Análisis de Atelier Arland Trilogy para Nintendo Switch

Las alquimistas de Arland vuelven una vez más con una versión mejorada y, una vez más, portátil. Descubre el fantástico mundo de Arland con el análisis de Atelier Arland Trilogy para Nintendo Switch.

PlayStation 3 recibió una ingente cantidad de juegos de rol en su tiempo de vida, algunos de ellos muy buenos y otros… pues no tanto. Sin embargo,  al ser region-free, tuvimos la suerte de disfrutar de más juegos y otros títulos no tan comunes en nuestro territorio consiguieron cruzar el charco. Hoy volvemos a visitar una trilogía que recuerdo con cariño y que, al fin, he podido llevar conmigo donde he querido. Vente con nosotros a un viaje único con nuestro análisis de Atelier Arland Trilogy para Nintendo Switch.

Atelier Rorona: La primera alquimista de Arland

Nuestro viaje comienza con la aventura de Rorona. Esta joven debe pagar la deuda que contrajeron sus padres para poder costear una medicina en la tienda de alquimia de Astrid, una experta alquimista. Sin embargo, todo cambia cuando un día el caballero Sterk acude a la tienda con un decreto real para cerrar la tienda. Para evitar que cierre y poder ocuparse de la deuda, Rorona decide embarcarse en una aventura única, cumpliendo una serie de tareas. Pero, lo más importante, es que descubrirá el poder que hay en su interior.

Jugablemente, Atelier Rorona es un JRPG muy simple en términos de combate, pero no tanto en los otros. Para cumplir estas órdenes, que normalmente son sintetizar ciertos objetos, deberemos recorrer pequeños escenarios recogiendo materiales y eliminando monstruos que nos darán otros imposibles de conseguir de otra forma. A medida que vamos sintetizando, mejoraremos nuestro nivel de alquimia y podremos acceder a mejores objetos.

También, en cada combate que hagamos ganaremos experiencia para mejorar a nuestros personajes. A pesar de que el combate es demasiado simple sí que puede resultar algo difícil al principio, al no tener los objetos necesarios para poder realizar objetos alquímicos de curación o ataque. Sin embargo, pasadas las primeras horas esta dificultad desaparece. Hay que tener en cuenta que sólo nuestra protagonista es la única capaz de usar objetos, mientras que los demás personajes pueden usar otro tipo de habilidades, consiguiendo un balance único.

Atelier Totori: Una aventurera con un corazón de oro

En la segunda parada tomaremos el papel de Totori, una joven con un talento innato para la alquimia cuya profesora es una vieja conocida. Sin embargo, en su mente sólo quiere convertirse en una aventurera con un propósito muy noble: encontrar a su madre desaparecida que todos dan por muerta. Totori no descansará hasta dar con la verdad y para ello utilizará el poder de la alquimia para poder hacerse un camino para sí misma. ¿Será capaz de lograrlo?

En Totori se muestran los primeros cambios para mejorar el ritmo del anterior juego. Esta segunda parte de la trilogía nos da un sistema de combate ligeramente más complejo pero con una dificultad similar a la anterior entrega. Por suerte, accederemos más rápidamente a objetos que nos permitan curarnos o hacer daño a enemigo con nuestra protagonista gracias al nuevo sistema de misiones. Esta entrega es un poco más libre que la anterior, pero también tendremos que estar pendientes del avance del tiempo.

La novedad más importante de esta entrega son los LP. Esta barra es la que permite a los personajes viajar por el mapa del mundo sin cansarse y, una vez llegada a cero, los miembros del grupo serán afectados por características negativas. Pero no temáis, ya que volviendo a la ciudad se rellenarán automáticamente. Este añadido aparece para evitar el grindeo excesivo que se podía hacer en Rorona, teniendo un factor a tener en cuenta para evitar salir perjudicados.

Atelier Meruru: El fin de un viaje único

Finalmente llegamos a la meta con Atelier Meruru, la tercera y última parte (por el momento) de la trilogía. En esta ocasión, tomaremos el papel de la princesa de Arls, Meruru, que sueña con convertirse en una alquimista. A pesar que su padre se opone, consiguen llegar a un acuerdo gracias a su profesora (otra vieja conocida) en el que aprenderá el oficio de la alquimia y la usará para convertir el reino de Arls en el mejor de todo Arland. Sin embargo, el tiempo no está a su favor y tendrá 3 años para aumentar la población de su reino a 30 000 o será obligada a dejar la alquimia.

