Análisis de NieR: Automata The End of YorHa Edition para Nintendo Switch

NieR: Automata, uno de los mejores videojuegos de la pasada generación, aterriza en Nintendo Switch. ¿Cumple con lo esperado?

Hablar de NieR: Automata en 2022 es casi justicia poética; es hacerle un favor al medio pero, sobre todo, que el medio nos lo siga haciendo a nosotros. The End of YorHa –así se llama la edición que aterriza en Nintendo Switch- es una forma de seguir deleitando al usuario con un poquito más de Yoko Taro. No me voy a meter en nada relacionado con la historia, el combate o las virtudes jugables del título porque ya lo sabemos; aquí la pregunta que ocupa responder es: ¿Es The End of YorHa un buen port para Nintendo Switch?

La respuesta cortoplacista es sí rotundo. El título de Square Enix presentaba un mayúsculo reto a las buenas gentes de Virtuos, responsables de los ports a la híbrida de títulos como Dark Souls Remastered o Bioshock: The Collection. Contaban –cuentan, mejor dicho; el trabajo les avala- con algo de presión a las espaldas, pero todo ha quedado en el camino cuando 2B, 9S y compañía han llegado a la híbrida de la Gran N.

Voy a ser totalmente franco: no tengo enchufado el dock a mi televisión, por lo que los ratos que he dedicado al videojuego han sido en el modo portátil. Personalmente, concibo la Switch como una consola de dicha naturaleza, aunque, por supuesto, entiendo que como se alcanza su techo técnico es a través de una televisión. Pero ello no me ha supuesto ningún problema.

Mi experiencia ha sido magnífica. En el modo portátil el videojuego alcanza una resolución de 720p –con el dock se alcanzan los 1080p– y los frames por segundo son 30. Hablando con compañeros de aquí, he entendido el por qué muchos usuarios exigen que la tasa sea de 60 para que un combate tan pulcro a la par que frenético como el de NieR se vea como se merece. Sin embargo, yo diré que en ningún momento he sufrido tirones ni bajadas de rendimiento, algo muy a destacar en un juego de tales magnitudes.

Hablando de grandeza: es ahí y precisamente ahí donde más se puede atizar al port. Pero atizar casi más como una caricia pronunciada que como un guantazo propiamente dicho. Los escenarios abiertos y opulentos son los que más sufren, como es normal. En ocasiones los límites quedan un poco difusos y los elementos del fondo se difuminan. Pero en la corta distancia, en ambientes reducidos y cuando las tollinas acontecen, ahí el juego se ve bastante bien.

Una edición simple

Sobre la edición The End of YorHa, cabe destacar que no trae nada distinto que anime a su adquisición. Me estoy refiriendo a contenido extra; ya sabíamos que únicamente iba a contener una serie de trajes y outfits para los personajes, pero verlo materializado nos ha dejado un poco fríos. Sí, está el DLC de los coliseos, pero poco más.

Este videojuego es una lección de cómo deberían tratarse los ports a la híbrida de Nintendo. Tiene sus cosas, claro; pero es que dentro de las limitaciones de Nintendo Switch, Virtuos ha parido un producto muy notable y potable que bien merece un reconocimiento. Si nunca habéis probado ni jugado a NieR: Automata, es un buen momento para hacerlo. Aunque siempre lo haya sido, vaya.