Análisis de Dead Island 2 – Una sangrienta sorpresa

Pasó mucho tiempo desde su anuncio, pero por fin ha llegado. En este análisis de Dead Island 2 os contamos qué nos ha parecido el juego.

Corría el año 2014 cuando, tras el éxito de una entrega principal y otra más secundaria, se anunciaba Dead Island 2 con un divertido tráiler que aún a día de hoy se recuerda. Desde entonces han pasado nueve años y hoy, por fin, el juego ha llegado a nosotros. Os contamos con este análisis qué nos ha parecido este Dead Island 2 que tanto ha hecho esperar a los fans del género de los zombis.

A título personal, debo decir que no esperaba mucho de este Dead Island 2. Los innumerables y eternos retrasos del juego sumados a un sabor bastante amargo que me dejó Dying Light 2, me hizo pensar que ya no eran lo mío los juegos de este género. No obstante, por el buen recuerdo que tengo del primer Dead Island, no podía no hincarle el diente a esta nueva entrega. Y la sorpresa no ha podido ser mayor.

Una historia que sabe mantener nuestra atención

Nuestro personaje será un superviviente que trataba de huir de la infección zombi a través de uno de los vuelos de evacuación. No obstante todo se tuerce rápidamente y vemos que nuestra huida queda frustrada y nuestro avión derribado. Ahí comienza nuestra historia, entre los escombros de un accidente aéreo mientras buscamos cómo sobrevivir.

No tardaremos mucho en conocer a Emma, una famosa actriz de Los Ángeles a la que ayudaremos a sobrevivir y, a cambio, nos ayudará ella a nosotros. Tampoco tardaremos mucho en descubrir que estamos infectados, pero ¡sorpresa!, somos inmunes. Todo esto desembocará en un viaje en el que nuestro personaje tratará de ser la cura para la humanidad, algo que le llevará a recorrer toda la ciudad y los lugares más emblemáticos de la misma.

Por el camino nos toparemos con multitud de personajes de lo más carismáticos y reconocibles. Si bien no nos dejarán huella, desde luego llaman más la atención que muchos otros personajes secundarios de otros juegos.

La historia se va tejiendo mediante las misiones principales en nuestro ir y venir de diferentes sitios. También, pasaremos de la idílica Bel-Air, dónde todo es lujo, a los callejones más nauseabundos y peligrosos de Los Ángeles. Y es que no todo lo que brilla es lujo.

Precisamente, el tono de la trama es similar. Lo que empieza pareciendo una historia paródica y nada seria, poco a poco va ganando tintes de seriedad y sabe mantener la atención del jugador. No esperéis nada realmente adulto o que os trate como intelectuales porque el objetivo de la historia es, precisamente, restarle importancia, pero sí debo decir que me ha sorprendido cómo ha ido cambiando el tono presentando situaciones menos paródicas y sabiendo mantener mi atención constantemente. A diferencia de muchos otros juegos de zombis, aquí sí me ha interesado la historia de nuestro superviviente.

La historia principal se divide en 24 misiones, pero por supuesto tenemos mucho contenido secundario. Las misiones secundarias, por lo general, cumplen bastante bien con su cometido y, para variar, se hacen entretenidas. Y se hacen entretenidas porque suelen comandarlas personajes de lo más estrambótico, como una antigua leyenda del cine que vive atrincherado en su mansión con una escopeta o una streamer que está aprovechando la pandemia zombi para ganar seguidores en sus redes sociales.

Tanto las misiones secundarias como las tareas secundarias, las cuales versan sobre recogida de tesoros o búsqueda de personas, servirán para mejorar nuestro equipo con armas y modificadores, de los cuales hablaré después. El contenido secundario en este juego creo que está realmente bien implementado y apetece hacerlo por el mero hecho de conocer más a los conductores de estas tramas.

Coge tu catana y rebana alguna pierna

Pero si algo haremos en este Dead Island 2 es combatir hordas y horas de infectados. En el aspecto básico del combate, no esperéis grandes revoluciones. Tendremos un ataque débil que no consumirá resistencia y un ataque fuerte que sí. Podremos pisar las cabezas de los zombis caídos y dar patadas frontales para alejarnos de ellos. Por supuesto, también podremos lanzar nuestra arma.