Atelier Meruru es, posiblemente, el más flojo de la trilogía. Tiene el inicio más lento y las motivaciones de la protagonista son mucho más egoístas que las anteriores. Por suerte, poder volver a ver reunidas a las protagonistas en esta entrega hace que valga la pena disfrutar este viaje. En esta ocasión volveremos a una estructura similar a la de Rorona, teniendo que cumplir diferentes misiones para aumentar la reputación del reino.

El combate, en esta ocasión, es mucho más fácil. Desde el primer momento tendremos acceso a objetos curativos y de ataque desde nuestro taller de alquimia y los personajes van equipados con habilidades para poder curar. Para poder equilibrar esto, el MP que gasta es bastante elevado y no nos permitirá que usarlo más que un par de veces en niveles bajos. También tendremos más compañeros que nos acompañarán desde el primer momento, haciendo estos combates mucho más sencillos.

Un acercamiento único al JRPG

Si algo me hace disfrutar de Atelier es que los “malconsidero” juegos de pago. Normalmente estamos acostumbrados a jugar a un JRPG que nos lleve a mundos épicos donde nos pongamos en la piel de grandes guerreros dispuestos a derrotar a un mal. Aquí, sin embargo, tendremos que realizar tareas más mundanas, como si fuese nuestro día a día: trabajar, cocinar y cuidar nuestro hogar. Esto hace que Atelier sea una saga totalmente original con un acercamiento único al género, sin olvidarse de los combates o de la recolección de objetos. Cierto es que la historia pueda resultar sosa, los personajes no tengan tanto carisma o que la dificultad no sea tan elevada. Pero este es tu juego si quieres despejar tu cabeza entre aventuras épicas.

Visualmente, la trilogía de Atelier Arland muestra ya muchos defectos a pesar del cuidado arte diseñado por Mel Kishida. Sin embargo, tras jugar a Lydie & Suelle, la última entrega de Atelier, vemos que estos se han quedado algo anticuados. Sin embargo, es curioso ver como cada uno de años muestra algo único en su presentación de ciertos aspectos del juego. Uno de ellos ocurre en Meruru, donde el mapa parece haber sido sacado de un libro de cuentos infantiles. Hay que tener en cuenta, también, que la saga Atelier es increíblemente colorida, reflejando su naturaleza más ligera.

Belleza audiovisual

Pero no es oro todo lo que reluce. Mientras la primera entrega de este trilogía es bastante estable, a medida que vamos avanzando a las siguientes entregas empezamos a notar alguna caída de frames ocasional, sobre todo cuando aparece demasiado información en la pantalla. No es una constante en ninguno de los juegos, pero sí es bastante notable cuando ocurre.

La banda sonora está hecha para que te enamores de ella desde el primer momento. Los openings están llenos de fuerza, cada uno hecho para su protagonista en cuestión. Pero el resto de melodías está plagada de instrumentos como flautas para remarcar esa naturaleza ligera y libre de preocupaciones. Cierto es que el doblaje inglés podría haber sido un poco mejor evitando esa parte más forzada pero tenemos la opción de poder elegir el original japonés. En algunos momentos, sobre todo en la tercera entrega, me ha dado la sensación de que la calidad de alguna melodía no estaba a la altura de las demás, como si hubiese sido comprimida.

CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DE ATELIER ARLAND TRILOGY

Volver a visitar el mundo de Arland casi diez años después ha sido un viaje mágico. Me he reencontrado con grandes personajes y sus historias personales sin delirios de grandeza y he vuelto a caer en sus redes. Si no eres fan de la saga, es posible que esta trilogía te vaya a interesar lo mismo que en su momento, pero si quieres perderte en un mundo único, sin duda es tu oportunidad para rememorar la trilogía antes de la llegada de la futura cuarta parte. Eso sí, no hay que olvidar algunos problemas técnicos en algunas de sus entregas y algunas faltas de ritmo presentes en la tercera parte.