Star Wars: El ascenso de Skywalker

Crítica de Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker -sin spoilers-

Ya hemos visto el final de la nueva trilogía de las Guerras de las Galaxias y hoy os contamos qué nos ha parecido con esta crítica de Star Wars Episodio IX.

Han pasado ya 4 años desde que se estrenó el episodio VII, película que daba el pistoletazo de salida a una nueva trilogía que prometía expandir un lore recién dinamitado por Disney. Sí, os hablo del universo expandido, esa enorme amalgama de cómics, libros, videojuegos y series de televisión que se encargaron de dotar al universo de Star Wars de una profundidad maravillosa. A partir de esta primera película, ese universo se destruyó y pasó a no ser canon, a favor de uno nuevo que se iría construyendo estos años. Lamentablemente, esta nueva trilogía no ayudó a cimentar nada y con esta crítica de Star Wars Episodio IX os dejaremos claro que el broche de cierre es épico, pero también denota una falta de mimo por la cultura de Star Wars que es muy preocupante.

Acto I – Diferentes visiones que no casan en un único proyecto

Uno de los principales fallos de esta película es que va a su bola. J.J. Abrams esbozó esta trilogía con el Episodio VII a su imagen y semejanza como fanático clásico de Star Wars. Y, como no podía ser de otra forma, hizo una especie de remake/reboot del episodio IV, siguiendo el mismo arqueotipo argumental, con los mismos moldes de personajes, situaciones y diálogos que recordaban demasiado a la trilogía clásica. Puede que esto no sea algo malo para los fans más acérrimos de las películas antiguas, pero muchos también esperábamos algo nuevo y no ver otra vez la lucha del Imperio contra los Rebeldes, con Estrella de la Muerte incluida, que ya sabe a pan duro a estas alturas.

El Episodio VIII de Ryan Jonhson intenta hacer lo diametralmente opuesto, pero mal, muy mal. Así como Abrams buscaba encandilar al fan más clásico dándole un producto carente de personalidad total, Jonhson quería abofetearle a través de un ensayo que seguía el esquema tradicional sobre la superficie, pero que más tarde rompía con todo para hacer sobresaltar al espectador. El problema es que lo hace sin seguir una coyuntura argumental lógica, cortando cabos que no se habían cerrado y abriendo otros nuevos que no tienen sentido ninguno.

Y luego llega el Episodio IX, con Abrams otra vez a los mandos, y siguiendo la trama de la séptima película como si la octava no existiese. Es decir, otra película con personalidad cero y demasiado arraigada al esquema de sucesos de la trilogía original.

Acto II – Aquí cada uno a lo suyo

Por ende, el que esta trilogía tuviese diferentes directores, con visiones también diferentes, conllevó a una falta de coherencia entre las películas que las hiere mortalmente. Hablamos de que el propio concepto de trilogía rechaza el formato autoconclusivo. Una película no puede sostenerse por sí sola sin las otras, las 3 deberían completar un puzle perfecto para soldar una historia sin fisuras, como hace la saga de Marvel Studios, pero lo que tenemos son chapurreadas de dos directores que plasmaron su fanfic de lo que sería -para ellos- una historia interesante sin atender a casi ningún atisbo de lógica.

Si tuviese que resumir el episodio IX diría que es soltar fanservice por soltar. Fanservice para los fans de los rebeldes, fanservice para los fans del los sith, fanservice de los actores de las películas antiguas, etcétera. Esta persecución de darle al fan todo mascado en cuanto a referencias absolutas sin atender a lo que demanda la trama rompe con la calidad del film.

Algo que también permea en los giros de guion. La mayoría son de un chapucero enorme, tal que dejan unos agujeros muy bonitos que más de uno gozará después en vídeos de fans analizándolos en YouTube. Abrtams se fuerza tanto en querer meter personajes clásicos que no sabe cómo introducirlos de forma coherente. Y no digamos de las batallas, las cuales están estiradas a niveles enfermizos.

Es curioso porque hasta vemos a los actores con cara de hastío por haber rodado infinitas veces esas tomas. La mayoría se solventan tirando del recurso del Deus Ex Machina, notándose nuevamente la vagueza del guion por querer meter muchas cosas sin desarrollarlas apropiadamente.

