Jugar a un MMO y tener todas las ventanas con estadísticas, localizaciones y misiones abiertas sin que interrumpan el juego puede ser un sueño hecho realidad.
Como buen MMORPG, Final Fantasy XIV: Heavensward tiene una pantalla con un HUD que a veces podría saturar al mismísmo Neo de Matrix. Sin embargo, parece que algún que otro usuario curioso ha conseguido encontrar la solución a estos problemas con la realidad aumentada y las HoloLens.
El sistema es sencillo de entender (no nos metemos en temas de programación), ya que simplemente distribuye las distintas pantallas con información entorno a la pantalla principal, que sigue siendo la del PC. Nos lo trae el usuario de twitter @Tanufuku y nos lo enseña en este vídeo:
HoloLens専用ゲームも楽しいけど、既存のゲームをHoloLens対応にしても面白いんじゃないかなーと思ってFF14で雰囲気だけ試してみた。UI系を画面の外に置くことで、よりゲームに没頭しやすくなるんじゃないかな?狭い画面でも広く使えそう。#HoloLens #FF14 pic.twitter.com/pjTrg0T2Z4
— たぬ 福 (@tanufuku) 5 de febrero de 2017
De esta forma, en nuestro PC tenemos solamente el juego, sin ningún tipo de elemento que interfiera en él, y alrededor de la pantalla, está todo el HUD, como es el mapa, el inventario, la ficha de personaje, misiones, y demás elementos.
Hay que admitir que se trata de un uso para las HoloLens bastante interesante, y que permite que los jugadores liberemos espacio en la pantalla de juego. Esta siempre acaba saturada de millones de elementos que nos van informando de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y que nos dan una idea de cómo se mueve el mundo del MMO.
Evidentemente, sigo esperando el día en el que pueda jugar a un MMORPG como jugaban en Sword Art Online, es decir, no con realidad aumentada sino con realidad virtual, y estando completamente metido en el juego.
Pero, como suelen decir, a falta de pan buenos son polvorones que sobran de Navidad, así que por el momento compro esta idea. Que mi pantalla es muy chica y al final no veo un carajo de lo que le meto en ella.
Eso sí, me da a mi que tendremos que hacer muchos estiramientos de cuello antes, durante y después de las sesiones porque andar aguantando la cabeza dando tumbos «pa’rriba» y «pa’bajo» puede acabar dejándonos agujetas.