Godfall

Análisis de Godfall para PlayStation 5 – La caída de los dioses

Hemos tardado más de lo deseado, pero al fin os podemos traer nuestro análisis de Godfall para PlayStation 5. ¿Merecerá la pena?

La nueva generación ha llegado más parca de títulos exclusivos de lo que nos gustaría. En el caso de la consola de Sony, únicamente contamos con Astro’s Playroom y Demon’s Souls, los cuales por otra parte son excelentes. Pero no hay que olvidar el juego que hoy nos ocupa, el cual no ha tenido versión para PlayStation 4, aunque sí para PC. Por desgracia, como veréis en nuestro análisis de Godfall para PlayStation 5, estamos probablemente ante la primera gran decepción de la consola. Quizá hasta cambie mi fiasco del 2020.

Los chicos de Counterplay Games junto con Gearbox Software, se han sacado de la manga lo que ellos mismos han denominado como un Looter Slasher. Vamos, un Destiny de tortazos en lugar de disparos. La cuestión es si la expectación creada a su alrededor está justificada o no. Por desgracia, la respuesta a esta pregunta es mucho más negativa de lo que nos habría gustado.

Loot, loot y más loot, es lo que nos espera en Godfall

La vulgaridad de los dioses

Comenzamos con uno de los puntos negativos del título, su argumento. Y es que este, es excesivamente simple para tratarse de un RPG de acción ambientado en un mundo de fantasía. Macros, el malísimo de turno, quiere realizar un rito con el que convertirse en un dios de dioses y a nosotros nos toca impedirlo. Así de simple. Por el camino, conoceremos un poco más sobre el lore del juego y para de contar.

Además, la narrativa es casi inexistente. Durante la aventura únicamente interactuamos con dos NPC, un herrero al que rescatamos llamado Zenun y Séptimo Sanctum, un ser que nos sirve de guía y trata de ayudarnos en nuestra gesta. Es sobre todo esta última la que, entre misión y misión, se encarga de contarnos toda la historia. No tenemos mucho más a lo que agarrarnos.

Por otra parte, ninguno de los personajes tanto amigos como enemigos (de los cuales no hay mucha variedad tampoco) poseen ni un ápice de carisma. Quizá sea en parte por el hecho de no ver nunca sus rostros, o por la poca interacción y diálogos que existen durante la aventura. Incluso a la némesis del juego no se le ve el pelo hasta nuestro enfrentamiento final contra él. La verdad es que en líneas generales, no hay nada remarcable en este apartado y queda muy lejos de los grandes del género.

Nuestra némesis Macros, sólo hace acto de presencia al inicio y en el combate final

Las batallas de los dioses

Sí o sí, el combate es sin duda el punto fuerte de Godfall, y lo único que nos puede mantener enganchados junto con el loot. Su sistema recuerda en parte al del último God of War por la barra de ruptura y el escudo, aunque mucho menos complejo. Por suerte, no estamos ante un machacabotones y disponemos de suficientes posibilidades en este aspecto.

Contamos con un golpe débil, otro fuerte, un escudo que sirve tanto de defensa como de ataque, la opción de esquivar, y la útil posibilidad de fijar objetivos. Aunque esto último no está muy bien implementado, y no nos permite cambiar entre los enemigos una vez «tarjeteados», por lo que terminaremos por no utilizarlo apenas. Eso para lo básico, pero es que después según subamos de nivel, iremos desbloqueando muchas más opciones.

El combate es el punto más remarcable del título

Nuevas técnicas para las armas, diferentes tipos de daño, o mayor probabilidad de aplicar efectos alterados, serán algunas de sus posibilidades. Además, hay otras habilidades a tener en cuenta, entre las que hay que destacar Frenesí, Rompealmas, Ataques de Polaridad y Sincronizados, o derribos. Todo esto ayuda a que los combates resulten divertidos e interesantes.

El punto negativo de todo esto, es que sus desarrolladores no han aprovechado en absoluto las capacidades del Dualsense. Es posible que su aparición también en PC haya tenido algo que ver.

Según subamos de nivel desbloquearemos ataques y mejoraremos a nuestro personaje

El armamento de los dioses

Para librar los combates, nuestro protagonista, Orin, cuenta con distintas armas, armaduras y equipamiento. De las primeras realmente no hay mucha variedad, ya que sólo disponemos de espadas largas y dobles, lanzas, martillos, espadones y el citado escudo. Cada una de ellas posee sus propias técnicas diferentes entre sí denominadas Norte y Sur, pero todas son comunes al mismo tipo de armamento, lo que nos resta posibilidades.

Como no podía ser de otra manera en un looter, a lo largo de la aventura conseguiremos infinidad de ellas, al igual que de otros objetos y materiales. Todos con distintos códigos de colores en función de su rareza. Gris, verde, azul, morado y naranja. Además, tendremos la posibilidad de mejorarlos hasta en cinco niveles, e incluso encantarlos para elevar su poder. Esto significa que un objeto azul puede llegar a ser naranja por ejemplo, siempre que tengamos los materiales necesarios para ello.

Esto también es aplicable al resto del equipamiento que incluye amuletos, anillos, colgantes, piedras de vida y estandartes. Todo ello es susceptible de mejora con los ingredientes adecuados.

