Era cuestión de tiempo que salieran a la luz al menos algunos de los datos internos del divorcio más sonado de la historia del videojuego. Parece que Hideo Kojima se marchó de Konami el pasado día 9 de octubre, y se llevó a cabo una fiesta y todo. Una fiesta que, probablemente, fue más incómoda que la fiesta de Navidad de tu empresa, cuando te emborrachaste y le tiraste los trastos a Puri, de contabilidad.
Uno de los partícipes del evento, que prefiere mantener su anonimato, pero que le ha cascado todo al New Yorker, afirma que la fiesta estuvo bien, fue emotiva y tal, pero que faltaron muchos de los altos cargos de la compañía, lo cual no hace sino confirmar que el genio nipón se pira muy cabreado de la casa que le vio crecer como productor.
El insider – o el cotilla, como nos gusta decir a nosotros- también ha comentado que el creador de Metal Gear tiene una clausula que le impide trabajar hasta el próximo mes de diciembre. Lo que no sabemos es hasta cuando le impide hacer la rajada que todos estamos esperando. Y es que, si hay algo claro es que Kojima debe haberse callado muchas cosas, y ahora depende de su férrea educación nipona el airearlo a los cuatro vientos o no.
Sea como fuere, ya tenemos el primer regalo de la Navidad 2015: ver como TODAS las compañías del planeta se pelean por hacerse con los servicios de este gran hombre.