Todo apunta a que en Activision-Blizzard se están forrando últimamente, y lo que les queda, al menos según sus expectativas, y es que esperan que Destiny, el primer proyecto post-Halo de Bungie y que planea tener beta para este verano, se convierta en la nueva IP más vendida de todos los tiempos, según ha sentenciado Bobby Kotick, el CEO de la editora. Es más, tienen la fe suficiente en que sea la próxima propiedad intelectual que les dé unos beneficios cercanos al billón de dólares (mil millones según nuestra medida).
Puede parecer exagerado, pero en Activision juran y perjuran que Destiny está cerca de convertirse en el juego más reservado en toda la existencia de la compañía. Está claro que tienen unos planes muy gordos para los próximos años, metiendo a tres desarrolladoras distintas a crear «nuevos» Call of Duty, para, según ellos, favorecer la innovación y darles más tiempo para centrarse en desarrollar nuevos contenidos descargables.
Destiny entra dentro de lo que podemos esperar en la nueva generación de consolas, es decir, multijugadores masivos a tutiplén, algo que en Bungie han tenido a bien llamar shared world shooter, o shooter de mundo compartido, donde la campaña para un jugador y el multijugador se fusionan en un solo modo de juego. Aún así, ellos evitan llamarlo MMO, porque no tiene nada que ver, por lo que dicen.
El argumento nos sitúa en el futuro del planeta Tierra, que está hecho unos zorros y solo conserva algo de vida gracias al Viajero, una enorme nave en forma de satélite natural. Nosotros seremos los Guardianes, encargados de proteger esa nave, y tendremos varias clases disponibles totalmente personalizables.
Sí, Destiny apesta a exitazo. La fecha prevista de lanzamiento es el 9 de septiembre en PlayStation 3, Xbox 360, PlayStation 4 y PC.
Vía Games Industry