El mejorar nuestro equipamiento al máximo es el objetivo real

El equipamiento de los dioses

En cuanto a las armaduras, vienen a representar las diferentes builds que podremos utilizar. Tenemos una buena cantidad de ellas y cuentan con sus propiedades específicas. En principio, esto, unido a las características de cada arma, nos deberían hacer jugar de un modo variado y diferente entre sí. Pero la realidad es bien distinta y aparte de un par de ellas, tampoco hay realmente mucha diferencia en nuestro modo de actuar.

Es una pena que esto esté tan desaprovechado, ya que una de las gracias de este tipo de juegos es poder crearnos personajes muy distintos. Pero esperad que ahí no acaba la cosa.

Siendo como pretende ser un looter tipo Destiny o Warframe, le falta algo muy importante… El componente online. Contrariamente a lo que parecía con sus primeros anuncios, no estamos ante un juego como servicio. Así que no esperéis aquí eventos, raids, microtransacciones o ningún tipo de PvP.

Lo que sí tiene es la opción de jugar toda la aventura en modo cooperativo, pero incluso aquí falla, puesto que no existe la posibilidad de matchmaking. Esto implica que si nos apetece pelear en compañía, nuestra única posibilidad es hacerlo con usuarios de nuestra lista de amigos. Parece mentira que no hayan añadido esta alternativa en los tiempos que corren.

De hecho, tras completar la historia principal que nos puede llevar unas 10 o 12 horas, probablemente no nos apetezca volver a jugar. Es cierto que tras eso se desbloquea un último modo llamado Piedra de los Sueños, que nos invita a volver a combatir contra los rivales más temibles con mayor dificultad y mejores recompensas. Pero al no tener un objetivo a largo plazo como PvP o raids, no resulta muy apetecible.

Al no existir matchmaking, o contáis con amigos que tengan Godfall, o estaréis así de solos

La arquitectura de los dioses

Siendo como es un título de nueva generación, su apartado técnico resulta importante de valorar. Y de nuevo aquí tenemos luces y sombras. Por un lado Godfall luce de maravilla, sus parajes son muy bonitos y mantiene de manera casi constante los deseados 60 frames. Además, posee tres localizaciones diferentes, con sus propios biomas bien diferenciados entre ellas.

El problema es que el diseño de los escenarios es un tanto perezoso y falto de personalidad, dando la impresión de que todo se hubiese generado de manera procedural. Incluso será habitual que en algunas ocasiones no sepamos muy bien en que parte del mapa estamos.

Tampoco los modelados tanto de enemigos como personajes principales están especialmente inspirados, exceptuando quizá a un par de jefes finales. En los demás casos todo parece demasiado genérico, con una enorme sensación de estar todo muy poco trabajado.

Los escenarios no lucen nada mal, pero se sienten muy genéricos

El gemido de los dioses

Lo mismo que su apartado sonoro, el cual no destaca apenas en nada. Sí que posee una melodía bastante decente mientras nos encontramos en el Santuario principal, en el cual mejoramos el equipamiento o cambiamos de armadura. El problema es que es la única que se escucha en ese lugar, y teniendo en cuenta que pasaremos bastante tiempo ahí perfeccionando las builds, se termina por volver cansina.

El resto de composiciones de Ben MacDougall tampoco es que sean malas, pero aparte de un par de ellas, todas suenan de manera similar y probablemente no recordemos ninguna tras abandonar la partida.

A eso hay que sumar unos efectos sonoros correctos pero no destacables, poca cantidad de diálogos, y el hecho de que no estén doblados a nuestro idioma. En conjunto hace que este apartado tampoco resulte nada del otro mundo.

Existen tres localizaciones diferentes, y al terminar la historia se desbloquea un modo de juego nuevo

Conclusiones para los dioses

Por desgracia para los poseedores de una PlayStation 5, Godfall es una oportunidad perdida de contar con un buen exclusivo en el inicio de la generación. Por un lado no funciona como título para un jugador debido principalmente a su argumento simple, su nula narrativa, la falta de carisma de personajes o escenarios y su planteamiento repetitivo.

Y como Looter Slasher que simula ser, queda demasiado corto en contenido y al no tener componente online más allá del cooperativo (sin matchmaking), no motiva a continuar mejorando al personaje ni con el modo que se desbloquea en el endgame.

Sus combates hay que reconocer que son divertidos y pese a no ser demasiado técnicos, resultan muy variados y entretenidos, quedando lejos de ser un machacabotones. Tenemos diferentes armas y armaduras para crearn un personaje a nuestro gusto, aunque estas tampoco varían mucho su jugabilidad. Aún así, es el punto fuerte del título sin duda alguna. En definitiva, sólo recomendable para los fans más acérrimos de este tipo de juegos.

Allons-y!

Análisis de Godfall para PlayStation 5 – La caída de los dioses
Conclusiones
Un looter sin contenido, una experiencia para un jugador sin alma, un cooperativo sin matchmaking, un diseño de escenarios precioso pero poco inspirado, y un combate muy divertido aunque sin mucha variedad.
Nos gusta
El combate es muy entretenido
El apartado artístico aún con sus defectos es bastante original
Mucha cantidad de loot para configurar nuestro personaje
A mejorar
El cooperativo no dispone de matchmaking
El argumento es simple y sus personajes no resultan carismáticos
Corto y sin ningún aliciente para rejugarlo
6
Dioses genéricos
Topofreeman

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Etiquetas: Análisis

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