Las novedades y lo jugoso llega cuando toca hablar del parry de este juego. Porque sí amigos, Sekiro puso de moda el parry y ahora parece formar parte del ABC de los juegos con buenos sistemas de combate. Tendremos un botón dedica a uno de estos dos movimientos: bloqueo o esquiva. Elijamos el que elijamos, nos dará la posibilidad de realizar un parry si bloqueamos o esquivamos en el momento adecuado. Esto dejará al zombi en cuestión aturdido y podremos realizarle un ataque especial que, casi siempre, lo mandará a la lona.

Los infectados contarán con una especie de barra de resistencia que hará que sean más débiles a nuestros golpes o incluso se caigan. Por supuesto, los desmembramientos están a la orden del día, y resulta muy satisfactorio cortarle una pierna a un zombi de un machetazo para después rematarlo en el suelo. O también puedes cortarle los brazos para que no te agarre, eso ya a tu gusto.

En nuestro arsenal contaremos con armas de todo tipo, desde cochambrosas tablas de madera hasta potentes espadas, sin olvidar los martillos, las lanzas o incluso los puños americanos. Y sí, tendremos también armas de fuego limitadas a pistolas, escopetas, fusiles y revólveres y que no tardaremos demasiado en hacernos con una. También podremos utilizar armas arrojadizas como cócteles molotov, shurikens o bombas electrificantes, las cuales son infinitas pero nos harán esperar un buen tiempo entre lanzamiento y lanzamiento, por lo que se convierten en herramientas muy poderosas pero también muy circunstanciales.

Las armas a meleé será nuestro mayor aliado. Como era de esperar, se mantiene la fórmula de Diablo, con basadas en niveles y en extrañezas. Lo clásico funciona, y este sistema siempre le ha venido bien a este tipo de juegos. Así pues, quizá un arma de rareza morada de un par de niveles más bajos sea más efectiva que un arma de rareza verde de nuestro nivel. Hay estadísticas y contador de daño, pero no es tan confuso ni profundo como en un Borderlands. Además, si un arma de bajo nivel nos gusta mucho, siempre podremos subirla a nuestro nivel pasando por caja.

Pero entonces, ¿qué sentido tienen las rarezas de las armas? Aquí es dónde está la miga. Primero de todo, podremos añadir daño elemental a todas nuestras armas: daño eléctrico, de fuego, de ácido, de sangrado, etc. Esto será realmente útil, ya que algunos zombis serán vulnerables o resistentes a algún tipo de daño concreto. No obstante, para seguir mejorando nuestras armas, dispondremos de espacios de modificadores, los cuales nos servirán para aumentar el daño general, el daño a extremidades, la velocidad de ataque y una larga lista de mejoras. Los espacios para estos modificadores vendrán dados por la rareza de las armas. Así pues, un arma de rareza morada nos permitirá añadir más modificadores a un arma de rareza verde, lo cual facilita que el arma morada sea más efectiva.

Para aplicar todas estas mejoras deberemos contar con planos que iremos desbloqueando a lo largo de nuestra aventura o bien mediante la exploración y las misiones secundarias. Estos planos también nos permitirán crear botiquines o munición, eso sí, gastando recursos que son muy valiosos y no siempre sencillos de encontrar, por lo que tendréis que pensar bien qué queréis añadir a vuestra arma y qué preferís, si vender y obtener dinero o desmontar un arma y obtener materiales.

Con respecto a las armas de fuego, debo decir que he quedado muy satisfecho con el rol de las mismas en el juego. Llegan realmente pronto en la aventura y nos darán una sensación de superioridad, pero no siempre será así. Las balas son las justas para utilizar las armas de forma situacional, y la ventaja de ataque que nos proporcionan no siempre será la mejor, ya que a veces un buen machetazo puede salir más rentable.

