La trilogía de nuestro abogado favorito llega a las consolas actuales. Análisis de Phoenix Wright: Ace Attorney Trilogy HD.
El mundo de la abogacía no es el más apasionante, a priori, para inspirar un videojuego. Pero Level 5 ha conseguido crear una saga que tiene sus fans, y totalmente merecido. Las historias que giran en torno al abogado de nombre homónimo son tan serias como rocambolescas, y harán las delicias de los amantes del género de las aventuras gráficas. Veamos en el análisis de Phoenix Wright: Ace Attorney Trilogy HD como es la trilogía.
La trilogía inicial en un único juego
Phoenix Wright: Ave Attorney Trilogy HD, como su largo nombre indica, se trata de una trilogía que recoge los tres primeros títulos de la saga, los cuales salieron en Nintendo DS. El pack vio la luz en 2014 para Nintendo 3DS e iOS, y llega ahora a las consolas actuales con apenas cambios más allá de los ajustes de resolución. Así pues, Phoenix Wright con los subnombres de Ace Attorney, Justice for all y Trials and Tribulations se vuelven a unir en este pack.
Desde el menú inicial podremos elegir entre los tres videojuegos. Dentro de cada uno de ellos, deberemos ir haciendo los episodios en orden. Vamos, como es lo lógico, no podremos saltar al episodio que nos de la gana. Recomendable es, por supuesto, seguir el orden de la trilogía inicial, que como tal están ordenados en el menú.
Por otro lado, el juego nos llega totalmente en inglés, sin opción de poner los textos en castellano. Esto es una lástima, ya que los originales sí traían traducción, pero ésta se perdió por el camino. Por otro lado, el vocabulario general del juego no es excesivamente difícil, aunque es cierto que alguna palabra se os puede escapar. Por suerte, los textos no avanzan salvo que presionemos el botón requerido, por lo que podemos detenernos todo lo que queramos y consultar esa palabra que no conocemos. Aún con todo ello, un nivel medio de inglés sería lo ideal para poder afrontar el título sin apenas problemas.
Not Guilty
Las bases jugables de los títulos son muy sencillas y apenas han variado entre los juegos, aunque tampoco es que les haga falta. Como ya se ha mencionado, la saga es del género de la aventura gráfica, por lo que podéis haceros a la idea de que va. Su base jugable es, en líneas generales, leer. Tenemos dos escenarios de acción: los juicios y la búsqueda de pruebas.
La búsqueda de pruebas es sencilla. Escenarios con varios puntos en los que “clickar” para revelarnos cosas. En estos escenarios, alguna vez, aparecerán personajes con los que podremos charlar. Las charlas, por supuesto, son tan fundamentales como la búsqueda de pruebas, pues podremos arrancarles algún testimonio que sea crucial en el juicio.
Los escenarios están predefinidos y apenas cambian. Vamos, somo como fotografías que observar. Entre juicios, podremos movernos de un escenario a otro e interactuar con las pruebas y personajes y, de esta manera, regresar hasta anteriores escenarios para unir los eslabones de la cadena que supondrá una prueba en el juicio.
Los juicios son la parte jugable más importante de la saga. Su planteamiento es simple. Seremos el defensor de nuestro acusado. El abogado rival presentará a los testigos del crimen que se le imputa a nuestro defendido. Escucharemos su testimonio y ahí es cuando entramos en acción.
Durante el testimonio y, una vez acabado este, podremos presionar o presentar pruebas que contradigan su versión. Pero claro, esto habrá que hacerlo con cabeza y en el fragmento del testimonio adecuado. La presión al testigo, por lo general, nos dará más información sobre es testimonio, haciendo más fácil que caiga en contradicciones o incluso haciendo que tenga que añadir más datos su testimonio.
Pero la clave son las objeciones o la presentación de pruebas. Al testimonio deberemos presentar pruebas para poder avanzar, pero esto tiene un coste. Una prueba errónea nos quitará salud que, cuando esta se acaba, dará por finalizado el juicio y nuestro defendido será sentenciado como culpable, lo que supone el game over del título.
Así pues, tendremos como una especie de inventario en el que tendremos las pruebas recabadas y los perfiles de los personajes involucrados. Ambas cosas cuentan con una descripción que nos da pistas de cuándo deberemos utilizarla las pruebas de manera correcta. Esto hace que el jugador tenga que hacer el ejercicio mental de entender todo lo que está diciendo el testigo para buscar contradicciones entre su discurso y las pruebas que tenemos.
Cuando pillemos al testigo en una contradicción, cambiará su versión de los hechos. Y esto sucederá varias veces hasta que su testimonio sea más débil que nuestras pruebas y el juez en cuestión declare a nuestro defendido como inocente.
Los juicios duran varios días. Entre ellos, abandonaremos los juzgados para seguir recabando pruebas, como se ha explicado más arriba. La duración de los casos, en nuestro tiempo real, es bastante larga y dependerá de nuestra habilidad para encontrar antes las contradicciones. Fácilmente cada caso, dividido en capítulos, puede durarnos unas 3 horas, haciendo de cada título y de la trilogía entera, una experiencia bastante larga. Por supuesto, podremos guardar en numerosas ocasiones y a nuestro antojo.
Los casos
Sin duda el principal atractivo de las aventuras gráficas es el desarrollo de la trama. Esta nos debe enganchar para que estemos dispuestos a leer líneas y líneas de diálogo. En la trilogía de Phoenix Wright, el grueso de la trama son los casos en sí. Estos están muy bien escritos, algo necesario basándose su base jugable en contradecir testimonios, pero es que además de eso lo que nos cuenta suele ser bastante interesante. Casos serios, casos un poco absurdos, personajes extravagantes con comportamientos muy de anime que encajan perfectamente con el diseño gráfico del juego.
Por otro lado, el sonido está muy bien implementado en los juegos. Suele acompañar de fondo sin destacar demasiado, pero cuando el juego tiene giros de guion o momentos de tensión, la intensidad de la música aumenta o, en su defecto, se corta, generando en ambos casos una tensión que casa a la perfección con lo que estamos viendo.