Análisis de The Outer Worlds: Peligro en Gorgona para PlayStation 4

Obsdian vuelve a la palestra con su primer DLC. En este análisis de The Outer Worlds: Peligro en Gorgona, os contamos qué nos ha parecido.

Lo cierto es que The Outer Worlds fue una de las sorpresas del año pasado. O no, porque los chicos de Obsidian nos tienen acostumbrados a lanzar auténticos juegazos. Pero esta vez iban más por libre y sin un gran presupuesto, algo que no lastró demasiado la calidad del título. Ahora, un año después os traemos este análisis de The Outer Worlds: Peligro en Gorgona, para ver qué tal se mantiene el juego con su primer DLC.

Hay que recordar que pese a la compra de Obsidian por parte de Microsoft, esta expansión también ha visto la luz en la consola de Sony, lo cual es de agradecer. Es de suponer que el estudio estará volcando todos sus esfuerzos en crear nuevas IPs para los americanos, y la verdad que estamos muy impacientes.

Un brazo en un paquete

Antes de nada, para poder empezar esta expansión, deberemos haber avanzado lo suficiente en la trama, hasta haber completado la misión “Radio Monarca Libre”. También es recomendable ir con un nivel superior al 20, ya que este DLC no será un mero paseo galáctico.

Así pues, para activar esta expansión simplemente deberemos montarnos en nuestra nave una vez completada la misión ya mencionada y viajar a cualquier punto de la galaxia. De esta forma, un repartidor nos parará y nos entregará un paquete. En su interior: un brazo sujeto a un reproductor de voz.

Y así es como viajaremos a Gorgona, un planeta (o asteroide más bien) alejado de la mano de dios. Allí, en un satélite, veremos una grandísima mansión, cuya dueña tiene una misión que encargarnos. Como no podía ser de otra forma en The Outer Worlds, una compañía (esta vez, Ganga Espacial) estaba llevando experimentos tan misteriosos como peligrosos dentro de sus laboratorios en Gorgona.

Como mercenarios que somos, Minnie Ambrose nos contratará para que investiguemos los laboratorios de Gorgona, destapemos los oscuros experimentos que allí sucedían y limpiemos el nombre de su madre. El punto de partida es realmente emocionante, y el aura de misterio que se respira durante todo el DLC ayuda a que el jugador se meta en la historia. Como punto muy positivo, señalar que la historia no se siente como un pegote respecto al juego base, sino que sabe integrarse perfectamente con el acervo del juego principal relacionando, incluso, hechos sucedidos en este y dándole una explicación. Obsidian sabe cuidar sus historias, y Peligro en Gorgona no iba a ser la excepción.

Un planeta peligroso

En cuanto al apartado jugable no encontramos una gran innovación. Seguiremos haciendo frente a los distintos enemigos con un arsenal de armas potente, con alguna novedad pero sin nada muy reseñable.

Sí que podemos destacar la inclusión de cintas de audio, al más puro estilo Fallout. Este añadido servirá para desarrollar detalles secundarios de la trama y meternos aún más en su atmósfera. Realmente es mucho mejor que leer interminables textos.

Lo que sí he echado algo más de menos es la ausencia de poder avanzar en la trama sin liarnos a tiros. Entiendo que esto un RPG-Shooter, pero creo que se abusa demasiado de los combates. Que son divertidos y narrativamente tienen sentido, pero en un juego de Obsidian espero más opciones basadas en el diálogo o habilidades pasivas.

No obstante, los diálogos y decisiones menores estarán muy presentes durante las aproximadas 5 horas que dura esta expansión. Y es que a guion no hay quien gane a esta gente. La naturalidad de las conversaciones y personajes sigue siendo el punto fuerte de la aventura.

En el apartado gráfico y sonoro el juego mantiene la línea y quizás suba el nivel en algún momento. Gorgona no es que sea muy bonito, pero sus instalaciones sí. Concretamente, visitaremos una que en su conjunto, la ambientación que han sabido darle, es un ejemplo de trabajo muy bien hecho. Por otro lado, recordad que el aspecto general de The Outer Worlds es el de colores muy saturados y la mezcla de la decadencia con la tecnología, y en un asteroide abandonado tenemos decadencia a raudales.