Activision la lía en Twitter tras las acusaciones de antisindicalismo

Tras ser acusada de antisindicalismo por los miembros de la empresa, la ejecutiva de Activision Lulu Cheng Meservey la lía parda en twitter riéndose de los trabajadores

Hace unos días informábamos de que, tras una dura lucha, los betatesters de Blizzard habían ganado el derecho a sindicarse. Sin embargo, y pese a «felicitarles» públicamente, su gozo tuvo que encontrarse con un mensaje interno que mucha gente identificó como una amenaza velada. Ayer, Activision la ha liado en Twitter por culpa de la ejecutiva Lulu Cheng Meservey, que se ha dedicado a contestar a las acusaciones de antisindicalismo en tono de mofa.

El antisindicalismo en Activision

El mensaje que recibieron los empelados vía comunicación interna era claro: Si os sindicáis, vais a cobrar menos y tener problemas durante las negociaciones.

«Creemos que la negociación colectiva es comparativamente más lenta, una vez el acuerdo está en marcha tarda aproximadamente un año de media según Bloomberg.» Dijo Lulu, según la filtración.  «Durante las negociaciones de contratos de larga duración, las leyes prohíben a las compañías ofrecer ningún incremento en pagas, bonus o beneficios sin llegar a un acuerdo con el sindicato. Además, el Bureau of Labor Statistics ha reportado que los trabajadores sin sindicar suelen tener aumentos mucho mayores que los grupos sindicados.»

La opción que proponían a los trabajadores para solucionar estos problemas era la comunicación interna e individual con la empresa. Sin embargo, nuevas informaciones sugieren que muchos empleados no tenían permiso para contestar a este post. En su lugar, se vieron obligados a mostrar su descontento mediante voVtos negativos y emojis. Acto ante el cual Lulu contestaría lo siguiente:

«¡Puedo escucharos decir boo desde aquí! Y he registrado los emojis de perros defraudados.»

Locura en Twitter

Ante la avalancha de críticas negativas, Lulu Cheng Meservey eligió la huida hacia adelante.

Después de que el creador de contenido Matt Binder pusiese voz a muchas de las opiniones del público general acusándola de promover retóricas de la derecha americana, Lulu le preguntó con malicia qué era exactamente lo que hacía a su comentario «de derechas». Matt, contestando, le dijo que el ejemplo estaba claro cuando intentó hacer creer a los trabajadores que sindicarse era negativo para sus intereses.

«¿Qué parte es de derechas?» Volvió a responder Lulu. «Tengo curiosidad genuina. ¿O es que la izquierda se asocia a los sindicatos, y cuestionarlos es por tanto de derechas?

Hay que recordar que Lulu lleva en el cargo sólo dos semanas y viene de trabajar en el comité de responsabilidad en el entorno de trabajo que Activision Blizzard creó para maquillar las graves acusaciones que lleva recibiendo durante el último año.

No es de extrañar, pues, que acto seguido los fans de la compañía se le tirasen encima. Y menos teniendo en cuenta que Lulu parece más interesada en pelear con usuarios de la red social que en arreglar el desaguisado que tienen encima.

Cualquiera con dos dedos de frente se habría callado si le afean el tener intereses políticos antisindicales dirigiendo una compañía de 50 mil millones de dólares, pero ella no. Ella contestó lo siguiente:

«Estamos más cerca de los 60 mil millones.»

La respuesta de Activision

Kotaku, que tras enterarse de la pelea escribió a Activision pidiendo explicaciones, recibió la siguiente respuesta:

«Tanto el sindicato como la compañía tienen permitido compartir sus puntos de vista de los pros y los contras de sindicarse. Respetamos profundamente el derecho de todo empleado a decidir si unirse a un sindicato y validar su voto, que es por lo que consistentemente hemos creído que una minoría de trabajos no deberían poder elegir en beneficio de todos sus compañeros.»

Es obvio que el punto de vista de la empresa va a ser defender a las personas que están intentando que las cosas no mejoren, pero sinceramente dudo horrores que lo mejor para Activision, Blizzard o Microsoft sea tener a una persona riéndose de la gente a la que le preocupa la mala imagen que están intentando arreglar.