Para finalizar con el apartado del combate, debo hablaros del modo Furia. Bajo nuestra condición de infectado y sin querer entrar en más detalles relativos a la trama, podremos “transformarnos” y convertirnos en una máquina de matar con nuestras manos, como si fuéramos un zombi muy poderoso. Matar zombis nos rellenará la barra de Furia, y cuando estemos en este estado seremos realmente imparables. En un ratito ahondaremos más en esto.

Un sistema de niveles diferente

Una de las cosas que más feliz me ha hecho de Dead Island 2 es su sistema de progresión. A lo largo de la aventura iremos desbloqueando nuevas habilidades y mejoras del juego de una forma realmente satisfactoria. Sientes que siempre que avanzas vas a encontrarte con algo nuevo. Aún llevando más de 20 horas de juego te va a sorprender cómo desbloqueas una nueva habilidad o un nuevo sistema de juego. Esa capacidad constante de sorprender al jugador y de darle un “caramelito” nuevo no muchos juegos la logran, y Dead Island 2 lo hace tremendamente bien.

No obstante, el mayor punto positivo para mí se encuentra en su apartado de habilidades. Personalmente llevo mucho tiempo cansado de los árboles de habilidades, los cuales ponen un porrón de mejoras activas y pasivas tras un engorroso sistema que te obliga a ir por una rama u por otra sin posibilidad de cambio sencillo. Dead Island 2 tira todo eso por tierra con un sistema de cartas que realmente se siente como un soplo de aire fresco y que me ha hecho quererlo para todos los juegos.

Tendremos cinco mazos entre los que repartir diferentes cartas: Destrezas, Supervivencia, Asesinato y Numen. Estos mazos nos permitirán seleccionar cartas que hacen las veces de habilidades. Por ejemplo, en el mazo de Destrezas, podremos elegir entre la esquiva o el bloqueo, la patada voladora o la patada potente, etc. En el mazo de asesinato, nuestro personaje podrá sacar más ventajas pasivas al mutilar miembros o al utilizar armas arrojadizas. Todo esto nos permite modificar a nuestro antojo al personaje que llevamos, pudiendo adaptarlo según las circunstancias. ¿Que nos hemos cansado de cercenar miembros? Pues cambiamos al combate a distancia. ¿Que llevo muchas armas de filo y me viene mejor la ventaja de aumentar el daño y recuperar salud al cortar extremidades? Pues vamos a aprovechar mejor esas armas. El abanico es muy amplio y las posibilidades cientos, y lo mejor es que nunca nos obligan a casarnos con un estilo de juego. Sencillamente, un sistema maravilloso que nos permite combinar muy bien las habilidades con nuestro estilo de juego.

El giro de tuerca viene con el sistema Autófago. Como he mencionado, somos un superviviente inmune pero infectado y, tras poder controlar nuestros “poderes” zombis, queda en nosotros sacarle el partido que queramos. Algunas de las cartas que nos otorgan habilidades cuentan con el factor de Autófago, Esto nos hará subir el nivel de Autófago, el cual cuenta con tres rangos. Cada rango nos otorgará una serie de ventajas para sacar el máximo partido a nuestro estado de Furia pero, por el contrario, nos penalizará en nuestro estado normal. Ahí es dónde el jugador decidirá si le compensa el uso o no de las habilidades de Autófago. Eso sí, como siempre en este juego, todo es reversible.

Los Ángeles, esa gran ciudad

Dead Island 2 rechaza el mundo abierto, cada vez más habitual en los juegos de hoy en día, por un mundo seccionado en grandes y pequeños mapas. La historia nos llevará por varias y reconocibles zonas de Los Ángeles, como Bel-Air, Beverly Hills, Venice Beach o Santa Mónica, pero también por zonas más comedidas como unos estudios de cine o un hotel de lujo. En las zonas más grandes tendremos lugares para explorar y descubrir sus secretos, así como misiones secundarias, pequeños puzles y puertas desbloqueables con fusibles (que podremos comprar a los comerciantes). Son zonas de un tamaño comedido pero el cual está muy bien aprovechado, pro lo que no echamos en falta, en absoluto, la existencia de un mundo abierto.

