Disney nos presenta Vaiana, una sobresaliente y preciosa aventura paradisiaca en la que tanto el océano como la naturaleza son los verdaderos protagonistas.
(Esta crítica es totalmente sin spoilers, podéis leer tranquilos sin destriparos la película)
Disney lo ha vuelto a hacer. Tras enamorarnos con películas como Frozen o Zootrópolis, ahora presentan Vaiana, una cinta con la que teníamos el hype por las nubes. Los adelantos presentaban algo original y nunca visto entre las obras de la compañía, y tras verla puedo decir que estamos ante una de las mejores películas de Disney de los últimos cinco años.
Tal vez no se convierta en un clásico ni sus canciones den tanto por saco sean tan pegadizas como las de Frozen, pero esta película de casi dos horas (una duración bastante larga para ser una película de Disney) gustará tanto a pequeños como a mayores. El diseño, los personajes, las canciones, la historia… es todo taan adorable.
Una introducción maravillosa
Antes de la película podemos ver el corto Inner Workings, una pequeña maravilla totalmente destinada a adultos. El diseño de la animación y las bromas hacen reír a los niños, pero es imposible que puedan sentirse identificados con su historia. Este guiño de Disney a los adultos de la sala me encantó, aunque me dejó un poco pensativa y tristona.
A continuación comenzó Vaiana, y la introducción de la película es absolutamente genial. La forma que tienen de presentar la historia de Maui, a la protagonista y al resto de personajes está muy bien elaborada. Y la canción para presentar a la aldea y la isla donde viven es tan feliz que te dan ganas de hacer la maleta e irte para allá.
La película tarda un poco en arrancar su trama principal, las aventuras de Vaiana por el océano, pero en ningún momento esta introducción se hace pesada. Así conocemos más de cerca a la adorable protagonista, su increíble abuela, su estricto padre y sus graciosos acompañantes, un cerdo y un pollo. Este último tiene más protagonismo del que parece, ofreciendo algunas de las escenas más graciosas de la película.
Sin príncipes ni reinos
Disney lleva un tiempo modernizando sus películas y sus personajes y presentando a protagonistas femeninas que no necesitan a ningún príncipe para que les saque las castañas del fuego. Vaiana es un claro ejemplo de esto, una joven independiente y con las ideas muy claras. No tiene ningún interés romántico, ni tampoco lo necesita. Su mayor «amor», por así decirlo, es el océano.
Tengo que decir que vi la película doblada, pero aquellos que la han visto en VOSE no paran de alabar la voz de la debutante Auli’i Cravalho, que le da una gran personalidad a la protagonista y la diferencia de muchas otras «princesas» de Disney. Vaiana ni siquiera puede definirse como princesa, y ella misma se encarga de recalcarlo durante la película. Es la hija del jefe de la tribu, sin más. En vez de reino tiene una bonita isla, y en vez de joyas y coronas tiene un estilo hawaiano y un pelazo de envidia.
El otro gran protagonista es Maui, con la voz de Dwayne Johnson en la versión original. Este personaje está diseñado para causar antipatía en un principio, aunque le acabas cogiendo bastante cariño y tiene un trasfondo muy interesante. La interacción con sus tatuajes es genial, donde además se entremezcla la animación tradicional con la digital para crear escenas bastante originales y divertidas.
Existen otros personajes más secundarios, como la genial abuela de Vaiana o su pollo acompañante, pero prácticamente todo el peso de la historia recae en Vaiana y Maui. Sus escenas juntos funcionan bastante bien, y consiguen llevar perfectamente la trama a pesar de la poca cantidad de escenarios (la mayoría de la película la pasan en una barca en el mar). Sus divertidas conversaciones y aventuras hacen que estas escenas no se hagan nada pesadas. Aún así, al menos en mi sala, había niños pequeños que a partir de la hora de película ya se estaban aburriendo y no sabían donde meterse, indicando que tal vez está destinada a una audiencia un poco más madura (los niños que hablo tendrían sobre 3 o 4 años).
Sin entrar en detalles, la historia de Vaiana no será tremendamente original y tal vez tire de algún que otro recurso ya visto en películas de Disney, pero su mensaje es precioso, y presenta un tipo de escenario y unos personajes que poco tienen que ver con películas anteriores de la compañía. Lo mejor es sentarse a verla sabiendo lo mínimo sobre ella y dejarse llevar por las aventuras de Vaiana y compañía, sobre todo disfrutando del viaje.
Magistral apartado gráfico y preciosa banda sonora
Otro de los aspectos más a destacar de Vaiana es su gran apartado gráfico. Las playas paradisíacas, el mar azul, las noches estrelladas, las islas verdes… es todo tan bonito que cuando acaba la película y sales a la calle te deprimes profundamente.
Los personajes también están genialmente diseñados, y, aunque parezca una tontería, destacaría el pelo de Vaiana. Es tan real que a veces me costaba apartar la mirada de él, porque no me creía que estuviese creado digitalmente. El físico de Maui es un poco más irreal, aunque también tiene un pelazo y sus tatuajes y gestos le dan una gran personalidad y carisma.
En cuanto a la banda sonora, me pareció preciosa. Sí que es verdad que da la misma sensación que Frozen en cuanto a saturación con las canciones, ya que al principio apenas dan descanso entre una canción y otra y parece un musical, aunque luego ya se calma un poco la cosa. Me quedo con lo que sería el tema principal de la película «Qué hay más allá», ya que me pareció muy emocionante y motivadora, y con la divertida canción de Maui, «De nada».
No quiero entrar en más detalles para no arruinar nada, así que si sois fans de las películas de Disney solo puedo deciros que vayáis a verla cuanto antes. Es bonita, emocionante, los personajes son adorables y visualmente es una pasada. Como he comentado anteriormente, tal vez no se convierta en un clásico de Disney, pero pocas películas actuales lo consiguen y, sin duda, esta está por encima de la media.