Crítica de Juego de Tronos 8×04 – Los últimos Starks (SIN SPOILERS)

Tras uno de los capítulos más memorables de la serie, llegamos a la crítica de Juego de Tronos 8×04 para ver cómo aguanta el tipo la serie.

La gran guerra ha terminado y se ha cobrado numerosas vidas. En nuestra anterior crítica decíamos lo mucho que nos había gustado aquel episodio, pero lo cierto es que se queda algo descafeinado, pues no parece que haya tenido la repercusión esperada. Y es que, en esta crítica de Juego de Tronos 8×04, pese a que sus bases nos han encantado, no compartimos muchas ideas de su desarrollo.

Tiempo de duelo y de celebración

Tras la guerra hay tiempo para el duelo, velar a los muertos y dedicarles un último adiós. Vemos a los personajes que los caminantes blancos se han cobrado y a sus queridos llorándoles. Pero esto no dura mucho, pues la guerra continúa. No obstante, antes de meterse en faena, que corra el vino y la comida, estamos vivos y hay que celebrarlo.

Lo cierto es que la parte de celebración ha estado más que bien. Ves a los personajes mas queridos juntos, y celebrando, con la alegría del saberse vivos pese a todo y sin la sombra oscura de la muerte acechándoles, como sí ocurrió en el 8×02.

Además, esta parte del episodio nos deja pequeños detalles que más tarde se desarrollarán, no del todo bien, eso hay que decirlo. Pero es de agradecer que la serie vuelva a los detalles y huya de las evidencias, al menos por un momento.

También las escenas románticas y las tramas amorosas vuelven con fuerza, siendo sin duda lo peor del episodio y quizás el gran lastre de una temporada corta. No es que no me guste ver como suceden estas cosas, es que se desarrollan mal y quitan minutos a cosas más importantes, lo que hace que los episodios en los que suceden estas cosas se sientan huecos.

El dragón y los lobos

Pero bueno, vuelve a la primera plana de la serie lo que a un servidor más gusta: las tramas políticas. Ahora, tras la guerra, queda resolver qué personaje va a posar su culo sobre las espadas del Trono de Hierro. Por derecho, recordemos, le pertenece a Jon. Pero quien lleva la voz cantante de la conquista durante las ocho temporadas en Daenerys. Además, Jon hincó la rodilla frente a la Madre de Dragones, por lo que ya renunció al Trono hace mucho.

Podemos ver como esta cuestión, la sucesión del Trono, es algo que se trata durante el episodio. Nos deja otra vez los mejores diálogos, la vuelta de las estrategias y el regreso de ese juego de Tronos que tanto nos gustó. Se podría haber desarrollado mejor, dedicándole más minutos y explicando mejor las diferencias entre las mujeres Stark y la mujer Targaryen, pero suponemos que han pensado que al espectador medio le gustará más ver una escena de besuqueos que de estrategia entre bastidores.

El kraken y la leona

Afortunadamente, el episodio ha sido menos de transición de lo que esperaba. Tarda en arrancar pero, cuando lo hace, se pasa de revoluciones. Llega al destino mucho antes de lo esperado sin dejar deleitarnos con el recorrido. Vuelven las elipsis temporales y los mensajes entre bandos ultra rápidos. Vuelvo a hacer hincapié en la necesidad de desarrollar más las tramas políticas que las amorosas.

Pero el episodio acaba bien y por todo lo alto, siendo Cersei más Cersei que nunca y dejando claras cuales son sus cartas, con crueldad y con estrategia a partes iguales. Lo cierto es que la guerra contra los caminantes blancos ha mermado mucho la moral del bando “bueno”, pero ha mermado mucho más su capacidad estratega.

Ahora sí parece que nos quedan dos episodios donde toda la carne se va a poder en el asador. Deseo muy fuertemente que estos altibajos que está teniendo la serie desde hace 2 temporadas, vuelvan a coger altura y nos regalen un final que haga justicia a lo que no hace mucho era una serie fabulosa. Porque hasta ahora, se puede decir que nos ha gustado la base del episodio, pero no como se ha desarrollado este. Ojalá los guiones fueran mejores y el ansia por contentar al fandom no primase sobre todo lo demás, porque seguro que nuestras sensaciones serían otras.