En las zonas más pequeñas, las que corresponden al mencionado hotel o al estudio de cine, tendrán lugar misiones principales que nos llevan más por la mano y dónde el juego más sabe brillar. Eso sí, en estas zonas también podremos realizar actividades secundarias, así que por ser más lineales no son peores.

Movernos entre zonas será más engorroso hasta que desbloqueemos el viaje rápido, a mitad de juego, ya que nos hará ir a un punto concreto de los extremos de cada mapa para pasar al siguiente nivel. Ciertamente, es mejor avanzar en la trama hasta desbloquear el viaje rápido si lo que queremos es volver a los mapas pasados para desbloquear cosas nuevas.

Y ya os digo que querremos volver, pues el juego cuenta con un sistema de backtraking simple pero sencillo. Desbloquear habilidades nuevas o infectados nuevos nos dará acceso a lugares que antes no estaban disponibles. Como digo, simple pero efectivo. También mencionar que los infectados cambian por la noche, siendo más habitual ver a los más poderosos a la luz de la luna. No obstante, la experiencia nocturna no aumenta la dificultad de manera considerable como sí se hacía en Dying Light, por ejemplo.

Y hablando de los zombis más poderosos, el juego cuenta como una “Zombipedia” donde podremos ver los diferentes tipos de zombis que hay y, conforme vayamos matando más, conocer sus vulnerabilidades y resistencias, algo muy útil cuando la cosa se complica.

Gráficos y sonido

En cuanto al apartado gráfico, el juego cumple bien su cometido. No esperéis un gran portento gráfico, pero sí un juego que sabe mantener muy bien el tipo, con algunos detalles muy buenos sobre todo en lo referente a los desmembramientos. También mantiene casi siempre las 60 imágenes por segundo, con alguna rascada menor en momentos muy puntuales pero que, con total seguridad, se solucionará en el futuro.

El juego llega totalmente en inglés pero con subtítulos en español. La pega de esto es que por el camino se ha perdido lo que podría haber sido una genial localización a nuestro idioma, ya que el tono general, con las bromas habituales, hubieran ganado muchos puntos al estar en castellano. El doblaje, así como el sonido de los infectados, está a muy buen nivel.

Respecto al estado del juego, debo decir que me ha sorprendido y para bien la casi total ausencia de bugs para ser un juego que aún no ha llegado al mercado. El juego cuenta con algún bug menor, sobre todo en lo referente al spawneo y desaparición de infectados, pero nada que empañe la jugabilidad, en absoluto.

Conclusiones

Dead Island 2 ha sido una grata sorpresa. Esperaba otro juego de zombis con escasa personalidad que se volviese aburrido al poco tiempo tras haber quemado todas sus novedades y mecánicas jugables. Afortunadamente, no ha sido así.

Me he encontrado un juego muy divertido y cuyo loop jugable me ha sabido mantener enganchado todas las horas que le he dedicado a jugar. A veces, la simpleza es una virtud, y no llenar el juego de iconos y de esquemas jugables poco entendibles, hace que la experiencia mejore notable. El juego no me ha cansado, no me ha aburrido y, sobre todo, siempre ha sabido recompensar mis avances con novedades que añadían un toque más a su jugabilidad.

Por supuesto tampoco os va a cambiar la vida, pero hacía mucho tiempo que deseaba un juego que me devolviese las sensaciones del primero Dead Island y, contra todo pronóstico, lo he encontrado en una secuela que ha tenido un desarrollo tan turbulento. Dead Island 2 no revolucionada nada más allá de ofrecer un efectivo sistema de desarrollo alejado de los árboles de personajes, pero sabe ofrecer al jugar horas de contenido de calidad, primando la diversión y la simpleza por delante de complejos sistemas y enrevesados controles. A veces el jugador simplemente necesita clavar un machete en la cabeza de un zombi para divertirse, sin meter de por medio complejas ciudades, parkour o millones de iconos en el mapa.