolas nunca fueron proliferantes ¿Cambiará la cosa esta vez? Comprobadlo vosotros mismos con este análisis de Farming Simulator 19.
Es innegable que Farming Simulator «cosechó» una buena base de fans a lo largo de los años. Lo curioso es que esta base suele estar conformada por gente que no es dedicada a los videojuegos en general. Si no más bien, dedicada de una forma excelsa a esta saga en concreto. Este análisis de Farming simulator 19 viene a comentaros la visión de un jugador nuevo en la saga y lo que supone entrar desde cero.
Gráficos rudimentarios y centrarse en bloques de trabajo monótonos y complicados es lo que más atesora esta franquicia. Lleva siendo así desde hace 10 años, donde el primer Farming nos proponía esto mismo pero con menos pretensión en el mundo abierto o en la disposición de vehículos y herramientas.
Pero ojo, reitero lo de que tiene una fanbase fuerte. Si no mirad como en Alemania tienen ya su propio certamen a lo Blizzcon. La llamada Farmcon. Donde granjeros virtuales de todo el mundo se dan cita para compartir sus experiencias. Incluso está dando sus primeras pinceladas en el mundo de los esports, con mods oficiales que hacen de la experiencia lo más competitiva posible.
Paisajes camperos en tu consola más cercana
No obstante, el problema más grande que encontramos se focaliza en las sendas diferencias que hay entre versiones. Así como en PC la experiencia es más holgada gracias a una disposicion de botones más intuitiva y efectiva, gráficos decentes o una estabilidad competente, en consolas es harina de otro costal.
Los escenarios tienen un FOV lamentable sumado a una resolución adaptativa (eso es que la resolución va cambiando según lo que le cueste a la consola mover el juegovídeo) que los ensucia a niveles preocupantes. Las texturas de los objetos más pequeños son dignas de los tiempos de Playstation 2. Y también las animaciones de nuestro granjero, que parecen sacadas de un avatar del Second Life.
Donde podemos respirar al fin es con el trato de los vehículos agrícolas. Estos sí que gozan de un acabado de alucine, con texturas bien definidas, un algoritmo de iluminación muy competente y un modelaje general que hace difícil discernir entre un tractor real y uno virtual. Lo mismo podemos decir de las herramientas.
En lo sonoro la cosa es bastante discreta. Buen nivel de recreación para la maquinaria, pobre en demasía a la hora de simular los sonidos del campo, coches de la carretera y otros elementos. La OST se conforma en audiolibros, una serie de pistas de country que podemos reproducir cuando queramos y una modesta emisora de radio. Todos estos elementos ambientan bien nuestras labores pausadas por los campos pero no es que sean muy inspiratoriaos.
De todas formas, no nos echemos las manos a la cabeza. El juego cuenta con un gestor de mods (sí, en consolas también) muy generoso que también afectan a lo gráfico. Puede que con el tiempo, si los devs no mejoran la cosa, lo haga la comunidad. Aunque no sea recomendable verlo como un clavo al cual aferrarnos.
Si querías ser granjero sin partirte la espalda… Mal lo llevas
Farming Simulator funciona en un ciclo sin fin. Plantamos, maduramos, cosechamos, vendemos, con lo ganado mejoramos nuestro arsenal agrícola y repetimos el proceso así hasta que nos explote la cabeza. Cierto es que hay variantes por el camino, como pasarnos al cuidado de animales o viajar en caballo al pueblo para trastear con nuestras finanzas.
Pero lejos de ello… Nothing more, culpables.
Eso sí, no os creaís que esto se hace con pulsar dos botones o simulando las plantaciones de bayas del Pokémon. Hay que tener en cuenta ciertos detalles como el combustible de los vehículos, su mantenimiento, la amortización en el tiempo de los mismos y sobre todo, el uso que les demos.
Porque la cosa no es tan fácil como coger un tractor para plantar y una cosechadora para recoger lo sembrado. Cada vehículo tiene una función y según el tipo de cosecha que plantemos, la época y demás tendremos que aprender a usar unos u otros. Además de que no comparten ni el mismo esquema de control. Para flipar la cosa cuando vemos que hay más de 100 «cochechillos», todos basados con total fidelidad en máquinas reales y marcas vigentes.
