Nos hemos empapado de lo lindo para hacer este análisis de Super Mario 3D World + Bowser’s Fury… y lo hemos disfrutado como nada.
Tengo que reconoceros una cosa, culpables. Quizás sea la influencia Segajin de la web, o tal vez sea algo personal (seguro que más lo segundo), pero a mí el personaje de Mario no me gusta nada. No aguanto su diseño. Pero eso no ha impedio que disfrute como nada haciendo este análisis de Super Mario 3D World + Bowser’s Fury.
Un señor que se mantiene como todo un chavalín
Porque, dejémoslo claro, culpables: las rencillas personales hay que dejarlas de lado. Si a mí un fontanero bajito, con bigote y ya tirando a cuarentón no me llama como mascota de empresa, eso es cosa mía. Lo cierto es que, indiferentemente a esto, los juegos del fontanero que he jugado me han gustado bastante. Ya fuera en 2D o en 3D, ha sabido darle su toque al plataformeo.
Y esto es lo que vamos a encontrar, en toda su salsa, en este título. Pero vayamos por partes, que es lo que toca a fin de cuentas. Los que en su momento disfrutaran de una Wii U conocerán sin problemas las bondades de Super Mario 3D World. Los que no, ahora tendrán la oportunidad de hacerlo, y mejor que nunca.
Y es que no podemos definir Super Mario 3D World más que con una palabra: diversión. Si os gustan las plataformas en 3D, sin duda esta tiene todos los componentes para encandilaros. Tenemos escenarios variados y únicos, donde las mecánicas, pese a ser las mismas de siempre, se explotan hasta las saciedad…
Vamos, que es un gustazo ponerse a los mandos de esta aventura. Desde las zonas desérticas, pasando por el temible mundo de las hormigas, o aquellas que te obligan a saltar en el momento justo, lo cierto es que cada mundo se vuelve más y más adictivo.
Aunque hay que ponerle peros, ya sabéis. Y es que sí, jugando este juego en solitario vais a divertiros, no lo pongo en duda, pero la experiencia va a ser un paseo. Ya, ya, lo sé, es un Mario, no estamos pidiendo aquí un Dark Souls. Sin embargo, ese puntillo de picante que le da la dificultad en ciertas zonas la echamos en falta aquí… hasta que llega la joya de la corona: el cooperativo.
Muchos ya sabréis lo que esto significa. Significa perder amistades. Pelearte con tu familia. Dormir en el sofá. La guerra está servida. Vale, igual no tanto, a fin de cuentas, no es un Mario Party, pero las risas están aseguradas.
Creo que no he disfrutado más el juego que juntándome con unos cuantos compañeros para darle caña. Y es que los niveles se tornan demenciales cuando no sólo juegas contra el entorno, sino contra tus propios compañeros. Lanzamientos al vacío, el fallar en el momento menos oportuno, que te usen de trampolín… todo vale.
Aunque, la verdad, podemos darle carpetazo a todo ello cuando sólo queda un personaje en la pantalla, dado que ese es el verdadero momento donde puedes pasarte una fase. Sí, no me escondo: el problema de Mario es el modo individual, incluso en el cooperativo, pues lo simplifica todo demasiado.
El poder de los saiyan
Pero ya está bien de vivir del pasado. Como bien sabréis, este título tiene un añadido, el llamado Bowser’s Fury. Y, culpables, de verdad os digo que este modo me ha dejado completamente enamorada. El cambio de tercio respecto a 3D World me ha parecido apabullante.
Aquí nos encontramos más con un… Super Mario Sunshine, podríamos decir, que otra cosa. Un mundo con un entorno en 3D que explorar, obteniendo los distintos soles felinos del mapeado, superando diversas regiones que iremos desbloqueando conforme consigamos más soles.
Sí, parece sencillo y más de lo mismo, pero tiene ese algo especial que hace que el niño que llevas en tu interior brille con más fuerza que nunca. Es algo mágico. Quizás le podemos echar un poco en cara el que los tempos de aparición de Bowser sean tan esporádicos, apareciendo quizás cuando menos lo esperemos, pero, a fin de cuentas, no es un personaje que controlemos.
Porque cierto es que no os hemos dicho la premisa de esta aventura: Bowser se ha vuelto loco. Más de la cuenta, quiero decir. Un chapapote negro le ha infectado, haciéndolo enorme y con unas ansias de destruir enormes. ¡Incluso afectando a gente se su familia!
Es por ello por lo que tendremos que reunir soles felinos para activar los faros que lo mantienen a raya y, ojo al dato, que nos permitan activar la megacampana felina, lo que nos transformará en el gato saiyan que se muestra en los tráilers.
Por supuesto, conseguir estos soles no será algo precisamente sencillo. Sí, algunos prácticamente están tirados por el escenario, pero para otros habrá que superar retos que son un auténtico dolor de cabeza.
Pero, como decimos, lo bueno y lo malo de esto es cómo se utiliza a Bowser en este entorno. El rival de Mario aparecerá cada cierto tiempo con ansias destructoras. Y, ojito, gracias a él podremos acceder a sitios que no estaban a nuestro alcance, ya sea por lanzarnos bloques en los que impulsarnos o por destruir barreras con su aliento de fuego.
Es un recurso muy bien utilizado que va a su ritmo, cosa que a veces puede dejarte un poco en standby esperando si quieres conseguir un sol en concreto. Pero el hecho de que no lo controles es también parte de su encanto.
A quien si controlas es al pequeño Bowsy en la vertiente para dos jugadores, si bien este modo aquí no me hace verle tanto encanto como a 3D World.
Alegre, colorido y lleno de ritmo
No puede decirse que ninguno de los dos títulos que se unen aquí sea poco llamativo. El aspecto colorido y alegre de todos los Marios se dan cita aquí indistintamente. Si bien en la parte de 3D World puede verse un trabajo un tanto menor, pues a fin de cuentas era un título que ya vio la luz en Wii U.
Por que sí, sin duda el músculo tanto técnico como visual lo tenemos en Bowser’s Fury. Y es que dan ganas de perderse nada más que mirando el escenario. Si bien, como en todo, hay cosas malas, y en este caso no es otra cosa más que las caídas de frames que sufre el título cuando Bowser sale a la palestra.
El apartado sonoro, por supuesto, también acompaña al estilo del juego, con temas que casan a la perfección con lo que intenta transmitir cada fase o recorrido. ¡Y es que me sigue poniendo nerviosa el sonidito de cuando se te acaba el tiempo, no lo niego!
Un miau para Mario
Si jugaste al juego en Wii U, y piensas que realmente no te merece la pena adquirirlo, piénsatelo dos veces. Ya no solo porque, indistintamente del tiempo que pase, un Mario de plataformas luce bien siempre, sino porque Bowser’s Fury bien lo merece si eres fan de Mario.
Nos duele que este fuera tan cortito, pero en conjunto nos ofrece sus buenas horas de diversión para todo tipo de personas.