Acto III – Consolidando a los personajes conocidos

Si algo bueno podemos decir de este Episodio IX es que a nivel visual impone. La calidad de los efectos está al nivel de cualquier película de Star Wars que se precie. Las coreografías entran por los ojos con gracilidad y la imaginería de Abrams para sacarte un nuevo recurso en los momentos tensos es maravillosa. Muy acertado también a la hora de presentar a nuevos alienígenas, todos muy simpáticos y coherentes en sus respectivos momentos de la acción.

También me ha gustado la evolución de Finn en esta película. Ya no es pelele que se notaba con calzador en la anterior película, con todo un arco narrativo que era absurdo. Aquí tiene un papel protagonista bien escrito (aunque al final vuelve a hacer aguas) desde el minuto uno, formando parte del grupo de protagonistas y sintiéndose este muy sólido. Atrás se queda Rose, un personaje con cero impacto y que se sentía como una troleada de Jonhson en la anterior. Aquí tiene sus momentos, sí, pero relegado a un personaje secundario y la verdad es que le sienta mejor ese plano.

Sin embargo, se introducen personajes nuevos para dotar de contexto a los protagonistas. Lo malo es que no tienen tiempo para desarrollarse y quedan como parches mal puestos. Es que al final el epicentro del problema es que se nota que falta otra película para desarrollar a estos y otros elementos. Falta un episodio VIII dirigido por Abrams que sirviese de apoyo para todos estos elementos. Sea como sea, ya es tarde para solucionarlo.

Acto IV – Patada al nuevo universo extendido, así, por las risas

En lo personal considero esto la mayor afrenta que hace esta película y la trilogía en sí. No entiendo porque Disney se mató en tirar a la basura el viejo universo extendido si al final su trilogía ni respeta al nuevo. Es absurdo ver que otros productos de este universo hacen las cosas muy bien, véase The Mandalorian o las series de cómics de Darth Vader, y viene Abrams o Jonhson para reírse de ellos.

De verdad, abordar este acto sin spoilers es verdaderamente difícil. Resumiéndolo fácil, puntos coherentes del lore de la Fuerza, bien descritos en el episodio VIII, por cierto, aquí se los pasan por el forro y recuperan teorías del viejo universo expandido. Eso sin contar que se sacan propiedades nuevas que no tienen sentido ninguno, pero que funcionan bien como deus ex machina para solventar lodazales donde Abrams se mete por estúpido.

Y que decir de las incongruencias tecnológicas. Mucho se esfuerza en mantener la visión de la trilogía de los 70-80 pero después recupera elementos de las precuelas o de los cómics del viejo canon que no tienen sentido, solamente para hacer el meme con ellas.

También se pasa por el forro la regla de 2. Todo para dar más espectáculo a un momento clave de la trama y que se queda también en una absurdidad de proporciones bíblicas. En definitiva, que este episodio va su completa bola sin respetar ningún pilar de la lógica de la mitología de Star Wars.

Acto Final – La esperanza es lo último que se pierde

Si de algo me ha hecho darme cuenta este cierre de trilogía es que productos como The Mandalorian brillan más de lo que parecen en su primer visionado. La sensación final es que esta trilogía sobra. Sobra para el canon antiguo y, lo que es más grave, para el nuevo. No se sostienen ni abrazándose entra las 3, siendo cada una más absurda que la anterior.

No digo que de haber existido un consenso entre ambos directores la cosa se hubiese solucionado. Puede que, como ya he dicho anteriormente, la visión de Abrams hubiese quedado más completa, pero no dejaría de ser una trilogía muy complaciente y dinamitada por exceso de fanservice que atenta contra todo principio de lógica del universo.

Solo conservo esperanza por la nueva trilogía que venga en el futuro. Espero que los nuevos directores sean más valientes y respetuosos con el nuevo canon y que Disney decida enterrar estas 3 películas como si no hubiesen existido jamás.

Marcos Casal

GuiltyBit y videojuegos, siempre de la mano. Como así lo voy yo también de los análisis y la actualidad. Aquí el menda es un apasionado de los videojuegos de rol, los shooters retro y los juegos de sigilo. Sueño con alcanzar el Valhalla y beber hidromiel con Hideo Kojima, Yoko Taro y Goichi Suda.

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Marcos Casal
Etiquetas: Análisis

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