Denuncian a Google por ¡exagerada!

Una demanda a Google por ser exagerada con Stadia demuestran que, en efecto, por la boca muere el pez.

Eso de vender humo a veces (o casi siempre) sale gratis. Ocurre en política pero también en videojuegos. Si no, que hablen con Kojima o con los chicos de la Gran G, Id Software o Bungie. Porque se ha confirmado una demanda a Google por ser exagerada con Stadia. Y sí, la palabra correcta es esa: «exagerada».

A través de ClassAction.org hemos podido saber en qué consiste esta demanda a las compañías. Básicamente, y a modo de resumen, porque no fueron lo suficientemente claras con el tema de las resoluciones de Google Stadia. Vamos, que se pasaron diciendo cómo se iban a ver los juegos y al final no ha sido así.

En modo extenso, literalmente dice que las compañías:

engañaron a los jugadores al afirmar, en el período previo al lanzamiento de Stadia en noviembre de 2019, que el servicio basado en la nube y sin necesidad de consola era más potente que la Xbox One X de Microsoft y la PlayStation 4 Pro de Sony juntas, y que todos los juegos de Stadia se podrían jugar con una resolución de 4k.

¿Mentirijillas?

Esto, al final, no ha sido así. Y como muestra, la demanda colectiva trae varias pruebas. La primera de ellas es que la propia Google rebajó un poco las expectativas de las resoluciones justo antes del lanzamiento de la consola virtual echándole la culpa a la conexión del usuario. Pero no desmintió ni hizo ningún comunicado claro.

Tampoco se libran las compañías que dijeron que podríamos ver Red Dead Redemption 2, Doom Eternal o Destiny en 4K. Finalmente la cosa no ha sido así y, además, según la demanda, Google sigue sin avisar de esto en los juegos cuando los compras. Vamos, que ni con buenas conexiones se alcanzan esas resoluciones, ni Google avisa de ello y las compañías exageran esto en las páginas de compra de la consola y de promoción de Google Stadia.

Como resultado, aparece esta demanda que lleva ya desde octubre de 2020 pululando por los servicios jurídicos americanos. ¿Prosperará? ¿Se quedará en el camino? Quién sabe, pero un servidor va a por palomitas. A ver si de una vez mentir sale caro.