Análisis de Call of Cthulhu para PlayStation 4: Una llamada del más allá

Descubre el misterio que oculta el caso más oscuro de tu carrera como detective. Viaja con nosotros a Darkwater con nuestro análisis de Call of Cthulhu.

La obra de H. P. Lovecraft es una presencia básica en toda la cultura popular. Tenemos juegos de mesa, una increíble biblioteca y, como no, incontables caemos en cientos y miles de videojuegos. Sin embargo, los juegos que han sido protagonizados por los dioses profundos creados por el escritor de Providence no han corrido buena suerte con sus críticas. ¿Habrá conseguido Cyanide romper con este ciclo? Descúbrelo en nuestro análisis de Call of Cthulhu.

Tras despertar de una horrible pesadilla, el detective Edward Pierce recibe un caso que anima su muerta carrera. El padre de la artista Sarah Hawkins, fallecida en la desconocida isla de Darkwater, le pide a Pierce que investigue su desaparición, ya que no cree que haya muerto de la forma en la que dice su policía, ni mucho menos que haya perdido su cordura. Sin embargo, uno de los últimos cuadros que pintó indica lo contrario. Edward, movido por la curiosidad, viaja a Darkwater para descubrir que ocurrió en realidad con Sarah Hawkins y el resto de su familia. Lo que no sabe es que todo lo que vea en esa isla será marcado a fuego en su mente y su cordura será puesta a prueba.

Una historia fiel al rol de lápiz y papel

Si conocéis la obra de H. P. Lovecraft, sabréis que el horror que el autor mostraba en sus novelas nunca era directo, si no que todo era sutil. Esta sutileza no está mostrada al 100% ya que da la sensación de haber adaptado la versión del juego de rol de papel y lápiz más que de la obra literaria. Esto no quita mérito a los excelentísimos seis primeros capítulos que respiran toda la ambientación oscura y sutil que estamos acostumbrados a su obra. ¿Y qué pasa con el resto de capítulos, diréis? Pues todo va cuesta abajo, pero vayamos poco a poco.

Call of Cthulhu es una aventura en primera persona en la que manejaremos a Edward Pierce explorando diferentes puntos de la isla Darkwater. Esto implica que nos moveremos por escenarios cerrados a la búsqueda de pistas que nos ayuden a resolver este misterioso caso. Por suerte, mientras encontramos diferentes objetos tendremos un puñado de NPCs que nos acompañarán durante la historia que resultan suficientemente carismáticos e interesantes para animar a descubrir más sobre ellos y el misterio que rodea la isla.

Lo que somos no importa con lo que seremos

Para poder interactuar con los objetos y con otros personajes, tendremos varias características que podremos aumentar a medida que vayamos recibiendo puntos de personaje al realizar distintas tareas y avanzar en la historia. Tendremos diferentes características principales que nos permitirán descubrir y realizar acciones que de otras cosas no podríamos como la Elocuencia, que nos permitirá convencer a la gente de realizar ciertas acciones a nuestro favor o la Investigación, que nos ayudará a encontrar objetos más fácilmente. Dos de ellas, Ocultismo y Medicina, no subirán de forma tradicional si no que para poder aumentar su rango, tendremos que encontrar libros que nos darán puntos para mejorarlas.

En algunos momentos determinados, Pierce tendrá que revivir ciertas escenas para descubrir qué ha pasado con algunos personajes. Para ello, tendremos que avanzar encontrando distintos puntos para ir reviviendo ese recuerdo y son momentos francamente sensacionales que nos dan una sensación detectivesca muy intensa.

Todo esto que parece una fantasía, se destroza con la llegada de la segunda parte del juego. Los seis primeros capítulos sientan una base que desde el momento uno engancha. Sin embargo, en la segunda parte, todo esto se tira por tierra y las características no tienen ninguna importancia y pasa de ser un juego de investigación a uno más simple en el que iremos avanzando. Además, algunas escenas rompen un poco con la sensación “lovecraftiana” y, a veces, da la sensación de que Cyanide se quedó sin presupuesto para poder seguir realizando el juego. Esto no impide que el capítulo final sea una culminación más que satisfactoria de la aventura (aunque con unas escenas post-créditos realmente innecesarias).

Mundos oníricos extraños

Visualmente, Call of Cthulhu tiene momentos que brillan por sí solos gracias, sobre todo, a su oscura y agobiante sensación. Sin embargo, hay que entender con antelación que el juego está desarrollado por un estudio sin muchos recursos y no vamos a ver ninguna revolución técnica. Mención especial a la galería de arte del capítulo 6 que nos atrapará con sus monstruosas obras de arte. Cada uno de los personajes que nos encontramos en la isla tienen su propia personalidad y son totalmente diferentes los unos a los otros. Son personas normales y, a su vez, con un misterio interno dispuesto a ser desvelado. Realmente, todos los escenarios tienen un ambiente opresivo muy digno de la obra de Lovecraft, sin embargo, muchos de ellos se repiten a lo largo de la aventura.

La banda sonora del juego es, como el horror del mismo, sutil. No tendremos grandes y estruendosas melodías a lo largo de nuestra historia. Los efectos de sonido cobran un gran sentido en el juego ya que escucharemos pasos, monstruos y todo tipo de ruidos que nos incitarán a caer en la locura. Además, los actores y actrices de doblaje han hecho un trabajo fantástico y todos los personajes están llenos de vida consiguiendo que nuestra aventura sea, en este aspecto, una auténtica maravilla.

CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DE CALL OF CTHULHU

Call of Cthulhu es una fantástica adaptación de la obra literaria de Lovecraft que tiene todos los elementos: un misterio a resolver y una amenaza invisible que siempre está detrás de nosotros, la sospecha de que en cualquier momento vamos a caer en la oscuridad que se esconde en nuestra mente humana. Pero una vez llegados al capítulo 7, este fantástica marco se desmonta y muestra la cruda realidad que se ha quedado a medias y es una verdadera lástima porque lo que podía haber sido una fantástica adaptación se queda en un increíble prólogo que se ve desmerecido por una segunda parte a la que le falta esa inspiración que le priva de ser un juego notable.

Call of Cthulhu es, probablemente, uno de los trabajos más sólidos de Cyanide. Una ambientación excelente y un apartado sonoro que pone los pelos de punta nos acompañará durante toda la aventura. Un estupendo prólogo nos enganchará sin remedio y luego nos dará una bofetada cuando lleguemos a la tediosa segunda parte. Sin embargo, es una buena aventura para aquellos que quieren resolver un misterio interesante. Los fans de Lovecraft, por otra parte, tendremos que seguir esperando a disfrutar de una adaptación como los dioses profundos mandan. Pero gracias por el intento, Cyanide.