Una noche en el museo, pero sin todas las cosas interesantes que esperamos que pasen. Así nos hemos quedado tras el análisis de Nubla 2.
El arte es algo complejo. No todo el mundo puede entender el significado intrínseco de una obra, pero muchas pueden disfrutarlo. Me encuentro en ese segundo grupo. Mis visitas a los museos siempre me han llevado a quedarme mirando cuadros y esculturas, e ir disfrutando de ellos, con sus colores, sus luces y sus sombras. Por ello, cuando se me dio la posibilidad de hacer un análisis de Nubla 2, un juego en asociación con la asociación Thyssen, no pude más que alegrarme. Ay, que inocente era entonces.
Un mundo azotado por la tormenta
Nubla 2 comienza contándonos los eventos previos al primer juego, la llegada de la tormenta y la caída de su mundo. Durante estos primeros minutos, que nos hacen las veces de tutorial, veremos varias conexiones con la primera aventura, simples, pero que forman un buen hilo conductor para dar comienzo al juego.
Tras ello, nos sitúa justo en el momento con el que acabó la primera aventura, motivo por el cuál tendremos que cumplir nuestro periplo: llegar a Ciudad M gracias a los Ismos y la ayuda incondicional de Nubla, para así restaurar todo lo perdido. La trama es sencillita y se explica en apenas unos minutos con unas pocas frases. Se nota, pues, que quiere mostrar una historia ligera, más acorde a los más pequeños, dándole más hincapié a los estilos de cada escenario y personaje.
Y eso es todo lo que podemos contar de la historia. No tiene muchas aristas, es simple, bastante plana, y una mera excusa para ir cambiando, como he dicho, entre escenas. Lo único remarcable que puede tener es el querer recuperar el arte, la imaginación, y el cómo se debe dejar esta volar más allá de la gente más encorsetada y cerrada de mente. Porque un cuadro es más que un montón de pintura. El amor al arte se transmite bien, al menos he captado eso.
Cuando desparramas la pintura por el suelo
Bueno, la historia parece simpática pese a todo, pensaréis. El problema viene con su jugabilidad. Sí, los adjetivos que he ido soltando por ahí no han sido por gusto, ahora lo vais a ver. La jugabilidad del juego da pena. Esto es así, aquí y en china. Sí, a ver, es un juego orientado a enseñar, para los niños, pero mucho no tiene que ofrecer.
Lo primero que voy a nombrar son los controles. Con la parte izquierda del mando manejaremos al personaje humano, con el derecho, al Ismo. Hasta ahí bien. El problema es que este movimiento se hace confuso, logrando que hasta una persona de lo más calmada, se altere, en especial si queremos ir un poquito más rápido de lo normal. Aunque, por el contrario, de cara a dos jugadores con un único mando es un punto a favor, ya que compartiendo como buenos hermanos se puede disfrutar conjuntamente de esta aventura.
Bueno, más o menos, ya que al igual que la historia, los puzzles y elementos que nos encontramos son bastante simples. Demasiado, quizás. Salvo casos contados, esto se reduce básicamente a dar vueltas, buscando X o Y objeto para usarlos en un mecanismo o persona, e ir probando. Oye, no es nada malo que los puzzles sencillos existan, tiene que haber juegos para todos los niveles.
Sin embargo, el desplazamiento entre lugares y tiempos de carga es excepcionalmente lento. Lento de desesperante. Y no ayuda el que, si fallas y «mueres» tengas que empezar toda esa fase desde el último punto de autoguardado, que no abundan, precisamente. Y creedme que lo peor de esto no se dará en las fases de plataformas, no. Lo peor viene cuando tienes que hablar con 6 personas, buscar objetos, entregárselos, resolver un puzzle y hacer una tortilla de patatas de camino y toca empezar todo de nuevo por un fallo. Todo. Absolutamente todo. Diálogos incluidos. Que no son muchos, pero la sensación de perder el tiempo es bastante grande.
Pero eh, al menos, las habilidades de los personajes son guays. Eso no lo voy a negar. Los ismos tienen habilidades propias como hacerse invisible, volar o empequeñecer. ¡Incluso se cargan las leyes de la física con un doble salto! El humano, por su parte, puede saltar y… y pintar. Que sí, que está muy guay el crear cosas gracias a la pintura. Pero es que te vas a quedar esperando a que el Ismo te abra camino hasta entonces. ¿Recordáis lo de compartir el mando entre dos? Olvidadlo, uno de los dos se va a quedar dormido.
Cuando Monet se queda sordo
Pero si hay algo que me ha hecho continuar pese a todo ello, ha sido el estilo artístico del juego. Ha sido como una balsa salvavidas en un mar de desesperación. El estilo visual del título es verdaderamente bonito y agradable. Las representaciones y guiños artísticos están más que a la orden del día. A su vez, las diferentes texturas se aprecian de enorme manera, pudiéndose diferenciar los distintos trazos a la hora de darle color a los diferentes escenarios.
Con esto, el apartado artístico habría sido bueno, si no hubiera sido por la música. A ver, los temas no… no eran malos. Están bien. Bien a secas, hay algunos mejores que otros, pero cumplen. El problema viene cuando de repente se acabe la melodía y tarde un rato en arrancar de nuevo. Y lo peor no es eso. Lo peor es que el juego no tiene ningún tipo de ajuste o configuración de audio. Si queréis bajar el volumen de los efectos, o bajar el volumen de la música de fondo porque tenéis el mando muy lejos, os aguantáis.
Conclusiones del análisis
Nubla 2, pese a lo sencillo que es, no se ha hecho sencillo de analizar. Cuenta con fallas importantes que lastran muchísimo el videojuego. Ya no hablo únicamente de lo anterior, sino de bugs y elementos de programación que no se entienden. He vivido dos actualizaciones con este análisis, y aún no parecen haber dado con la tecla.
Es así como me he encontrado con zonas en las que no podía seguir avanzando porque la opción de dar un objeto al personaje necesario para avanzar está bloqueada. O comprobar como, si un segundo usuario en la consola tiene abierta su sesión no puedes jugar con el personaje humano a no ser que cierres la otra sesión o tengas otro mando y vayas a dos manos.
Si a eso le sumas algún que otro error gramatical en el juego en castellano, da que pensar. Lo primero que se viene a la mente es que ha habido mucha prisa por hacer el título. No niego que sea una buena idea como juego educativo, pero si ya sin errores el juego no es perfecto del todo, con ellos hace aguas.