Crítica de The Reflection 1×10

The Reflection 1×10 le da una patada a lo único decente que ha sabido hacer el anime. Se carga toda la historia con un giro patético y ridículo que demuestra que esto no va a ningún lado.

Ya lo dije la semana pasada y lo vuelvo a repetir ahora con The Reflection 1×10: no sé cómo tratar a esta serie. El capítulo 8 es un despropósito y parecía que el 9 recuperaba un poco la compostura. Este decide volver a tirarlo todo por la borda y es poco menos que un insulto a la inteligencia del ser humano.

Todo mal

No solo se demuestra, en varias ocasiones, que la dirección es pésima (la confusión, como siempre, guía este desastre) sino que el guion no tiene ni pies ni cabeza. Por definición, una obra audiovisual siempre aspira a contar algo o a transmitir un mensaje. The Reflection no. Su historia, a nada para que termine la serie, sigue sin tener apenas sentido. Y en este capítulo, otra vez, vuelve a pasar de su tema principal para ponerse con otros asuntos.

En esta ocasión deciden contarnos la vida de Eleanor. Sí, la protagonista que lleva desde el primer episodio. Y no es que fuera una protagonista enigmática como, por ejemplo, Xon. En absoluto; la idea es que se desarrollara a partir del viaje. Pero no solo no ha madurado, sino que lo poco bueno que tenía Eleanor se ha echado a perder. Aunque, con mucha diferencia, lo más sangrante del asunto es que han decidido explorar su pasado.

En principio, y viendo el tremendo desastre que es la historia de esta serie, no debería de haber gran problema por tratar el personaje. De hecho podría ser hasta interesante para descubrir por qué Eleanor es tan desconfiada y busca desesperadamente a alguien a quien le reconozca. La historia de Naruto, vaya. El problema es que no solo no lo hace (tuvo un trauma con sus padres, hasta ahí todo bien) sino que destroza la poca coherencia que tenía el resto de elementos de The Reflection.

Sin sentido

Como salido de la nada (lo único que maneja con destreza este guion es meter cosas sin sentido de manera injustificada) resulta que Eleanor tenía un hermano que murió de pequeño y sus padres la culparon de ello. Ya es bastante ridículo por sí mismo, pero decide no quedarse ahí. El hermano no solo no está muerto sino que es el malo malísimo al que llevan buscando toda la serie.

Esto, en primer lugar, es inútil porque, para que funcione, deberíamos de tener algún vínculo con el hermano de Eleanor. Así la sensación de sorpresa existiría y sería un giro argumental bien elaborado y con fuerza. Sin embargo, es ahora mismo cuando se ha descubierto que Eleanor tuvo un hermano. No solo es un deus ex machina sino un problema para el personaje y una manera patética de resolver un problema que nadie se había planteado.

Desastre

Además de ese desastre, este capítulo decide echar por tierra todo lo que se ha elaborado hasta ahora. Ian encuentra su venganza (que apareció de un capítulo a otro y no se desarrolló), Xon se ha vuelto el gran héroe que va a apoyar a Eleanor y todo obedece al viaje interior de esta última. Es un descenso a la locura que llega de manera tardía, abrupta, injustificada y destroza cualquier relación que se haya establecido en la serie.

Podría escribir más. Podría dedicar líneas a todo lo que la serie ha pasado por alto para centrarse en cosas terciarias sin importancia. O podría seguir escribiendo sobre como hace poco y, aún así, lo sigue resolviendo de forma patética. Incluso podría pararme a enumerar todos los momentos ridículos que reúne, otra vez, este episodio. O intentar buscar algo positivo (la música y los momentos de acción de este capítulo, para ser justos, son bastante salvables). Pero no. Este capítulo termina de confirmar que esto no va a ningún lado. La buena noticia es que solo quedan dos más para que termine.