Y es que el proceso de aprendizaje es muy sesudo. Tanto, que en esta edición han decidido implantar tres tipos de partidas. Una para jugadores expertos en la materia que inician su carrera desde cero. Otra intermedia empezando sin tierras y con ciertos ingresos. Y por último una para nuevos jugadores. Esta útima, la que un servidor experimentó, te otorga tierras de un tamaño considerable, vehículos interesantes y un saldo bancario bastante generoso.
Con todo ello te toca empezar tu cruzada campera con el objetivo de llenar tus bolsillos y seguir expandiendo tus tierras de cultivo por todo el ancho del mapa, que no es poco. Para ello nos hospedamos de algunos tutoriales que te introducen al mundillo ¿Lo malo? Qué son demasiado básicos y lo realmente coñazo, como es saber como funciona cada máquina de forma independiente, no te lo explican en ninguna parte.
¿Granjero solitario? ¿Para qué, si puedes cuidar tus tierras a golpe de látigo?
Esta edición incluye una opción muy suculenta. Podemos contratar pueblerinos para que nos echen un cable a la hora de gestionar los campos. Si bien, estos pueden ser npcs controlados por la máquina, lo interesante es que puedes hacer lo propio con otros jugadores.
Y es que el sistema online no deja de ser algo fresco. Entendamos que cada partida es como una finca enorme cuyo dueño es un jugador, el host. Si entramos en ella lo haremos en calidad de trabajador asalariado del mismo. Tendremos que realizar una serie de tareas que él nos indique (o el mismo juego, en su defecto). El dinero ganado por el sueldo nos lo llevaremos a nuestra partida, siendo una forma interesante de peretrechar nuestras cuentas para futuras inversiones agrícolas.
Obviamente, no podremos empezar el juego contratando ya a lo que se nos antoje. Sean jugadores o npcs, estos cobran por días de trabajo y no lo hacen de forma barata, precisamente. Deberemos tener un gran colchón ahorrado para permitirnos tener una buena hueste que nos quite de encima las labores menos divertidas.
Si a todo esto le sumamos que los mods que afectan a los trabajadores se permiten en el online, el chiste puede durarnos muchas horas.
Bagaje técnico, agarraos al volante, culpables
Ya os hemos dicho que la version de PC tiene un despliegue técnico más que eficiente, no en vano, es donde se encuentra la mayoría de jugadores que consumen este tipo de títulos. En consola, la cosa es para echarse a llorar y no estamos de coña.
Hemos dicho que en lo gráfico está lejos de cumplir, pues imagináos si además el framerrate va como un tío vivo, unos tiempos de carga que dan para tomarte 2 cafés, el control del personaje (en primera persona) responde a la rotación de la cámara de una forma errática y excesivamente lenta o que las combinaciones de botones a la hora de gestionar un vehículo estén pensadas para personas que tengan 8 brazos.
Si tu despliegue gráfico es digno de un juego de la generación pasada que menos que en términos de optimización funcione como un cohete. Pues no, culpables, a este Farming Simulator le falta todavía un par de vueltas en la sartén en su versión consolera. Esperemos que Giant Software se pongan las pilas y lo acaben parcheando con el tiempo.
La vida en el campo igual no es para todo el mundo
Al final, estos juegos están destinados a un público determinado que llevan disfrutándolos desde sus primeros pasos. Farming Simulator 19 se esfuerza por atraer nueva sangre a sus estilo de juego pero les falta mucho camino para poder aferrarla.
Con tutoriales demasiado básicos, la sensación de sentirse más perdido que una aguja en un pajar es constante y dar con el truco de su propuesta nos llevará bastantes horas de ensayo y error como no decidamos tirar de guías.
Una buena dosis de contenidos e ideas frescas, sobre todo en el campo del multijugador o los mods, no son suficientes para hacer de la experiencia de gestionar una finca algo divertido y satisfactorio. Si a ello le sumamos un apartado técnico desilusionante en consolas… Pues apaga y vámonos.