En esto de los videojuegos, los speedrunners son como eyaculadores precoces. Con la salvedad de que se sienten orgullosos de ello. El último juego afectado por la fiebre speedrunner ha sido Bloodborne, que se lo han ventilado en 39 minutos.
El vídeo de la ¿hazaña? es el que acompaña a estas líneas. En él podéis ver que, como todo speedrunner que se precie, se aprovecha de algún que otro glitch para saltarse gran parte del juego como si nada. También hay algún que otro truco. Vamos, que esos 39 minutos no se han conseguido «jugando limpio», aunque tampoco es cuestión de quitarle mérito al chaval por lo que ha descubierto.
Ahora mismo no sé quién es más genio, si el speedrunner por subvertir el diseño de niveles a través de glitchs del propio juego, o el diseñador del juego, por poner atajos que no son posibles para el común de los mortales. El mérito aquí es compartido, supongo.
En cualquier caso, no deja de ser curioso como un mismo producto puede servir a diversos fines lúdicos según quién sea el usuario. Eso no hace más que hablar en favor de la calidad del juego, por mucho que a la amplía mayoría (espero que sea la amplía mayoría de verdad) nos extrañe que alguien encuentre entretenimiento en terminarse lo antes posible un juego por el que ha pagado un dinero considerable.
Fuente: IGN