Sin tiempo a asimilar todo lo ocurrido con Bruja Escarlata y Visión, ahora toca la crítica de Falcon y el Soldado de Invierno 1×01.
Se acabó la espera. Sí, ha sido muy amena gracias a Bruja Escarlata y Visión, pero ahora toca irse a otro tipo de serie. No esperes experimentos de sitcom, porque en esta crítica de Falcon y el Soldado de Invierno 1×01 vas a comprobar que Marvel vuelve por sus fueros. Y por si te lo preguntas: sí, hay spoilers a cascoporro.
La vida después del lapso
Ya pudimos comprobar, poniéndonos en la piel de Monica (una desconocida para el espectador en ese momento), el impacto del chasquido de Thanos en el mundo. En Falcon y el Soldado de Invierno seguimos apreciando todas las dificultades que los desaparecidos tienen al regresar, como son nuestros vengadores protagonistas Sam y Bucky Barnes.
Eso sí, el principio de la serie es trepidante. Falcon es encargado de realizar una misión de rescate, en la cual tiene que liberar a un prisionero de un grupo terrorista antes de que llegue a tierras de Libia. Con un despliegue de efectos especiales focalizados en combate aéreo brutal se nos vuelve a presentar a Sam Wilson, uno de los compañeros más cercanos del Capitán América.
Steve Rogers sigue teniendo su importancia, como no puede ser de otra manera. Con su desaparición, todos pensábamos que Falcon tomaría su lugar, ya que fue el elegido del Capi. Sin embargo, Sam no se ve en condiciones de portar semejante carga, además de convertirse en un símbolo.
Por otro lado, y como ya mencioné anteriormente, la vida es más dura para los regresados. Sam se encuentra con sus sobrinos crecidos y el negocio familiar casi en la ruina. De esta manera intenta solventar todos estos problemas, aunque sin éxito con los bancos. Malditos bancos, ni siquiera salvando el mundo dejan de ser implacables.
Pasando al otro protagonista, vemos a un Bucky Barnes cargando con todos los asesinatos que cometió en nombre de Hydra, pesando en su conciencia con numerosas pesadillas. Esto se ve plasmado en la escena con su psicóloga, en la que se nos muestra a un Soldado de Invierno duro por fuera pero frágil de mente, intentando expiar todo el mal que hizo.
No se nos muestra mucho más, aparte de las relaciones sociales que intenta mantener con un familiar de una de sus víctimas. La escena final, como no puede ser de otra manera, nos deja en ascuas con la aparición de un nuevo Capitán América. Llamémosle fake capi, porque nuestra cara fue la misma que Sam al ver todo esto.
Las cartas sobre la mesa
Este primer capítulo de Falcon y el Soldado de Invierno es todo lo que podríamos esperar de un inicio de serie. El comienzo del episodio recuerda al inicio de Capitán América: Civil War, con varias escenas de acción muy curradas, así como multitud de efectos especiales. Mención para los tontos de los terroristas, que intentan huir lanzándose por el helicóptero. ¡Que es Falcon, no Ant-Man, que es su especialidad!
De esta forma pasamos a lo que es el núcleo del capítulo, mostrándonos todos los confrontamientos personales que deben superar tanto Sam como Bucky durante el transcurso de la serie. Por un lado, el pensamiento de «no soy digno sucesor» de Falcon. Por otro, la redención y aprender a vivir de Bucky.
Magnífica forma de mostrar estos problemas. Los planos utilizados en la escena de la psicóloga y Bucky son tremendos, dando más fuerza a ese duelo que mantiene el Soldado de Invierno en su cabeza. Quiere ser algo mejor pero su pasado lo atormenta, lo persigue. Y en las pocas escenas que tiene en el capítulo todo gira alrededor de esto.
Por otra parte, Sam cede el escudo del Capitán América. Si bien no esperábamos esto, es un acto normal en casi cualquier persona. ¿Quién podría soportar la carga de ser un icono para un país? Parece que el Gobierno lo ha encontrado, aunque aquí podemos dar rienda suelta a las teorías. ¿Tal vez puede ser Mephisto? Es broma, ya sabéis, por la pesadez de Mephisto con Wandavision.
Como no puede ser de otra manera, seguimos viendo la repercusión de Thanos en la Tierra. De primeras, bastante injusticia para algunos desaparecidos, pareciendo que ya «sobran», como el caso de Sam en el negocio familiar. Por otro, la poca repercusión positiva para los héroes al conseguir semejante proeza. No sé, para mí es muy injusto.
Por último, este primer episodio nos muestra a los posibles villanos, una organización conocida como los «Sin bandera». El nombrecito tiene lo suyo, ya podrían ser los «proscritos» o «satanases del infierno». Seguro que con ese último tendríamos Mephisto hasta en la sopa. Sin hablar de fake Capi, que a saber quién es. ¿Alguien dijo Barón Zemo?
En definitiva, Falcon y el Soldado de Invierno se nos presenta como una serie que no tiene pinta de ser innovadora, pero que sigue el buen hacer de Marvel en películas como Capitán América: El Soldado de Invierno. Mucha acción, debates morales de los protagonistas y misterio. Yo me he quedado con muchas ganas de más.