Google pasará a ser, o mejor dicho, volverá a ser, una empresa dedicada y centrada en internet y sus negocios paralelos. Así lo han decidido y anunciado los fundadores de la empresa Larry Page y Sergey Brin, que a su vez se convertirán en CEO y presidente de la nueva empresa madre, Alphabet Inc.
Este cambio afectará poco a herramientas como Chrome, el buscador web o incluso al ecosistema Android, pero beneficiará a largo plazo al resto de empresas que poco o nada tienen que ver con el objetivo principal de Google. Proyectos como el coche sin conductor y el dron repartidor o compañías como Fiber o Life Sciences tendrán su propio organigrama dentro de Alphabet y contarán con recursos propios.
Lo que sí implica este movimiento es un gran número de cambios a nivel económico que no tengo ni las ganas ni los conocimientos para poder explicarlo y no liarla. Se dice que no deja de ser una manera de evitar impuestos o demandas por monopolio, pero también hay muchas ganas de ver demonios dentro de Google. Yo no creo que sean ni peor ni mejor que otras grandes empresas tecnológicas o de cualquier otro sector. Lo que sí sé es que el dinero y esfuerzos que dedican a la investigación y el desarrollo son muy útiles para todos, así que si esta reestructuración sirve para potenciar este aspecto de la empresa, bienvenido sea.