Si buscáis una aventura gráfica que disfrutar con los más pequeños, no podéis dejar de echarle un ojo al Análisis de NAIRI: Tower of Shirin.
Hay muchos juegos que buscan acercarse al público más joven de una manera u otra. Los hay que consiguen esto, los hay que no. Pero también tenemos una tercera variante: aquella que consigue un buen título tanto para niños como para gente más crecidita. Conseguir esto último es realmente complicado, ¿será lo que encontremos en el análisis de NAIRI: Tower of Shirin? Vamos a verlo.
La perspicacia de una niña
Al ser un juego dirigido al público joven, es de esperar que la historia no sea muy enrevesada, y así es, pero no por ello deja de ser interesante. Tomaremos el control de Nairi, una chica que debe huir de casa tras ser advertida de que sus padres son arrestados por la guardia de la ciudad. Pero Nairi, pese a ser una niña rica, es de armas tomar. Es así como va a hace frente a esta situación.
Debido a la escasa extensión del título, contar muchos más sería prácticamente entrar en el terreno de los spoilers, así que resumiremos en que usará toda su agudeza mental para resolver los enigmas que se alzan frente a ella. Que no son pocos precisamente, aunque por suerte se irán desvelando conforme avance la aventura. Ojo, que sea simple no quiere decir que no tenga sus momentos más serios. De hecho, en ciertos momentos de la aventura se da un paso más allá, mostrando algunas realidades oscuras, suavizadas ligeramente por el público objetivo del título.
Un point and click clásico
Como buena aventura gráfica, toca explorar cada rincón de la pantalla para descubrir todos sus secretos. Y cuando decimos toda es TODA. Sí, esa pequeña caja del fondo del que apenas se ve un pico también cuenta. Por suerte, la lupa en la que se transforma el cursor cuando encontramos algo investigable nos salva de perder el tiempo toqueteando toda la pantalla, aunque toque recorrerla de cabo a rabo.
Esto depende, claro está, del modo que elijamos para desplazarnos. Lo cierto es que los chicos de Home Bear Studio han sabido hacer uso de las funcionalidades de Nintendo Switch. Así, podremos hacer uso tanto de los controles ordinarios, la pantalla táctil en el modo portátil o los Joy-Con por separado. Esta última opción, sin embargo, dista mucho de ser perfecta si eres de esos a los que le tiembla el pulso. El poder equivocarse al señalar un lugar concreto está a la orden del día.
Centrándonos ya en el tema puzzle, decir que estos son bastante sencillos, si bien hay alguno que te hace estrujarte un poco más los sesos. Recalcamos, no por complejos, ya que las respuestas son bastante accesibles, sino por el hecho de que es necesario fijarse con un detalle mayúsculo en los elementos en pantalla. Algo la mar que entendible en un título de este estilo, por otra parte.
Esto tiene conotaciones muy positivas, pues cada puzzle a resolver va a ser diferente en su resolución. A lo mejor en uno tienes que cortar algo, en otro mover piezas, o combinar varios elementos. No se hace pesado, no se hace repetitivo, manteniendo una fluidez que muchas veces falta en títulos de corte similar.
Pero a todo esto le vamos a poner una pega. Una pega enorme además, pues los ojos nos han sangrado a borbotones por su culpa. El causante de esto ha sido la traducción del juego. Agradecemos al estudio el esfuerzo por traernos el juego al español, pero… es simplemente horroroso. El español usado es español latino, no hay problema con ello, salvo en algunos términos usados, oriundos de allí, cuyo significado sacamos por contexto.
Vale, eso puede pasarse por alto, no hay problemas. Es más, aprender vocablos siempre es bueno para enriquecerse culturalmente. El problema viene cuando hay faltas ortográficas por doquier. Duele. Duele mucho. Cosas como «Lo haz entendido» se repiten por doquier. No son las peores. Un ejemplo lo podéis ver en la imagen justo debajo de estas líneas. No nos quejamos por nada.
Cuando los animales toman todo el interés
Para qué irnos por las ramas, el subtítulo de arriba describe a la perfección el estilo artístico del juego. Lo cierto es que está bastante cuidado, es agradable, y el que parezca coloreado con colores de cera le da el aspecto de libro de cuentos que hace que te sumerjas en él. El diseño de los entornos y escenarios también es bastante destacable, si bien algunas zonas, pese a tener habitantes en ellas, destacan menos que el resto. ¿Pero qué puede esperarse de un callejón más que paredes, por ejemplo?
Cada personaje también destila magia por los cuatro costados. Los diseños pueden parecer simples, que lo son, pero cada uno de ellos destila mimo y ternura. En especial, como no, los animales, tal y como hemos indicado arriba. En el juego hay humanos, por supuesto, pero estos, pese a no estar faltos de detalles, palidecen frente a la variedad cromática de las criaturas. Poco puede hacer un humano, con un peinado o ropa diferente, frente a patos, osos y demás. Hay variedad para dar y regalar.
Si hablamos de música, ya nos encontramos un escollo. Los temas no son desagradables, son bastante sosegados, tranquilos. Como si le contaras un cuento a un niño en la cama por la noche. Sin embargo, por la corta duración del juego no vamos a disfrutar del todo de ellos. Lo mismo ocurre con los efectos de sonido, que aunque repiten en gran parte, están bastante bien traídos
Conclusiones del análisis
Lo cierto es que NAIRI: Tower of Shirin es una historia bastante agradable y amena de jugar. Sabe usar bien las bases del género, y explota con cabeza los elementos que ofrece Nintendo Switch. No hemos podido probar la versión de PC, aunque suponemos que esta versatilidad se verá anulada.
Es ideal para aquellos que, como hemos dicho antes, quieran pasar un rato junto a sus hijos jugando o para aquellos que quieran una aventura ligera, tanto argumental como temporalmente hablando.